Dos escenarios
se presentaron durante los cinco días que permaneció en suelo
Latinoamericano el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, uno de
ellos fue el inicio de los bombardeos de las potencias sobre Libia,
aunado a las fuertes protestas por las principales ciudades de
los países visitados en rechazo a los intereses imperialistas
y la violación a los derechos humanos.
Es por ello,
que se consultó al experto en temas internacionales y comunicador
social, Rubén Darío Torrealba, quien hizo un balance sobre
la gira que emprendió el mandatario norteamericano calificándola como
un total fracaso. “Obama vino a América Latina de paseo, fundamentalmente
para que los hispanoamericanos no nos olvidemos de que él existe. Además,
nos faltó el respeto y sobre todo a los brasileros al utilizar ese
suelo como plataforma para ordenar el ataque a Libia”.
- Y más aún una persona que recibió el premio Nóbel de la Paz 2009 haya dado la orden para atacar a Libia no es paradójico. ¿Qué tiene que decir al respecto?
- Imagínate, nada más indignante que un Premio Nóbel de la Paz ordenara fuego contra un país como si se tratara de un juego, como si en pleno carnaval ordenara lanzarle bombas de agua. En estos casos es donde uno cuestiona la credibilidad de este tipo de premios, los organizadores del Nóbel, ese mismo día debieron pronunciarse y porque no hasta quitarle la distinción, por cuanto se desprestigia tal nominación. Realmente, la orden de Obama de abrir fuego contra Libia es merecedora de un titular de película “Un Nóbel de la Paz que declara la guerra” bastante risible desde este punto de vista, pero en la realidad es indignante y bochornoso. Aunque de esto tendríamos mucho para hablar, porque más bochornosa ha sido la actuación de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y algunos miembros del Consejo de Seguridad que una vez más han dejado en evidencia la parálisis funcional y operativa de la ONU, como organización creada fundamentalmente para preservar la paz en el mundo.
- ¿Esa ordenanza no sería una forma de amedrentar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pues últimamente ha sido cuestionado por Washington?
- La orden podría entenderse como una mala y desacertada demostración de poder hacia el Presidente Hugo Chávez como líder regional, pero además es una amenaza para toda la región. El jefe de Estado de la Nación (que se supone) más avanzada en el mundo y que se presenta como defensor a ultranza de los Derechos Humanos y promotor de la democracia, deja en evidencia ante el mundo que para ellos nada es más importante que el mal manejado interés nacional, absolutamente todo está por encima de sus intereses incluso la vida de inocentes.
- Aunque la operación ha suscitado las críticas de la Liga Árabe o líderes como el Primer Ministro ruso, Vladimir Putin, que la ha calificado de "cruzada medieval", Obama aseguró que no se arrepiente de haber dado la orden de intervenir. ¿Esto podría ser calificado de una doble moral del presidente de EEUU?
- Si hay algo
que ha marcado la política exterior norteamericana es precisamente
la doble moral con la que se actúa, las filtraciones de Wikileaks han
dado muestra reciente de ello. La política exterior norteamericana
ha sido desde tiempos inmemorables (ajustada por supuesto a que sea
gestiones de republicanos o demócratas) una declaración de principios,
en el papel muy bonitos, pero que en la realidad se traducen en ambición
imperialista, donde se hace uso de cualquier mecanismo aunque sean ilegales,
con tal de alcanzar los objetivos trazados o en función del interés
nacional.
- Cómo ve las diversas protestas en los países donde dispensó su visita, incluso originó por su seguridad que fuera modificado el itinerario del presidente norteamericano.
- La lectura
de ese panorama es de rechazo, no hay otra manera de catalogarlo.
Digamos que la seguridad es normal ante la visita de un jefe de Estado
a otro país, pero estas medidas se extremaron ante la ola de protestas
que se alzó sólo con el conocimiento de la visita. Pienso que
hoy en día hay una realidad que no se puede tapar ante los pueblos.
Antes la política exterior de los países se conocía tras bastidores
sólo en ámbitos gubernamentales, ahora está en la escena pública,
ya no se pueden ocultar las constantes violaciones a los Derechos Humanos
en Estados Unidos a lo interno y las amenazas y violaciones a la soberanía
de otros países por parte del gobierno norteamericano.
- Expertos economistas han señalado que la relación de Washington con la región ha estado desarticulada y no ha habido una clara idea de como aprovechar las ventajas, por lo que el beneficio sólo ha sido para EEUU. ¿Qué puede decir al respecto?
- Claro que
ha sido una relación desarticulada, estoy completamente de acuerdo
con los expertos que manejan dicha tesis, sin embargo, la génesis de
ello es política. Evidentemente, Estados Unidos no puede mantener una
relación articulada con los países de la región, sencillamente porque
no les importa lo que pasa aquí, sus intereses son y serán siempre
económicos y de dominio político, de aprovechamiento, nunca de cooperación
o ayuda (pero de la verdadera, no de la condicionada). Tradicionalmente
los gobiernos de Norteamérica actúan en función de una fórmula ganar
– ganar, en todo sentido, eso no ha cambiado y no se vislumbran cambios
cercanos.
- ¿Qué reflexión nos ha dejado su viaje y lo que está sucediendo en Libia?
- Sobre el
viaje creo que hay más que comentar sobre los vestidos utilizados por
la primera dama norteamericana y a lo que los medios le han dado más
cobertura que sobre lo estratégico, para mí el viaje fue un completo
fracaso, no hay nada positivo que sacar de ello.
Ahora, mención
aparte merece lo que está ocurriendo en Libia. Hay un autor que
se llama Karl Von Clausewitz que escribió un tratado sobre
La Guerra donde expone que “la guerra es la continuación
de la política por otros medios”
y es así como la administración Obama ha entendido y ha practicado
la guerra en Libia, como parte de su política. Hoy en día en todo
el mundo la guerra es cuestionable desde cualquier punto de vista,
en función de ello han ganado espacio la conciliación y el diálogo,
que además fue la idea del Presidente Hugo Chávez ante la situación
de ofensiva civil inducida que se gestaba en Libia, propuesta que fue
desechada por los decisores de la política internacional que prefirieron
la vía más rápida: la guerra. Ciertamente, la senda de la conciliación
es mucho más larga y trabajosa porque requiere de criterio político
para lograr poner de acuerdo a dos partes antagónicas, tarea realmente
difícil, pero no imposible. Muchas vidas han podido salvarse, muchos
inocentes y sobre todo muchos niños podrían estar vivos hoy si se
hubiese tomado la vía del diálogo.
Para finalizar,
me gustaría dejar una reflexión. El jefe del país
más importante del mundo, una nación desarrollada y donde
todo funciona a la perfección optó por una vía rápida y destructiva
para intervenir en Libia, una guerra enmarcada en un esquema medieval;
en tanto que el jefe de un país catalogado por los hacedores de política
como tercermundista y atrasado propuso una salida conciliada y
pacífica a la situación interna de Libia ¿Que ironías no?. En todo
caso, quiero dejar sentada mi posición asumiendo el tercermundismo
teórico donde no quede espacio para la confrontación y la guerra.
- *La autora es licenciada en comunicación social, analista político y colaboradora para este medio de comunicación.
- nirmanlucia@gmail.com