El presidente de Colombia, Uribe Veles, tomó la triste decisión de suspender los acuerdos humanitarios que tenían como mediador a nuestro presidente, comandante Hugo Chávez Frías.
Esta posición tiene muchas lecturas y aristas que hay que dilucidar para darnos una explicación de lo que entre líneas se puede interpretar como una táctica para evitar darle a Chávez más fuerza internacional y arraigo popular.
Se entiende que en nuestro país se vive en la actualidad un proceso de transformaciones sociales, políticas y económicas que conducen al pueblo por la vía de mejorar su modo de vida y a obtener mayor conciencia de la necesidad de participar en la construcción de una nueva sociedad bajo la visión de la soberanía y la independencia.
El riesgo político del presidente Uribe, es ser desplazado por la actual representante colombiana Piedad Córdova, senadora, quien pudiera optar por la presidencia de la República de Colombia en las próximas elecciones de ese país y a lo que aspira Uribe por tercera vez consecutiva en una reelección.
El panorama del país hermano no es el mas favorable al primer mandatario colombiano y es por ello que tiene que evitar a toda costa el ascenso de una figura tan carismática como la de la diplomática Córdova que ha venido siendo una figura internacional, producto de sus arriesgadas visitas a la zona de guerra para entrevistarse con el alto mando de la guerrilla que ya tiene cincuenta años de enfrentamiento contra la elite política y militar de esa región fronteriza con Venezuela.
Pero en ese contexto político internacional, está la dinámica histórico-política de nuestra nación venezolana donde se desarrolla el proceso de campaña electoral para el referéndum del próximo dos de diciembre y en el que se va a aprobar la reforma constitucional de sesenta y nueve artículos para darle legalidad fundamentalmente a la nueva geometría del poder y el advenimiento del poder popular con rango constitucional que será una realidad viva diariamente porque este pueblo sabe que debe por encima de las leyes, asumir el poder y decidir su destino y el futuro del país.
El inminente triunfo de la reforma constitucional, será un golpe mortal para la derecha venezolana y latinoamericana, por ello Uribe fue presionado desde las altas esferas de la sociedad colombiana y venezolana.
Pues se trata de un paso para arreciar la descalificación contra el presidente venezolano que cada vez se afianza mas en las mayorías desposeídas y en los ideales de cambios de millones de habitantes suramericanos y todos los países del sur del mundo.
La liberación de los rehenes secuestrados por la guerrilla de las FARC, implicaría un triunfo de la estrategia internacional venezolana y una victoria que se sumaría a la unidad latinoamericana como PETROSUR, ALBA, PETROCARIBE, TELESUR y el fortalecimiento de la unidad de los países productores de petróleo como lo es la OPEP. Pero viendo el carácter intervencionista del gobierno de los Estados Unidos, también se puede deducir la influencia del imperialismo dirigido por Bush.
Esto por la razón de una neutralización en el intervencionismo de suelo colombiano por el ejército estadounidense con la excusa del plan Colombia que tiene el propósito de proteger el petróleo que va dirigido al país del norte.
Son muchas las connotaciones de la maquiavélica, cruel y malintencionada parálisis del gobierno de Uribe en las negociaciones para lograr la liberación de todas o un grupo de las personas que tienen muchísimo tiempo fuera de su familia por estar en condición de secuestrados.
El presidente Chávez no se amilana y está dispuesto públicamente a recibir rehenes que se pongan en libertad en las tierras de Venezuela.
Esta negativa del presidente colombiano fortalece la imagen del presidente y desentraña las mentiras de una mafia política que perdió el poder y quiere recuperarlo.
