Trincheras de Ideas

¿Ahora si viene la invasión norteamericana?

El agente petrolero, co propietario de la Exxon Móbil, Rex Tillerson, ahora con el macro poder político que le da ser el Secretario de Estado del poderoso país e imperio del norte, se lanzó a la cruzada anti venezolana de pretender derrocar al Presidente Nicolás Maduro y defenestrar a la Revolución Bolivariana con el apoyo de diferentes gobiernos de América.

La actitud irrespetuosa e injerencista del prepotente funcionario yanqui es, sin dudas, la respuesta a las políticas anti venezolanas y anti latinoamericanas de la administración neo fascista del presidente Trump y su pretensión de reconquistar su otrora "patio trasero" con políticas de inusitada agresividad implementadas por los gobiernos cipayos y pro norteamericanos de Colombia, Argentina, Brasil, Perú, Panamá, Honduras, Paraguay que forman parte del coro injerencista anti venezolano. Pero ese es un aspecto de la conspiración, un eslabón, ya Trump, en su esperpéntico, grosero y prepotente lenguaje anunció que la opción militar –dixi invasión militar directa o indirecta, a través de Colombia, por ejemplo– también estaba contemplada contra Venezuela.

Pero una invasión, con todos los riesgos geopolíticos y militares que implica para el imperio, pudiera ser una última y peligrosa opción a utilizar por la nación imperial, antes está la aplicación de una serie de políticas de acoso y bloqueo económico a la que se sumó la igualmente cipaya Unión Europea, la adopción de ilegales medidas contra el país, el cierre universal de los créditos, el sabotaje a la compra de medicinas, alimentos, repuestos y equipos e incluso el embargo petrolero, es decir el gobierno de los Estados Unidos da el peligroso salto de no comprarle el petróleo a Venezuela que le es vital, y que durante 100 años ha adquirido sea por vía de la explotación directa, por vía de la reversión o por vía de la nacionalización.

La gira golpista de Tillerson contempla un paquete de políticas injerencistas que configuran la llamada Doctrina Trump para América Latina que pretende, en la "mejor" y más derechista política anti comunista y anti socialista de la Guerra Fría de los años sesenta, cerrarle, por un lado, el impetuoso paso económico a China y Rusia a los espacios geográficos del hemisferio occidental y a los países del "patio trasero" latinoamericano, derribar a los gobiernos y revoluciones de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia, fundamentalmente, sabotear y destruir Petro Caribe (de allí la visita a Jamaica). Impulsar, con una doble política, la subversión secreta de la CIA (la clásica), y el abierto y público discurso mediático golpista llamando abiertamente a los ejércitos patriotas de nuestras naciones a rebelarse y sublevarse contra Nicolás Maduro, Raúl Castro, Evo Morales, Daniel Ortega. Un verdadero retroceso, un querer volver por parte del gobierno norteamericano a la época cavernaria de los golpes gorilas, a los Pinochet, a la desgastada política de seguridad y defensa de tan triste recordación, a la que se agrega una renovada y chantajista política nuclear, acelerada por las políticas nucleares de la República Democrática de Corea, su verdadero dolor de cabeza.

¿Pueden Venezuela y su pueblo, de ser agredida militarmente, resistir, sostener, derrotar una agresión militar impulsada por el gobierno derechista de los Estados Unidos del Norte con el apoyo militar entusiasta de la fascista oligarquía colombiana, que sólo espera la orden de sus jefes norteamericanos para iniciar la agresión y creer que nada les va a pasar?

Un toque a la memoria de las derrotas antimperialistas y populares al imperio yanqui comenzando por Nicaragua y la gesta de Augusto César Sandino, que condujo, con su "pequeño ejército loco", como lo llamara nuestra gran poeta de América Gabriela Mistral, a la derrota y expulsión del ejército yanqui intervencionista en 1927. En 1953 el gran Kim Il Sung dirigió en Corea al pueblo coreano y al ejército de liberación contra los invasores militares yanquis y los hizo morder el polvo de la humillante derrota militar. Años después, en 1961, en la Cuba heroica de Fidel, Raúl y el Che, en tan solo 72 horas, derrotaron una invasión mercenaria contra Cuba y su Revolución. Ya el Comandante Fidel Castro no dirigía un ejército guerrillero sino todo un pueblo, el Ejército Rebelde y la Milicia Nacional Revolucionaria en una contundente y decisiva operación frustraron la invasión financiada y armada por el gobierno del presidente Kennedy, aquella fue –y es– considerada una derrota para el imperio norteamericano. Pero no quedó allí el valor cubano y Fidel le enseñó los dientes de su pueblo al después asesinado presidente Kennedy cuando se descubrieron los misiles atómicos que apuntaban al corazón de los Estados Unidos. Temblaron en los Estados Unidos. Vendrá otra bochornosa y contundente derrota del imperialismo norteamericano, nos referimos a la victoria militar y política del pueblo vietnamita al super poderoso ejército norteamericano, dirigidos nada más y nada menos que por el gran líder comunista Ho Chi Minh y el genio militar Vo Nguyen Giap, el Partido de los Trabajadores de Vietnam y el FNLV o Vietcom. Han habido otras derrotas políticas importantes y significativas al imperio yanqui como la sufrida en Irán con el triunfo de la Revolución Iraní conducida por el Ayatola Ruhollah Khomeini. No puede obviarse en este breve recuento de las derrotas sufridas por los militares norteamericanos, el super poderoso ejército, la derrota actual que le está infligiendo al imperio yanqui el gobierno revolucionario de la República Democrática de Corea con su imparable desarrollo de la industria militar atómica que tiene en vilo y al borde de la histeria a los criminales guerreristas norteamericanos que saben que los coreanos ya cuentan con super poderosos cohetes continentales que pueden llegar a territorio norteamericano y están dispuestos a usarlos si los atacan.

¿El gobierno de Venezuela está, militarmente hablando, en condiciones de soportar una agresión militar o una invasión por varios frentes dirigidos por los Estados Unidos? ¿Qué países de América o de otros continentes apoyarían a nuestro país ante una potencial agresión yanqui?

Algo es claro, este pueblo resistiría una eventual invasión en la concepción de guerra de todo el pueblo, sea directamente por los marines yanquis, a través de ejércitos lacayos como el colombiano y su paraejército de mercenarios, incluso de la participación de fracciones o núcleos de ejércitos de naciones latinoamericanas, militares de países como Perú, Argentina, México, (como ocurrió en octubre de 1962 con el bloqueo naval a Cuba donde participaron naves de Venezuela y otras naciones latinoamericanas durante la crisis nuclear al descubrirse loa misiles rusos que estaban en Cuba) que para eso fue Tillerson a visitar esas naciones lacayas, a recabar apoyo para una eventual agresión militar a Venezuela.

No dudamos del apoyo incondicional de Cuba a Venezuela al sentir como propia las infames declaraciones, pero con quienes contaremos, además, será con los revolucionarios de América que masivamente vendrán a enfrentar a los invasores de cualquier nacionalidad. Los pueblos de América se levantarán, los revolucionarios de TODOS los países latinoamericanos y caribeños estremecerán sus países y las oligarquías temblarán ante la insurgencia antimperialista de los pueblos. La violencia imperialista traería la violencia popular. Se hará realidad lo que una vez dijo el Che antes de irse a Bolivia: "Crear uno, dos, muchos Vietnam". "Contra el imperialismo donde quiera que esté".

La crisis financiera y social que vive el capitalismo norteamericano, la agudización de las contradicciones avivadas por las políticas del proyecto del reordenamiento mundial de los neofascistas (neocons) de Trump con focos de guerra en el Medio Oriente, en el Asia, en África, el intento de recuperar los espacios y mercados perdidos ante el avance económico impetuoso de China y Rusia sin pretensiones hegemónicas ni imperialistas; las políticas racistas, xenófobas, anti populares dentro de los propios Estados Unidos va a agudizar la lucha de clases y el odio y rechazo al imperialismo norteamericano.

Tillerson dijo públicamente, refiriéndose a Venezuela que: "Cuando los militares llegan a la conclusión de que ya no pueden servir a los ciudadanos, entonces se las arreglan para orquestar una transición pacífica".

No puede ser más burda la injerencia del representante del imperio al pretender quebrar o meter una cuña dentro del Ejército venezolano. Hace gala de una ignorancia supina de la realidad cívico/militar que se vive en Venezuela –la siembra y construcción del Comandante Chávez– y un manejo incierto, que parece muy elemental del tema militar. Al decir que "cuando los militares llegan a la conclusión que no pueden servir a los ciudadanos, se las arreglan para orquestar una transición pacífica", está haciendo un juego de palabras ante una realidad que no conoce. Dicho de esa manera eso no tiene sentido, los militares sirven es al país como una totalidad. Un lenguaje un tanto cantinflérico para llamar a los militares a dar un golpe: "se las arreglan para orquestar una transición pacífica". Es decir, el fascista de Tillerson llama al ejército venezolano a dar un golpe en una quimérica "transición pacífica".

Por supuesto de inmediato el alto mando militar venezolano, por boca del Ministro de la Defensa, Padrino López, dio una contundente, fulminante y digna respuesta política rechazando la insolencia del representante del gobierno yanqui y su llamado subversivo y golpista al Ejército venezolano. Expresaba, igualmente, la opinión del Jefe del Estado, Nicolás Maduro Moros y el sentir multitudinario del pueblo venezolano a rechazar las agresiones del gobierno norteamericano.

El pueblo venezolano, dirigido por el Presidente Maduro, tiene la iniciativa política permanente desde aquel 1º de mayo de 2017 en la avenida Bolívar cuando se llamó a la Constituyente. En 9 meses la política revolucionaria venezolano dio un giro de 180 grados. Ganamos con el Petro la guerra de la moneda, vamos a ganar las elecciones presidenciales y reelegiremos a Maduro de nuevo, ganamos con la política del Diálogo y quebraremos mortalmente a la derecha fascista.



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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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