Hoy nuestros pueblos están conscientes de las extraordinarias riquezas que posee Nuestra América, enormes cantidades de bienes naturales: agua dulce, petróleo, gas natural, minerales preciosos y estratégicos, biodiversidad que nos pudiera convertir en una potencia en farmacopea y alimentaria y como si fuera poco, la diversidad cultural que nos proporcionan los cientos de pueblos ancestrales que nos habitan, desde México hasta la Patagonia, con su maravillosas cosmovisiones, culturas, idiomas y medicinas propias.
Es hora de decirle adiós al Eurocentrismo. Mientras en nuestro continente del Sur surgen líderes, gobiernos y movimientos sociales progresistas que reafirman nuestras soberanías que defienden la autodeterminación de nuestros pueblos y que desarrollan políticas económicas y sociales con cara al Pueblo que reducen la pobreza, garantizan el acceso a la salud, a la alimentación, a la educación, a la seguridad social, en fin se comprometen con la justicia social, allá en Europa se hunden en una crisis donde pretenden salir de ella aplicándose las recetas que ya en Nuestra América rechazamos (salvo algunas excepciones).
Pobre de ellos, no quieren aprender, creen que recortando en el gasto social, en seguridad social se salvaran y el estado de Bienestar del que se vanagloriaban se viene a pique. Volvamos nuestras caras hacia nosotros mismos. Somos la esperanza, somos el futuro.
Ana Elisa Osorio Granado
kawanayen@gmail.com
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