Venga ese abrazo compañero presidente Maduro y tiempo sin verlo
hombre, no recuerdo la última vez que nos vimos y, dónde, lo que son
las cosas no, pero así somos nosotros, hombres preocupados por
nuestras funciones de Estados y, la familia ¿qué me dice de la
familia?, ¿todo bien por supuesto, por la batalla de seguir en el
poder? Y, lo más triste sin poder echar una canita al aire como cuando
estaba en el parlamento, aunque la mano se mete sin mucha precaución
como en lo oscuro ¿verdad que sí? Pero no importa, que ahorita no
podemos jugar con candela y, bien sabe que usted y yo estamos más
vigilados que la frontera México-EEUU y, mire que somos noticia de
primera plana en el mundo y calló.
El presidente Maduro, calmado con mucha paciencia oyó todo lo que
Santos le decía y, con habilidad y astucia se fue en un reacomodo
lento de no lanzarle la primera recta al codo del asunto a tratar, y
obedeciendo las instrucciones de sus consejeros que le refrescaron
antes: mire presidente que Santos es muy astuto e inteligente como
estudiante de Harvard y, alumno predilecto de Pedro Carmona Estanga en
Bogotá, así que cuide sus espaldas y no se vaya a ir por la cotagente
de su blablá brutal abierto, juegue con sus ganas sueltas de conversar
y toréelo con pasos ágiles y agalla fría como el comandante hacía y,
si usted quiere reír a gusto ría, suelte la risa, para que lo desarme
en paz y, con esa habilidad encomendada, Maduro, le soltó a rompe a
Santos: ¿qué hay de bueno en Colombia que no lo haya aquí, presidente
Santos? Pues las colombianas amigo Maduro, porque todo lo demás es
venezolano, fue la respuesta de Santos.
El protocolo de consideraciones entre los dos presidentes se fue
estirando sin mucho apuro, ya que ninguno de los dos quería lanzarse
de lleno a sacudir la problemática que los unía y los desunía en ese
momento, cuyo motivo de la entrevista era buscarle posiblemente
soluciones al cierre de la frontera por el descuido demostrado por el
Estado colombiano de no conformar canales de comprensión que hiciera a
éste más fluido de tránsito igualitario, descontaminándolo de
contrabando y flujo de drogas y demás vicios que lo corrompen al por
mayor que todo producto venezolano es más fácil conseguirlo allá que
acá.
Y, con mucha parsimonia, Santos encaró al presidente Maduro con una
sonrisa de lealtad abierta y, le comentó amablemente la siguiente
cuestion que parecía más bien buscando un punto de apoyo de frotar la
actitud de ambos prestos a conversar y, le lanzó un strike perfecto
cuando, le dijo a modo de pregunta, ¿a cómo está el precio del barril
del petróleo en el mercado internacional, me dijeron por allí que
subió -es verdad? Porque sí es así, yo le voy a trancar las llaves
naturales de donde sale su petróleo que es nuestro que, le vienen a
ustedes de Colombia y les entra por nuestra Guajira, todo eso es
nuestro y ve, no decimos nada ni nos quejamos. El presidente Maduro,
se lo quedó viendo y, de inmediato lanzó una carcajada kilométrica y
una vez que la finalizó, le dijo, hay que ver que lo que dicen por
allí es bien cierto que, los colombianos cuando no la hacen a la
entrada la hacen a la salida y usted presidente me la acaba de hacer
de entrada, por lo que veo que vamos a tener una buena tarde salpicada
de amenidades como colegas que somos, pero por favor, no me haga otra
como esa a la salida si. Y hasta allí nuestra buena intención de oír
mas, pero se fue el audio de la atención.