4.700.000.000

La lengua árabe dio al español la palabra alarde que, según el diccionario de la Real, significa desfile militar, ruido de sables, para intimidar a propios y extraños.

Eso nos están haciendo dos países cuyas clases dominantes son expertas en ese tipo de marrullerías: una provocación en el Ecuador, grande; tres en Venezuela, pequeñas por ahora. Dos cuerpos de infantería “extraviados”, un avión cuyo piloto se “confundió”. La retaguardia interna de esas acciones, la dirigencia de oposición y los medios golpistas, inmediatamente cuadra con los agresores. Después se molestan cuando alguien los llama apátridas.

Les transmito una lección dada por el Mocho Hernández y por José Gregorio Hernández. Apenas las potencias europeas bloquearon nuestras costas en 1902, el entonces presidente Cipriano Castro lanzó su famosa proclama: “¡La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria!”. Luego de la soflama, abrió las cárceles para que sus enemigos políticos salieran a defender la patria de todos. El Mocho Hernández ofreció su espada, José Gregorio, santo y todo, acudió a alistarse en la Reserva. Castro pagó su gesto con el exilio, seis años después; José Gregorio lo está pagando aún, según parece, porque no lo dejan entrar oficialmente entre los beatos. Se consuela con el fervor callejero que comparte con monseñor Romero de El Salvador, Camilo Torres de Colombia y otros santos guerrilleros.

El uranio empobrecido que se usa en Iraq tiene masa suficiente para proyectiles de mayor impacto que el plomo. Es, pues, bien bueno, porque no solo atraviesa los blindajes, sino que se fragmenta en pequeños filos que son otras tantas balas y encima es pirofórico, es decir, se inflama al contacto con el aire produciendo un infierno de 600º C. Dije que era bien bueno, ¿verdad? No, es aún más bueno, sigue leyendo. Su carácter tóxico produce, en las poblaciones rebeldes, problemas renales, del sueño, de estrés, de memoria, todos graves. Pero es mejor todavía, porque se sabe que produce cáncer, aunque solo durante 4.700.000.000 de años.

Siempre a los rebeldes, porque, como las bombas inteligentes, no afectan a los apátridas que sueñan con una invasión. Sus hijos, por ejemplo, no morirán de cáncer. ¿Ves lo útil que es la estupidez?

rhernand@reacciun.ve


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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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