Un partido como el PSUV que es como un niño que apenas gatea, que balbucea sonidos incomprensibles e incoherentes, fue lanzado a una batalla desigual donde se decidía en buena medida el destino de nuestro país, y en lo personal el de nuestro Comandante Chávez. Por supuesto que fuimos vapuleados de lo lindo. En el campo de batalla quedó nuestro ejército lamentando la pérdida del 40% (aproximadamente) de sus eventuales efectivos. ¿Es esta una victoria táctica o estratégica? Yo no lo sé, que me lo diga alguien.
Me recuerdo de los tiempos del Polo Patriótico. Si bien no era un ejército homogéneo, cada una de sus partes tenía su pequeña maquinaria de guerra que contribuyó al primer éxito electoral de nuestro comandante Chávez. Pero ahora, ¿qué somos? No niego que los efectivos con los que cuenta ahora en PSUV, los que salieron indemnes de esta batalla, se han curtido en la lucha y prometen dar nuevas batallas por el Socialismo. ¿Pero, son suficientes para ganar la guerra?
Corremos el riesgo de que nuestro comandante Chávez no esté en condiciones legales de conducir la guerra en el 2012, pero… ¿dónde está el Estado Mayor que le ayudará en esa tarea? ¿Estará compuesto por los mismos “generales” que han fracasado ruidosamente en los estados y municipios?
Si vamos a ir a otro proceso para presentar un nuevo Proyecto de Reforma Constitucional, este debería prepararse con conciencia, tomándose el tiempo que sea necesario para ello, sin precipitaciones. El tiempo todavía juega a nuestro favor y luego de hacer algunos movimientos de diversión, hagamos lo que tenemos que hacer. Tomemos las cosas con calma. Analicemos el terreno, estudiemos sobre tácticas y estrategias, busquemos los pertrechos, limpiemos y curemos nuestras heridas y apartemos los malos ejemplos que abundan en nuestras filas.
Para ello será necesario impulsar un Proceso Constituyente y un Gran Congreso Nacional Democrático del Poder Popular que cuente con la participación de todas las Organizaciones Sociales y Políticas que conforman la Revolución Bolivariana y Socialista, con el objeto de discutir y reelaborar la Reforma Constitucional y presentarla de nuevo a referéndum por iniciativa del pueblo en el 2008 ó 2009. Un buen ejército no es aquel que es muy numeroso, no. El mejor es uno que tenga gran capacidad de maniobra, ágil en el terreno, curtido en el combate, armado física y moralmente y con una dirección política y militar correcta. Ese es nuestro desiderátum. ¿Es mucho pedir?
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