No se sabe cuál es el límite de tiempo impuesto para dar cabida a la posibilidad de exponer la rúbrica a la argumentación antiimperialista del gobierno, como muestra de adhesión a tales razonamientos. Pero seguro si es que ya a una semana de iniciarse tal procedimiento, el número de firmantes es relativamente pequeño, si se toma en cuenta que el furor y la emoción van de la mano en los comienzos de este tipo de actividad y que el declive de participación va acentuándose en contra de la dinámica de aportación de firmas, en la medida que el tiempo transcurre.
O sea si a ésta fecha, solo 4 millones de venezolanos han suscrito el documento, siendo esto menos de la mitad de la meta de los 10 millones previstos, muy difícil será a estas alturas lograr la meta propuesta en los días venideros. Y es que a humilde criterio de este escrito, el gobierno revolucionario en este tema de la defensa nacional ante las pretensiones del imperialismo del norte, se peló de hocico a rabo. Que no se logre la meta de los 10 millones de firmas constituiría una derrota política sin precedentes, si se considera que ni siquiera el ímpetu nacionalista pudo acercar los sectores chavistas descontentos y los menos radicales de la oposición. Casi una catástrofe política, si se mira con una lupa electoral.
No contaban quienes diseñaron esa estrategia que los sectores menos radicales de la oposición saldrían por su lado con documentos propios llamando a sus copartidarios a adherirse a ello y mermando sustancialmente el volumen de firmas exigidas por la revolución como es el caso de Henri Falcón y su Vanguardia Progresista, que ha logrado que Lara sea uno de los estados con menor adhesión al documento de la revolución. Y así el partido de Joel Acosta Ch. merma las rubricas pro gobierno en Trujillo, etc. La matriz de opinión que intenta imponer la oposición en los términos de que se trata de un firmazo proselitista y persecutor ha cobrado alguna importancia y los sectores más radicales hasta se atreven a despotricar de la argumentación antiimperialista acentuando sus posiciones de derechismo consumado.
Y si se entiende que entre las tareas del socialismo está la de conquistar adhesiones hasta de los más exponentes rivales de sus doctrinas, entonces estamos retrocediendo. Y por último el costo financiero de la campaña pro firma ha sido descomunal. No se sabe cuánto por ejemplo ha embolsillado Venevision en tal campaña propagandística. O no se sabe cuál fue el costo de traer a todos los embajadores de América para que hablaran un minuto escaso, en Cadena Nacional y que por cierto muy poco dejaron en sus breves alocuciones. Mientras tanto ni siquiera el Bono de Salud desde hace más de un año prometido por el presidente a “sus viejitos” ha sido cancelado. Y el país pierde la brújula llevada por un gobierno al cual Chávez le dejó expresas instrucciones de no dejarse obnubilar por pendejadas.