Recién escribí que para la oposición la mayoría de los ciudadanos venezolanos no contamos, no somos necesarios, mientras ellos puedan hacer sus negocios y con mayor razón van a atacar a quienes tienen una posición ideológica diferente a la de ellos. Por eso no les importa un pepino que alguno de sus secuaces acuda a expresarse con violencia porque ellos, como todo fascista que se respete, son intolerantes y de allí que no me extraña la agresión de la cual fue víctima el compañero Gonzalo Gómez.
Hasta los actuales momentos, que se sepa, no hemos conocido en la historia del fascismo registro alguno que indique que algún fascista se haya arrepentido o pedido perdón por haberle causado mal a un ciudadano, por el contrario, todos sabemos que la las fieras de La GESTAPO actuaban sin misericordia alguna.
Quitarle la vida a un ciudadano era para los seguidores de Hitler como tomarse una cola y luego encender un cigarrillo; Algo así como lo que ocurre hoy día con los seguidores de Bush, lanzar una bomba de quinientos kilos en Afganistán y regresar a la base a tiempo para la cena. Por eso, darle unos golpes al compañero Gonzalo sería considerado por ellos como darle un pequeño terrón de azúcar fascistoide.
En estos días del caluroso agosto las cosas pudieran empeorar mundialmente, porque mientras algunos andan embelesados cayéndose a embustes, creyendo que el candidato Obama pueda significar algo diferente en la llamada Casablanca, se pueda desatar un infierno nuclear porque hay muchos que están salivando como canes por meterle la mano al petróleo Iraní y andan atizando el fuego para dejar un reguero de sangre antes de que se vaya ese hombre que está montado en el poder.
Y por estos lares, pues no olvidemos que las elecciones de noviembre se acercan y están más calientes que plancha de chino por las inhabilitaciones y esto de agredir a Gonzalo apenas sea el comienzo del desastre que quieren montar.
O sea, lo que hacen aquí los pichones del fascismo en la oposición, no es más ni menos que la demostración de lo que han aprendido en los campamentos vacacionales tipo daktari, es decir, hablamos de poner en práctica las técnicas desarrolladas para patear, golpear y caerle a garrotazos a más no poder y deshuesar, si es posible, a quienes les caigan mal o no les guste su posición.
Lo bueno de Hollywood, dentro de tanto desastre que a veces transmite, es que con sus técnicas de divulgación y manipulación, nos han venido enseñando por años la manera en que actúan los fascistas, de modo que no nos sorprenden del todo, porque la violencia la llevan marcada en sus rostros, sólo hay que verlos cuando salen por televisión o son retratados.