Díganme ustedes si la secretaria de Estado de EEUU, es decir, la canciller del país más poderoso del mundo, como es Hillary Clinton, cuando hace poquito se refirió a la situación en Libia, dijo que "hay mucha confusión y (que) es muy difícil saber lo que sucede", pueden imaginarse lo que nos sucede a nosotros. Si ella, que está todo el día pendiente de lo que pasa en ese país, y viajó a Europa para hablar con sus pares a ver qué saben ellos y qué pueden hacer, tiene tal confusión, dice ella: ¿Qué quedará para los simples mortales como nosotros?
Uno sabe que tienen dos portaviones en el Mediterráneo, cerquita de las costas libias, pero con fines humanitarios, aunque hasta ahora no han ayudado ni a uno sólo de los centenares de miles que han emigrado de ese país. Leo que en algunas ciudades petrolíferas han peleado para garantizarse su control, que en Trípoli siguen manifestando en la plaza verde en apoyo a Kadaffi. Sabe que servicios de inteligencia rusos certifican que no hubo los publicitados bombardeos iniciales con decenas de muertos.
También se sabe, no sé si lo sabrá Hillary, que en la Otan están planeando una invasión y que igualmente lo hacen en el Pentágono, lo que sí debe saber ella, porque le queda muy cerca de la Casa Blanca. Más recientemente se comprobó que la propuesta del presidente Chávez de una comisión mediadora que busque soluciones pacíficas a la crisis libia, tuvo el visto bueno de Kadaffi, y que ahora, junto con los cancilleres del Alba, estudian cómo integrar esa comisión. ¿La conciben sin EEUU? ¿No, verdad? Pero como Washington no aceptará integrarla, piensan en alguien como Jimmy Carter. No es nada fácil saberlo todo.
Entre tanto, leí un artículo de Manlio Dinucci, "Libia en el gran juego", bastante clarificador, que debían mostrarle a la Clinton a ver si sale de esa confusión. Él escribe que a diferencia de lo ocurrido en Egipto y Túnez, donde hay extremos de pobreza, en Libia es una guerra civil "debida a una división del grupo gobernante", y que a diferencia de aquellos dos países, "el levantamiento libio se planificó con anterioridad".
"Pekín ha dicho que está extremadamente preocupado y llamó a "un rápido retorno a la estabilidad y la normalidad". El motivo es obvio: el comercio chino-libio ha crecido cerca de 30% en 2010, pero ahora China puede ver que toda la estructura de las relaciones económicas con Libia, de donde importa cantidades crecientes de petróleo, se ha puesto en juego. Moscú se encuentra en una posición semejante".
"Diametralmente opuesta es la señal de Washington, el presidente Obama anunció que EEUU prepara "toda la gama de opciones que tenemos a nuestra disposición para responder a esta crisis, incluidas "acciones que podemos emprender solos y otras que podemos coordinar con nuestros aliados a través de instituciones multilaterales". El mensaje es evidente: existe la posibilidad de una intervención militar de EEUU y la Otan en Libia, oficialmente para detener el derramamientos de sangre. Las verdaderas razones son obvias: si se derroca a Kadaffi, EEUU podría derribar todo el marco de relaciones económicas de Libia y abrir el camino a las multinacionales basadas en EEUU, que hasta ahora están casi totalmente excluidas de la explotación de reservas de energía en Libia. Por lo tanto, EEUU podría controlar el grifo de las fuentes de energía de las que depende en gran parte Europa y que también provee a China".
En conclusión, el petróleo es la causa, señora.
Las interpelaciones
Recordarán ustedes que en mis comentarios sobre la opinión que nos hubiésemos formado respecto a las interpelaciones, era importante conocer cómo pensaban quienes no estaban alineados ni a favor ni en contra. Para tratar de acercarnos a esas opiniones, abrimos una encuesta por nuestra página web desde que terminaron las respectivas sesiones de la Asamblea Nacional hasta el jueves. Tiempo suficiente para que recibiéramos un número representativo de respuestas. En efecto, nos llegaron 3.215 (nadie podía repetir su voto en una misma computadora).
Por supuesto, no se trata de una encuesta realizada científicamente, con la metodología y exigencias correspondientes, donde estén presentes por igual hombres y mujeres, jóvenes, adultos y ancianos, de los cinco sectores socioeconómicos (ABCDE), ni de todas las regiones del país, pero, en fin, es una muestra que nos permite ver las diversas posiciones de la gente con respecto a esa comparecencias.
Como pueden ver seguidamente, el mayor número de respuestas (1.146) fueron positivas para el gobierno (35,64%), frente a 19,37% de quienes vieron ventaja a los parlamentarios de la oposición.
Entre quienes no se pronunciaron por unos ni por otros (776), el 24,18% considera que las interpelaciones fueron "útiles, interesantes y fortalecen la democracia", contra un porcentaje menor (20,9%) que considera que "fue una pérdida de tiempo".
Resultados de la encuesta:
- Fueron útiles porque permitieron conocer la gestión de gobierno y las críticas de la oposición: 480 - 14,93%
- La gente del gobierno asistió bien preparada y dominó los debates: 1.146 - 35,64 %
- La oposición se impuso porque demostró que los ministros dijeron muchas mentiras: 621 - 19,37%
- Pese a todo, los debates fueron interesantes y fortalecen la democracia: 296 - 9,20 %
- Creo que no sirvieron para nada, fue una pérdida de tiempo: 672 - 20,90%.