Abiertamente, sin ambigüedades, el gobierno de Trump ensaya todos los métodos de golpe de estado contra Venezuela y prueba otros, como el actual de un "autoproclamado" que en su ejercicio ficticio ejerce el poder totalitario al creerse jefe de un "ejecutivo" y "legislativo", de manera simultánea. Vale decir, que su farsa es tal, que el primer vicepresidente la AN en desacato aún no asume la presidencia del ilegal organismo. Pero el autoproclamado no quiere renunciar a su inmunidad parlamentaria, por la cantidad de delitos de lesa patria que comete a diario.
El estrangulamiento económico, fue aplicado en el Chile de Allende. Nixon ordenó "hacer gritar a la economía chilena". Como no era suficiente, compraron a los militares cercanos al poder, y se delegó en la CIA el soporte. Ya sabemos el resto, Pinochet, su constitución eterna y uno de sus pupilos, Piñera, dos veces presidentes.
Contra Cuba, un férreo bloqueo y embargo económico legalizado por demócratas y republicanos estadounidenses. Sin que hayan renunciado a la intervención militar como la de Bahía de Cochinos, en la cual hubo hasta un "autoproclamado presidente".
En Nicaragua, agregaron estrangulamiento económico y luego "el armar a la oposición". Este ingrediente devino en unas elecciones hechas a la medida de la contra nicaragüense. El resultado quince años de penurias y retrocesos sociales.
En Honduras, Paraguay, el golpe fue parlamentario, aprovechando que las fuerzas progresistas no se habían consolidado. En los casos de Haití, a Arístides, simplemente lo secuestraron, causaron una crisis socio político. Allí está Haití, paupérrimo.
En Iraq, Afganistán, Libia las mentiras mediáticas antecedieron las devastadoras invasiones. Con el desdichado apoyo de países y organismos árabes regionales que reconocieron gobiernos ilegítimos en Libia y Siria.
Todos esos métodos se conjugan en Venezuela, con chantajes económicos y terrorismo psicológico para quebrar el nacionalismo cívico militar.
Venezuela es el centro del interés internacional. Destruir su Revolución es dar una lección de sangre a los pueblos que optan por la verdadera libertad e independencia. Hoy es la hora de los Pueblos, sobrevivir y ganar es abrir las grandes alamedas a la Paz Mundial. La única opción es triunfar.