Grano de mostaza

Señora Power, una agresiva Imperialista

La señora Samantha Power fue recientemente designada embajadora de EEUU en la Naciones Unidas. Antes de sentarse, disparó arrogantemente todo tipo de injurias descabelladas e injerencistas contra La patria venezolana y otras naciones que tienen voz en esa entidad multilateral. No será la primera ni última vez que muestre su actitud insultante, tendenciosa y prepotente junto a la apariencia académica y periodística como flamante agente imperial. Anteriormente en su ataque a la misma Hilary Clinton, lo ha reconocido pragmáticamente sin pudor, de acuerdo a sus intereses acomodaticios y gobierneros del nuevo poder blando norteamericano.

El infierno, los monstruos y culpables de asesinatos contra la humanidad que ve y escribe, solamente son cometidos allende de sus fronteras por extranjeros; mas no ha tenido la solvencia intelectual ni moral para tocar los desmanes guerrerista y criminales de la potencia militar que representa y asienta en la ONU. No hay que mirar tan lejos en el tiempo como las matanzas de la población indígena norteamericana por ejemplo; en el propio siglo XX se le olvida quien mato cientos de miles familias japonesas con las terribles y criminales bombas atómicas; olvidando asimismo las matanzas crueles en la guerra de Vietnam, testimonio vivo de las ofensas a la dignidad humana de los pueblos asiáticos. Fueron más de 500 mil toneladas de bombas de todo tipo, incluyendo el Napalm, que quemaba en masas a mujeres y niños campesinos de esa inmortal patria de Ho Chi Minh.

Sus pares del New York Times la consagran como una luchadora contra el genocidio en el mundo actual, no obstante la descarada exclusión y responsabilidad estadounidense de la muerte de más de un millón de iraquíes por las denominadas sanciones a las armas de destrucción masiva de Saddam, a quien los halcones armaron hasta los dientes cuando era su aliado preferido contra Irán; igualmente las carnicerías sionistas contra el valeroso pueblo palestino. Nosotros en la patria grande de Bolívar y Chávez estamos acostumbrados a lidiar con gente como Ud.; grite, escriba y vocifere todo lo que quiera, aquí tenemos la dignidad de un pueblo heroico de mil batallas contra imperios e injerencias. Los presos musulmanes de Guantánamo, las matanzas de hermanos mayas en Guatemala, las dictaduras de todo cuño auspiciadas por los gringos y tantas otras atrocidades que aun Ud. Imagino no ha leído ni conoce.

Le pedimos a nuestro digno Canciller Jagua, si tiene la oportunidad le regale un ejemplar de “las Venas Abiertas de América Latina” del patriota Galeano, para que conozca y respete. En conclusión: la política imperialista injerencista estadounidense hoy recae en tendenciosas y descaradas imprecisiones históricas, morales y políticas que merecen una orientación menos revanchista, oportunista y de pretendida solvencia intelectual para que vinieran a ofender la dignidad del glorioso pueblo bolivariano de Venezuela. Venceremos


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William Fariñas

Diputado a la Asamblea Nacional


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