Es innegable que las sociedades políticas imperiales se están desboronando, esto lo muestra; las diferentes situaciones que a lo largo del final del siglo pasado y el comienzo del XXI, en las que han dado señales de su fracasada necedad de querer demostrar ser superiores al resto de la humanidad. Han desatado guerras en todos los rincones del mundo, se han querido apoderar de todos los recursos y materias primas del planeta a costa de la imposición hegemónica con su poderío bélico y guerrero. Los diferentes fracasos en este sentido de esa coalición diabólica imperial (OTAN) dan fe que hoy viven una desesperada arremetida contra el mundo para demostrar que tienen vida todavía, con el riesgo incluso de acabar con media población mundial con el fin de querer figurar como una entidad divina mundial que todo lo puede y con impunidad absoluta.
El irrespeto grosero del Reino Unido por la figura sagrada del asilo a nivel internacional no señala sino, que se creen seres superiores que pueden pisotear incluso ese bien humanitario. Ecuador ese país suramericano, pequeño pero con un corazón mas grande que toda Europa, esta demostrando y desenmascarando toda esa farsa de aladines de libertad que los medios mundiales señalan a las potencias occidentales todos los días hasta el cansancio. Latinoamérica tiene allí una gran oportunidad para posicionarse un gran lugar en la historia del mundo contemporáneo, hoy Ecuador es toda ella.
Debemos vernos sin complejo y sin medición en el espejo de Irak, Afganistán, Libia, Siria, África, entre otros que han sido victimas de un poderío bélico por parte de estas potencias que han sembrado el caos y seguirán haciéndolo, sino hay un freno por parte de esa humanidad con criterios sociales que debe imponerse hoy en el mundo. Debe Latinoamérica tomar para sí, la situación diplomática ecuatoriana que hoy vive en el Reino Unido. No solo hacer declaraciones, sino tomar espadas para estar prevenidos y accionar para una contundente respuesta, en todo nivel necesario, en caso de que esta potencia reaccione de forma ya acostumbrada, así como cuando toman decisiones en el Consejo de Seguridad de la ONU. No les va a temblar el pulso para una acción que violente el derecho internacional, que pisotee la soberanía ecuatoriana en su embajada y será allí cuando Latinoamérica debe dar a respetar su lugar en el mundo de hoy. Debe señalar que nació luchando por la libertad, por el respeto a los pueblos, por el mundo en que vivimos, por la paz entre todos los seres humanos.
Tiene una prueba de fuego. Habrá quien se esconda en discursos cobardes e intereses propios, lacayos, escondidos en pausas diplomáticas de testaferros imperiales que hay en este continente. El sagrado derecho del asilo quiere ser removido por una vieja histérica en decadencia, esa niña Latinoamérica debe darle un lección, llego la hora. Indios, negros, blancos y mestizos criollos americanos, vamos a decirles ya basta. Latinoamericanos rescatemos la humanidad.
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