"El sol de Venezuela sale por el esequibo" dicen los militares en su consigna de saludo y el presidente les responde: "Por el esequibo"
Esa consigna es una reafirmación de nuestra soberanía y está muy bien, pero ¿De la consigna a la acción que hemos hecho?, ¿Qué estamos haciendo? Y ¿Qué estamos dispuestos a hacer para que no sea una mera consigna?
Hace años que escribo sobre esto así que aquí hago una mezcla de varios artículos publicados, actualizándolos.
Desde los inicios de la disputa por el robo que le hiciera Inglaterra a la naciente República de Venezuela por allá por el año 1835, sobre un territorio situado entre el Roraima y el rio Esequibo y que abarca los 159.542 Km2 es poco lo que Venezuela ha hecho para recuperarlo.
¿El motivo? No hace falta ser muy inteligentes para llegar a la conclusión: miedo a las armas de los ingleses al principio y de los norteamericanos al final.
No es para menos, todos conocemos ese miedo en nuestra vida diaria: ¿Cómo hacemos para enfrentarlos al choro que anda armado y que no vacilará en matarnos? ¿Cómo nos enfrentamos al patrono que abusa y que nos puede dejar sin trabajo si nos quejamos? ¿Cómo nos enfrentamos al bachaquero que nos roba sin misericordia ante la impunidad más asquerosa?
Tosas estas interrogantes tienen algo en común: la causa de la indefensión de la víctima es la inexistencia de un sistema de justicia honesto y eficiente que proteja al desvalido.
Así como el bachaquero es protegido por los vigilantes de la ley (llámese funcionarios de la GNB, PNB, Alcaldía) que se hacen los ciegos ante quienes a plena luz del día hacen desastres con el bolsillo de los pendejos o que incluso se benefician de estos; así como el patrono mantiene asociados dentro de la burocracia del estado para silenciar a cualquier obrero robado, así como el delincuente tiene socios dentro de los cuerpos policiales y tribunales, para poder seguir robando y matando impunemente; así mismo pasa con la justicia fuera de nuestras fronteras.
En 1830 por obra y gracia de Paez y Santander nos separamos de la Gran Colombia tirando a las cañerías de la historia toda la gesta independentista y unificadora de Simón Bolívar; sin embargo en ese momento histórico, comienzo de la Cuarta República, se dejó claro en la constitución que los limites se mantenían iguales a los de la extinta Capitanía General de Venezuela para el año de 1810, momento en que nos separamos de España y que eran prácticamente los mismos límites de 1777 cuando nace dicha Capitanía General; es decir reconocido el territorio hasta el rio Esequivo.
Desde que en 1835 apareció el mapa dibujado por Shomburgk donde se nos despoja de todo el territorio sin ningún argumento, han pasado 182 años en los cuales no hemos dejado de reclamar pero con el miedo por delante a un despojo militar definitivo; ya lo vivió Bolivia con Chile, que al reclamar lo que Chile le robó en Antofagasta, decidió hacerlo por la fuerza; perdió la guerra y por lo tanto el ganador se lleva todo; punto y final al reclamo.
La Venezuela pobre y devastada de 1830 no tenía como enfrentarse al imperio británico, sin embargo, desde el mismo año 1835 cuando apareció el famoso mapa de Shomburgk, se protestó hasta lograr que se abriera un tribunal internacional en Francia cuyo resultado fue la estafa del Laudo Arbitral de París de 1899, que despoja "legalmente" a la patria de Bolívar del territorio reclamado y se lo entrega a Inglaterra, sin ningún basamento histórico-jurídico que ampare la decisión y mas bien, como declaró, uno de los juristas de nombre Severo Prevost (abogado norteamericano, representante de Venezuela en el litigio) la solución de menor daño a Venezuela pues Inglaterra pedía hasta la desembocadura del Orinoco y la región que hoy conocemos como Upata.
Venezuela protestó el laudo pero lo acogió, pues si no lo reconocía Inglaterra declararía guerra y las naciones "legales" del mundo respaldarían su "justo" reclamo; Páez temió perder el Orinoco si se enfrentaba con sus lanceros al temible ejercito inglés, que seguramente sería ayudado por el ejército gringo, el Alemán y hasta por alguno de estas mismas tierras.
No es sino hasta 1948 al fallecer Severo Prevost, que se hace público un documento dejado por este "para ser publicado después de su muerte", donde expone todas las trampas, negociaciones de cargos y dinero que se hicieron para despojar a Venezuela en el tribunal de Paris; es con esto que Venezuela logra denunciar como nula e irrita la decisión del laudo Arbitral de París de 1899 ante la ONU y esta es admitida; con esto se vuelve a la disputa como si fuera el mismo año de 1835 pero el ejército ingles sigue siendo más poderoso, los ejércitos latinoamericanos son vasallos del ejercito gringo y el nuestro ni se diga.
Esa aceptación de la nulidad del laudo de Paris nos llevó a firmar con Inglaterra el acuerdo de Ginebra en 1966, donde ésta reconoce el reclamo y se compromete a buscar una solución pacifica donde ambas partes queden conformes, cuando lo debido era tomar posesión de la tierra que nos habían robado.
Ese mismo año Inglaterra da la independencia a Guyana y en nuestra felicitación al recién nacido país le recordamos que su límite llega hasta el rio Esequivo; pero no tomamos posesión del mismo y se los dejamos para que ellos nos lo cuiden. Apenas un año después al no llegar a ningún acuerdo firmamos en Trinidad y Tobago el "Protocolo de Puerto España" congelando por doce años el reclamo y aceptando que hasta que no se llegue a ningún acuerdo el territorio no podrá ser explotado por nadie, pero queda dentro de la jurisdicción de Guyana.
En 1982 vencido el plazo de los doce años, volvimos a acogernos al "Acuerdo de Ginebra" que busca un final feliz a la historia del más absurdo despojo. Hasta ahora ese territorio está habitado por "guyaneses" y está siendo explotado por Guyana ante las narices de un país que ayer le tuvo miedo a los ingleses y hoy a los gringos, que están instalados allá con sus trasnacionales.
Pero como no tener miedo a un país que está buscando la manera de volver a morder nuestra deliciosa tierra y chuparse nuestros recursos.
¿Cómo hacemos para enfrentarnos al malandro más grande del planeta?
De momento ya avanzamos: Hicimos una consigna militar donde nuestros soldados le dicen a Guyana que nuestro país comienza por allá
Pero aun no hemos hecho nada para crear conciencia en los jóvenes y en el país en general a través de las escuelas, liceos y universidades con charlas DIARIAS sobre la historia del diferendo.
Aun nuestra legislación no ha reconocido la nacionalidad venezolana a todo ciudadano que se encuentre en nuestro territorio Esequivo y no permite a quienes estén interesados se postulen a diputados para la AN, Alcaldía, Consejo Municipal o Gobernación por el territorio en cuestión o (si se decide colocar el territorio en su justa dimensión) que se postules para los estados Bolívar y Delta Amacuro según la parte que les corresponde a estos estados.
Aun no se han dado instrucciones para proteger con todo lo que se tenga, por vías de coexistencia pacífica pero con firmeza, la proporción de la fachada atlántica de nuestra zona económica exclusiva amparada en el decreto 1787 publicado en Gaceta Oficial número 40.669 de fecha 26 de mayo de 2015.
Con miedo no se llega a ninguna parte, nuestros libertadores no tuvieron miedo, ser valientes no significa buscar ni propiciar peleas o guerras, ser valientes es ser firmes y consecuentes en la reclamación de sus derechos ante los delincuentes sean estos del tamaño que sean y tengan el poder que aseguran tener.
El Esequivo es nuestro, eso no tiene ninguna discusión y no debería tener más negociaciones, donde sólo ganan los que manejan el tiempo a su favor. Lo dice claro Ali en su canción: "porque mientras más se tarde, más difícil es…"
Hasta ahora lo único que hemos hecho es protestar ante organismos internacionales manipulados por la injusticia mundial y mandar carticas de protestas a los usurpadores, ni siquiera hemos sido capaces de crear una conciencia nacional sobre el tema, si yo no le hablo a mi hijo de 10 años del tema no hay maestro de escuela que le hable (a excepción de alguna clase de historia que toque el tema de manera aburrida y superficial).
La oposición apátrida y antinacionalista manipula el tema como si fuera algún problema político o de los "chavistas" y su campaña ha sido más eficiente en los cabezas huecas que ya hasta son capaces de decir, como me dijo un joven hace poco: Aja!!! Y porque Maduro va a querer ahora reclamar la Guayana Esequiba? ¿El no y que es hijo de Chávez pues? Le pregunté qué porque decía eso y su respuesta fue: carajo!!! Usted que es chavista me va a decir que no sabe que Chaves le regaló eso a los guyaneses…
Así estamos, en un país sin conciencia donde el bachaquero se cree con derecho a bachaquear, el ladrón a robar, el funcionario a agarrar lo que le den y el territorio despojado por falta de conciencia más que de cojones.
En la última decisión de Ban Ki Moon antes de dejar la ONU nombró al holandés Dag Nylander como "buen oficiante con mandato reforzado de mediación" nadie sabe qué significado tiene ese "mandato reforzado", pero según se desprende del documento donde se le hace el nombramiento, la idea es terminar de una vez por todas con los "buenos oficios" y si para diciembre de 2017 no se llega a un acuerdo entonces el caso pase directamente al Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, pa que se acabe la vaina.
¿Que estamos haciendo para prepararnos ante ese tribunal? Ya Guyana anunció que está contratando bufetes de abogados canadienses y demás para defender lo que considera su derecho.
¿Nosotros que estamos haciendo?
De momento estamos gritando a través de nuestros soldados que el sol de Venezuela sale por el esequivo, pero ¿Será suficiente con eso?, ¿Estamos dispuestos a defender en cualquier terreno ese grito o quedaremos como los bocones del mundo?.
¿Nos vamos a dejar robar esa parte del país que nuestros jóvenes no saben que es nuestro o por lo menos no sienten como nuestro?
Faltan dos meses para que llegue diciembre; ¿189 años de historia se volverán polvo en nuestra generación?.
¿El sol de Venezuela nace en el esequibo?
Si, El sol de Venezuela nace en el esequivo; que no quede duda y que nuestra juventud lo grite con orgullo y con fiereza.
Pero para que esa realidad sea efectiva hay mucho por hacer y no se ve ni se siente que nada jumee.