Una publicación reciente da cuenta, desde la voz de la propia clase política estadounidense, de la amenaza terrorista, una de las expresiones de la guerra preventiva que se libra en contra de Venezuela.
La famosa revista Foreign Policy, conocida también como "La revista del Departamento de Estado", por la influencia que sus colaboradores ejercen sobre la política exterior estadounidense, publica en su edición electrónica de Marzo de este año una reseña llamada "The World´s Marked Men", en la cual figuran siete líderes mundiales sobre quienes existe la amenaza de asesinato. 1
Chávez figura tercero en esta lista negra. Respondiendo a la pregunta de ¿Por qué (habría de ser asesinado)? la revista señala que "La larga lista de enemigos de Chávez incluye a la administración Bush, muchos líderes latinoamericanos, y al tele-evangelista Pat Robertson." El rechazo de estos sectores se debe, según la publicación, al "antiamericanismo fortuito" (!) de Chávez, y a sus alianzas con "grupos tales como los rebeldes de las FARC".
En cuanto a quienes tendrían la intención de asesinar a Chávez, Foreign Policy dice que se trataría de "facciones militares disidentes" venezolanas, o miembros del antiguo régimen "algunos de quienes ahora viven en Miami". Cínicamente añade: "En cualquier caso, los EEUU serían culpados".
Incluso se plantea cómo se realizaría este acto terrorista: "Un asesino en un acto público, o un tiroteo a puerta cerrada efectuado por un efectivo militar".
El "peor escenario posible", para los intereses estadounidenses, por supuesto, sería el ascenso al poder de un "ala radical del chavismo", y una posible paralización de la exportación de petróleo hacia los EEUU.
Todo este artículo es una apología del asesinato. Vale a modo de confesión.
Es de resaltar que el señalamiento de que los EEUU serían culpados "en cualquier caso", sirve de tapadera moral para el aliento político y material que los terroristas reciben de parte del gobierno de los EEUU. Vincular a Chávez con las FARC cubre el doble propósito de enmarcar su eliminación física en la "guerra contra el terrorismo", doctrina detrás de la cual se ha levantado una de las ofensivas más feroces del terrorismo de estado estadounidense, y, además, legitimar las acciones criminales de un estado satélite, como lo es el colombiano.
En los últimos días, el testimonio de un ex jefe de la policía secreta colombiana, el DAS, da cuenta del involucramiento de los más altos niveles del gobierno colombiano, conjuntamente con el paramilitarismo, en planes para asesinar a Chávez, junto a otros líderes y funcionarios del gobierno venezolano. A raíz de estas revelaciones, que han conmocionado a la opinión púlbica en Colombia, Uribe ha planteado la posible eliminación del DAS, así como la reducción de las instancias de inteligencia militar del estado colombiano.
En Venezuela nos toca adaptarnos de otra manera a estas revelaciones.
Las amenazas, nada veladas, no pueden lograr sino reafirmarnos en nuestros propósitos de lucha. Si vamos a correr, que sea hacia adelante.
La única manera de honrar el ejemplo revolucionario de Chávez es trabajar para que no sea imprescindible. En la medida que logremos esto, lo haremos menos vulnerable al crimen y la agresión de nuestros enemigos. Contra la sofisticación criminal de los enanos morales, nuestras defensas tienen que ser sobre todo políticas. Realizar la revolución es hacerla irreversible. Y nuestra tarea, como se puede ver, es impostergable.
Nota
1- Ver el artículo original
http://www.foreignpolicy.com/issue_marapril_2006/dossier_03.php