Gocé un puyero fuerte, viendo el video donde le notifican a la plasta de Vivanco que se fuera pal carajo con to´ y maleta. Así es que se gobierna. “Arrr favol”, jiuman raigüach: ¡A jodé pal norte! Deberían hacer lo mismo con Jacinto Berlocco.
Otro elemento importante es la forma eficaz en que el Gobierno está manejando lo de “las certificaciones” sobre drogas y las declaraciones de la urraca parlanchina de la guais jaus que llaman el “zar antidrogas”. Ese más bien es un capo de la droga porque los mayores consumidores de drogas son ellos mismos. Figúrense que invierten más en siembra de marihuana que en la de maíz. Entonces ¿Quiénes se chupan todo esa “mafafa”? ¿Nosotros? Lo que pasa es que más de un 20% de la población del imperio no tiene acceso a su sistema de salud y quienes lo tienen sufren un vía crucis inenarrable, pues deben someterse a los designios de las juntas médicas de los seguros privados. Para aliviar sus dolencias, mucha de esa gente debe apelar a este tipo de drogas ilegales y eso lo sabe muy bien desde Negroponte (de la arrechera) hasta el “drogaito” presidente Bush. Y ese es un negocio redondo relacionado con lo que sigue.
La DEA no es un ente para combatir el tráfico de drogas. Es uno de los tentáculos de ese gobierno pulpo, para meterse en el país que le de la gana con sus leyes vaqueras. Su verdadero objetivo es CONTROLAR el tráfico de todas esas sustancias ilegales porque es uno de los negocios más grandes del mundo. Si controlas el mercado mundial de la droga, controlas el mundo. He allí su verdadero objetivo.
En resumen, el panorama es este: Por un lado, más de un tercio de la población norteamericana excluida de su sistema de salud y altamente consumidora de estupefacientes. Por otro: Un ente para controlar ese mercado tanto interno como externo (esto a través de gobiernos aliados, Colombia por ejemplo). Resultado: comercialización de un producto de consumo masivo de altísimas ganancias distribuido en un mercado cautivo ideal (adicción y muerte a corto plazo) y con beneficios colaterales excelentes ya que implican menos inversiones en los sectores salud, vivienda, educación.
Así que no se trata de ineficiencia por torpeza en la administración sino de una ineficiencia planificada en donde se deja en manos del sector privado “los problemas domésticos” para poder desviar el presupuesto hacia sus auxilios financieros y sus guerras. Les sabe a soda que su población esté desasistida, solo les preocupa Fannie, Freddie, los hermanitos Lehman y todos los altos panas que contribuyen a mantener bien aceitada su maquinaria bélica.
Trate de enviar medicinas a algún familiar que tenga en iunaite estei para que tenga una pequeña idea de lo que es un bloqueo. Si su familiar es residente allá, no puede recibir fármacos del exterior. Si está de paso, debe demostrarlo consignando: copia de visa, pasaporte, boleto de avión, factura de compra del producto, récipe médico y carta jurada de que no está enviando drogas, sellada por el organismo competente del país de envío.
Es cierto que asistimos al derrumbe del imperio. La crisis que experimenta no es una ilusión mediática, es real. El viento de cambios que se fortalece desde Latinoamérica está abatiendo la miseria imperialista y va a llegar hasta su territorio; se le va a meter en el alma a su población y seremos testigos de estallidos sociales en el corazón del monstruo.
Los signos son inequívocos; tanto los positivos como los negativos. Incluso los procesos sociales contienen una energía que se transforma o se transfiere. Mientras comienzan a diluirse los cinturones de miseria que constreñían la periferia de nuestras urbes, confeccionados por los pitiyankees cuarto republicanos, ahora empiezan a esbozarse alrededor de las ciudades estadounidenses sus peculiares “tent cities” o ciudades carpas. Sus propios cinturones de miseria.
Ante la pérdida de sus viviendas en las fauces voraces del sistema hipotecario gringo, la gente apela a una infrahumana alternativa para tener techo: Una carpa.
No sería extraño que sus eruditos de marketing, simulando un “benchmarking” en el nicho de mercado de las tiendas de campaña, toldos y carpas, informen que “se han quintuplicado las ventas en ese sector, lo cual indica un repunte de la economía”
Mucho menos extraño: convertir esta dura realidad de numerosas familias en una nueva “área de oportunidad en el sector hipotecario, para beneplácito de los gemelos tragaldabas Fannie y Freddie. Mientras sea negocio.
pladel@cantv.net