Es completamente inaceptable, desde todo punto de vista, que el gobierno de Estados Unidos pretenda imponer a Venezuela sus criterios imperialistas, tal como se desprende de la lectura del documento “Estrategia de Seguridad Nacional 2015″, emitido recientemente por la Casa Blanca. Con dicho documento, el gobierno estadounidense vuelve a inmiscuirse en los asuntos internos del país, buscando animar una vez más a los sectores reaccionarios de la oposición en sus propósitos de acabar con el gobierno nacional y el proceso revolucionario bolivariano. Todo esto lo esconde el gobierno de Obama bajo un supuesto impulso “a los valores universales de democracia y derechos humanos”, además de “empoderar a futuros líderes” que sigan los dictados del imperialismo yanqui, abandonando toda noción de soberanía que entorpezca esta intención.
Como se podrá deducir, nada de esto es simple coincidencia con lo adelantado por los grupos opositores en su sabotaje a la normalización del abastecimiento de productos a la población y menos cuando no disimulan su complacencia al ver cómo continúan formándose las colas en los establecimientos comerciales, esperando que todo esto desemboque en güarimbas y saqueos. De ahí que no sea exagerado advertir que se trata de desencadenar hechos de esta naturaleza en territorio venezolano, antes y durante las elecciones parlamentarias próximas, algo que ha sido calculado por la dirigencia opositora desde el año pasado, repitiendo el mismo esquema aplicado luego de las elecciones presidenciales y del Día de la Juventud, con sus secuelas de asesinatos de civiles y militares, destrucción de edificios públicos y violencia fascista.
Además, resulta grotesco que Estados Unidos hable de riesgos a su seguridad nacional en un mundo inseguro cuando todo el mundo conoce que su injerencia en los asuntos de otros países es la causante directa de la violencia y destrucción que sufren estos países, especialmente en aquellos que poseen petróleo. Ahora buscan legitimar esta injerencia en Venezuela con la aplicación de sanciones a funcionarios del Estado y amenazas que van en contra del derecho internacional.
Así, quienes se manifiestan entusiasmados por la posición estadounidense estarán entonces también de acuerdo en que se someta a Venezuela a la misma situación caótica de otras naciones como resultado de la política imperialista de la Casa Blanca. Con esto demuestra la oposición el nulo o escaso valor que le otorga a la soberanía nacional y al hecho que una mayoría de los venezolanos sigue respaldando al proceso revolucionario bolivariano socialista, a pesar de todo lo que han hecho para revertir esta realidad.-
Maestro ambulante
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