No se entiende fácilmente la conducta y contradicciones de algunas naciones europeas sobre la prohibición del sobrevuelo del avión presidencial del Estado Plurinacional de Bolivia. Los europeos se ufanan en poseer un riguroso sistema de control de tránsito aéreo (ATC), que es capaz de detectar a palomas mensajeras en sus rutinas de vuelo. Como bien es sabido existen normas internacionales que regulan la circulación de cualquier aeronave. La OACI es una organización mundial encargada de aplicar las recomendaciones para la aviación civil internacional y su complicada labor de normar el tráfico aéreo y con sus distintas aerovías, los cambios meteorológicos y otros imprevistos de la navegación.
Realmente es una disciplina científica bien estudiada, que selecciona a personas equilibradas con gran percepción y proyección espacial. Los pilotos, navegantes y tripulantes están a la par de los controladores aéreos, especialistas de las torres de control de área, radal y aproximaciones, personal de pista y rampas, bomberos aeronáuticos y un sinfín de trabajadores especializados que garantizan la seguridad y eficiencia de las operaciones aéreas en cualquier lugar del planeta. Cada avión tiene una sigla distintiva, con tripulantes a bordo y pasajeros con nombres y apellidos. Antes de iniciar el vuelo se hacen los planes respectivos de ruta, salida, llegada, distancia, bases, y aeropuertos alternos. Cada avión tiene una capacidad determinada de combustible y tiempo estimado de vuelo. Nada de esto es extraño para los profesionales de estos complejos procesos. ¿Qué pasó entonces? el Falcon 900EX de fabricación francesa de la Fuerza Aérea Boliviana en el cual viajaba el digno hermano Presidente Evo Morales; cuando despegó de Rusia ya su identificación estaba en circulación del ATC europeo. ¿Por qué se fuerza a una situación potencial de peligro al no autorizarse sobrevolar el espacio aéreo previamente seleccionado y aceptado?
El piloto de la nave se declaró en emergencia por consumir el combustible al no ser autorizado el alternado previsto para estos fines de equipamiento. No seamos pendejos, honestamente no creo que sea una estupidez; es la decadencia de algunas naciones de Europa en su relación cómplice con el imperio norteamericano, la CIA y el caso Snowden. Cada nación de la América mestiza tiene una historia lamentable que contar de las prepotencias y humillaciones de los anglosajones y europeos contra nuestro continente de esperanza. No bastan las escusas diplomáticas, es necesario estar consciente que se avecina nuevos escenarios de conquista y neocolonialismo. La OTAN es una de estas farsantes para este siglo XXI y debemos estar alerta. Venceremos.
@williamfarinas