Quienes tenemos muchos años revisando el almanaque, es decir, quienes cargamos como ornamento una cosa llamada "adulto mayor", disfrutamos por la tv o por el cine los "wéstern", las llamadas "películas de vaquero" o del "viejo oeste". En tales filmes nunca faltó un personaje llamado "sheriff", el sujeto encargado de hacer cumplir la ley y representar la justicia en los Estados Unidos y en algunos condados británicos. Pero como los humanos tendemos a desdibujar la funciones que desempeñan y sobre todo, en los siglos precedentes, tales personajes también cumplían oficios, además de policía, también de juez y verdugo. Fueron famosos algunos de ellos, como Wyatt Earp, Pat Garret, entre tantos que se caracterizaban por ser tipos muy duros, que manejaban muy bien las pistolas y las desenfundaban en un santiamén para sorpresa del bandido, es decir, el malo de la película. Además existieron personajes, una especie de "ranger", por lo general de Texas, como Hopalong Casidy, El Cisco Kid, el Llanero Solitario y su acompañante Toro, quienes, a pesar de no ser sheriff, eran individuos solitarios de rasgos muy duros y se autoproclamaban como vigilantes para hacer cumplir la ley.
Aquellos personajes calaron mucho, sobre todo en el pueblo estadounidense, a tal grado que actualmente muchos presidentes de EEUU actúan, no solo como sheriff de su país, sino que se arrogaron el derecho de extrapolar sus funciones hacia todo el planeta, actuado como policía, juez y verdugo. Este derecho está reforzado con más de 800 bases militares ubicadas en más 81 países (en los cinco continentes), las cuales constituyen verdaderas plataformas logísticas, centros de entrenamiento, comando y control, así mismo, punto de apoyo en operaciones militares. Conjuntamente, el gobierno de EEUU cuenta con prisiones internacionales como Guantánamo (Cuba) y otras clandestinas en diversas partes de Europa. A lo anterior se debe agregar el control que EEUU tiene sobre la OTAN, una nefasta y letal organización militar que opera, no solo en la UE, también en África y Asia.
Los gobiernos de EEUU no solo cuentan con una plataforma militar para proceder en cualquier parte del mundo en tiempo record, también posee respaldo financiero para penalizar a cualquier país que no se someta a las directrices de Washington, como es la Reserva Federal, el Departamento del tesoro, el FMI, el BM, entre otros. Además del control militar y del sistema financiero mundial, cuenta con organismos internacionales con sede en EEUU como la ONU, la OEA; CEPAL; 1,5 millones de ONGs; USAID y otros.
Quizás por estos derechos malentendidos es que los diferentes gobiernos de EEUU se atribuyen la potestad para actuar como policía, juez y verdugo. Amparado en lo anterior los arrellanados en la Casa Blanca han ordenado y ordenan la participación de sus tropas, en forma directa, en más de 114 conflictos militares, sin contar, con las indirectas, suministrando dinero, armas y mercenarios, como actualmente lo hacen en el conflicto de Ucrania y también, al gobierno sionista de Israel en el genocidio del pueblo palestino.
Por desgracia el pueblo estadounidense eligió recientemente al oportuno sheriff del globo terráqueo. Se trata de Donald Trump, quien al poco tiempo de ser proclamado como presidente de los EEUU (sin presentar las actas que lo confirme) se ha dedicado a promulgar leyes y decretos que violan el derecho internacional y como consecuencia, la convivencia en sana paz con los demás países. Uno de las primeras medidas que tomó fue la de cambiar el nombre del golfo de México por el golfo de América, sin tomar en cuenta que tal denominación no fue obra de Cortés ni de Moctezuma, tal nombre comenzó a utilizarse desde 1552. Sin embargo, parce que el sheriff Trump desconoce que la Organización Hidrográfica Internacional, de la que son miembros tanto EEUU como México, trabaja para garantizar que todos los mares, océanos y aguas navegables del mundo sean estudiados y cartografiados de manera uniforme y el Gofo de México es el que aparece en todos lo atlas conocidos mundialmente.
Pero el sheriff Trump no se conformó con violar el compromiso internacional sobre la denominación de los mares, también desconoce el tratado Torrijos-Carter (1977) por el cual múltiples generaciones de panameños lograron plena soberanía para aprovechar en todo su potencial el recurso estratégico de la posición geográfica del canal. Así de sencillo, por un decreto el sheriff cambió el nombre del golfo de México, el ungido pretende apropiarse del canal de Panamá cuyo nombre es muy explícito: "de Panamá" no de EEUU.
El reelegido sheriff no se quedó en el Tercer Mundo, elevó su mirada a un atlas que tiene en el salón oval de la Casa Blanca y como constató que Groenlandia está más cerca de EEUU que del reino de Dinamarca, lo más justo era tomar para los gringos estas gélidas tierras. Por lo tanto dentro de poco emitirá un decreto para apropiarse o comprar, como vulgar mercancía, esa zona ártica. Para tal fin le entregará a Federico X unos millones de dólares devaluados. La ignorancia del "adalid de la justicia" no está al tanto de una bula que establece que la isla de Groenlandia siempre será de Dinamarca y por su ignorancia supina el sheriff Donald desconoce que, cuando Dinamarca y Noruega se separaron en 1814, Groenlandia quedó en manos de Dinamarca en virtud del Tratado de Kiel.
No sorprende lo que está sucediendo con los migrantes latinos indocumentados, clase obrera en EEUU, cuyo único delito es trabajar para ganar un salario disminuido por su condición de ilegal. Y refiero no sorprenderme por la condición racista de Trump, genuino representante de un WASP (blanco, anglosajón, protestante, por sus siglas en inglés), heredero de sus ancestros, miembros del fatídico Kukuxklán. No se podía esperar nada bueno del sheriff respecto al trato de delincuentes que le están dando a los migrantes, cazados de forma denigrante en redadas en escuelas, iglesias, metro, trenes, buses, hospitales, hogares para ser deportados hacia México al mejor estilos de los nazis para arrestar a los judíos. La mayoría de aquellos indocumentados estaban ocupados en Gringolandia en labores agrícolas y en la construcción. Quizás, los ignominiosamente repatriados son herederos de los antiguos mexicanos a los que les arrebataron sus tierras en el tratado Guadalupe-Hidalgo (1888). Debo recordar que por dicho convenio EEUU despojó a México del 55 por ciento de su territorio, incluyendo los estados actuales de California, Nevada, Utah, Nuevo México, las mayores partes de Arizona y Colorado, y porciones de las actuales Oklahoma, Kansas, y Wyoming, hoy provincias de los Estados Unidos. No creo que tales obreros que abandonaron sus hogares para ir a trabajar a EEUU sean ilegales, quizás tengan más derecho sobre aquellas tierras que los mismos gringos.
No solo los migrantes mexicanos, quienes aspiraban alcanzar el "sueño americano", están sufriendo los ultrajes de la "migra" del recién reelegido, también los mesoamericanos están siendo perseguidos como delincuentes en redadas ignominiosas y deportados por el decreto del sheriff Trump. Esta misma humillación la están viviendo los colombianos, guatemaltecos, haitianos, salvadoreños, ecuatorianos, peruanos, venezolanos, entre otros y el mundo permanece impasible ante la evidente violación de los derechos humanos de miles de personas. Todo esto, ante la contravención masiva de los derechos humanos de hombres, mujeres, niños y ancianos de diversas partes del mundo por órdenes del sheriff del planeta Tierra, es decir de Donald Trump.
El caso de los venezolanos merece un párrafo aparte, ya que la migración de miles de nuestros connacionales hacia EEUU es consecuencia de las medidas coercitivas unilaterales que aplicó el gobierno de EEUU por decreto, en un principio por el antiguo sheriff Obama y después, fueron aplicadas por sus sucesores a cuyas primeras sanciones le fueron agregadas otras, en flagrante violación los derechos humanos de millones de compatriotas. Además, atentaron contra el desarrollo financiero y económico del país. Tales injustos e ilegales mandatos de los sheriffs de USA ocasionaron desmejoras en los salarios de los obreros y empleados. Todos estos se vieron obligados a emigrar del país en busca de una mejor calidad de vida, abandonando no solo su patria, también sus hogares. Es bueno aclarar que el sheriff Trump trata a los migrantes venezolanos como si todos fueran delincuentes, como si fueran socios de una franquicia made in USA, llamada el "Tren de Aragua". Se debe tener presente que la migración de venezolanos hacia otras partes del planeta no fue culpa del gobierno de Maduro, fue consecuencia las infausta sanciones aplicadas por EUU y la UE, en complicidad con unos delincuentes vende patria y traidores como María Corina Machado, Guaidó, Julio Borges, Capriles, Leopoldo López, Carlos Vecchio, Antonio Ledezma..., entre tantos malhechores que deberían ser deportado desde EEUU o desde donde se encuentren, quienes hoy permanecen en el extranjero disfrutando de los dineros robados a millones de venezolanos.
Los migrantes salen de su país en busca de un trabajo digno, no son delincuentes y por lo general con sus faenas contribuyen al desarrollo de un país. En un principio la población de EEUU estaba formada por miles de tribus que poblaron diversas regiones de esta vasta nación, después de la conquista de ingleses, franceses, holandeses y españoles se llenó de rubios y cristianos, convertidos en inmigrantes. Pasado el tiempo desaparecieron millones de habitantes pueblos originarios y los hijos de aquellos inmigrantes se apoderaron de las tierras de los antiguos pobladores de lo que se hoy llama Estados Unidos. Quizás por esto el rapero español Pablo Hasél exclamó: "El enemigo viene en limusina, no en patera". Lee que algo queda.