Son claras en estos últimos años, las acciones nacionales e internacionales realizadas por la oposición venezolana para crear inestabilidad política y social en nuestro país; para así derrocar a la Revolución Bolivariana de una vez por todas.
Incautos todos aquellos que están esperando que los marines gringos nos invadan para hacer suya Venezuela. ¡La guerra hace tiempo que inició! Las tácticas aplicadas pueden ser definidas como “Métodos Criminales de Control”; es decir, a través de la delincuencia organizada, asesinatos atroces y crímenes comunes, han logrado controlar grandes territorios, donde ni las fuerzas militares del Estado pueden ingresar.
El paramilitarismo se ha instalado en diferentes zonas de nuestras fronteras, ellos tienen el control pleno de cientos de kilómetros. Y todavía algunos siguen esperando la invasión directa de los gringos ¡La guerra está en pleno apogeo!
La Operación de Liberación del Pueblo –OLP-, plan bien diseñado por los conductores de este proceso revolucionario, nació con el fin oculto de disminuir esas bandas criminales extranjeras –paracos- lideradas personalmente por Tamir Pardo, director del MOSAD, junto agentes de la CIA. La OLP, entre otras acciones de envergadura, son la única pared que nos separa del holocausto total.
La guerra económica y psicológica, el colapso de los principales servicios públicos, la terrible delincuencia, el guabineo de muchos políticos, es parte de la planificación elaborada por los servicios de inteligencia sionistas y norteamericanos para vencernos. Pero algunos maricones de “nuestras filas” siguen pendiente de criticar al tipo Maduro, sin observar claramente lo que está ocurriendo.
Hemos pasado todos los obstáculos puestos en el camino, aunque en estos días venideros podrían agudizarse los ataques del enemigo: están desesperados, tenemos años venciéndoles, sumado a esto la derrota que les propició en pueblo Sirio, los dueños del mundo, quieren suprimirnos de inmediato.
No perdamos tiempo con Almagro. Él es un caballo de Troya, quieren desviar nuestra atención, mientras el paramilitarismo sigue inoculando todo su veneno en el seno de la Revolución. ¡Alerta!
Es hora de arrodillarnos frente al Imperio, sí arrodillarnos, pero con el único objetivo de afinar la puntería.
Tal como dice la vieja consigna guerrillera: “La línea justa es… luchar hasta vencer”. La batalla final es ahora, la mejor defensa es el ataque.