Existen diferencias que ante la vida y la
lógica son insalvables. Un gobierno que
se denomina revolucionario, humanista, solidario y defensor de los Derechos
Humanos, no puede tirar por la borda todos esos principios tan solo por
mantener unas relaciones forzadas que al final favorecen a los intereses
enemigos, contrarios a lo que queremos construir.
Con la llegada de J.M Santos al gobierno de
Colombia, no han cesado los asesinatos contra el Pueblo y sus líderes
destacados que se cometían cotidianamente bajo la dictadura de Uribe, incluso
la figura femenina destacada de la paz de esa nación, ha debido huir por temor a ser asesinada,
ella y su familia (Piedad Córdova) pero el gobierno colombiano, no mueve un
dedo para proteger a sus ciudadanos y no lo hace, por que quienes amenazan y
asesinan son sus organizaciones narcoparamilitares o militares. Quienes se especializan en reprimir, asesinar
y despojar al pueblo colombiano de sus derechos y de la vida misma.
Las banderas internacionales revolucionarias
tienen la obligación moral e ideológica de proteger y velar por la vida, aún
más allá de sus fronteras (cuba es el ejemplo). Dentro de esas
responsabilidades revolucionarias está la solidaridad con quienes son de la
misma condición humanista. Hacer lo
contrario es ceder ante la fortaleza e intereses del sistema y enemigo a vence
y es una traición al espíritu de una
revolución real.
Días pasados el gobierno colombiano capturó
a un fugitivo, ladrón y solicitado con código rojo por la policía interpol, por
solicitud de Venezuela. Ese delincuente (Velázquez Alvaray) no fue deportado a Venezuela, como lo
contemplan los acuerdos internacionales entre ambas naciones. Pese a ser un vulgar ladrón, no hubo ni
siquiera un tiempo prudente de detención, ni de notificación al estado
venezolano, sospechosamente el susodicho fue deportado a Costa Rica, sin muchos
tramites. Pero en cambio el estado y el
gobierno Venezolano, tienen detenido a un revolucionario, enfermo, le viola
todos los derechos humanos de primer orden, y amenaza con deportarlo a un destino
incierto, donde seguramente será encerrado en unas mazmorras bajo cargos
ficticios. Julián Conrado, sin haber cometido ningún delito en suelo
Venezolano, un hombre que destaca por la lucha a favor de su pueblo oprimido y
masacrado por la oligarquía colombiana, es tratado en la patria revolucionaria
Bolivariana, como un enemigo, más peligroso que Posada Carriles.
El gobierno y la
oligarquía de Colombia tienen bajo su tutela a personeros que son responsables
de la muerte de cientos de venezolanos. Delincuentes
de comprobada participación en actos sediciosos y de poner en peligro la
existencia misma del estado venezolano. Lo mismo sucede con los gobiernos
norteamericanos. Pero estos aducen excusas estúpidas y burlonas, para no
entregar a esos terroristas a nuestras leyes; y todo queda en engaño y burla. Mas siendo que un luchador por la vida del
pueblo colombiano es capturado en nuestro país, al que acudió por razones de
salud y en procura de la necesaria solidaridad revolucionaria y humanista,
entonces se hacen las miles de tretas, incluso la violación de la novísima
constitución nacional y la carta internacional de los DDHH, para tratar de
complacer al gobierno sanguinario y represivo de Colombia. Todo eso (repito) en
detrimento de la solidaridad, humanista, internacional, revolucionaria,
¿entonces de que solidaridad y revolución hablamos? Y dado que hablamos de la
CRBV, Al final un referéndum es bueno, pues es un pueblo exigiendo la
solidaridad con otro pueblo hermano y no la solidaridad representativa de un
gobierno hacia otro gobierno de diferente signo ideológico ¿O es que no somos
un país con un régimen de gobierno constitucional participativo y protagónico?
Esta bien Uds. son el gobierno por voluntad de la mayoría de los tenemos
posición ideológica común a ustedes ¿o no?, porque a Uds. no los eligió el
escualidismo o los vende patrias, o los asesinos de pueblos. Y no me vengan con
esa vaina de radicalismo, por que eso es lo que hace falta para acabar con
tanta desviación. Ahora bien, parte de esa mayoría que los elegimos, les
exigimos que sometan las decisiones de solidaridad internacional o, entre
pueblos, a nuestra soberanía como poder originario y constituyente, ya que Uds.
son constituidos en base a nuestra
voluntad. Con respeto y solidaridad, respétennos. No somos títeres ni muñecos políticos sin voluntad. Somos
activistas que los sostenemos en el poder y los que hacemos votos por la salud
del líder SOLIDARIAMENTE. Y la solidaridad es para todo y para todos.
Patria socialista o muerte… venceremos
(*) Abogado Bolivariano
lo que será