Capitalismo tarde o temprano

El 16 de marzo de 1314 la religión de amor raspó un fósforo al Gran Maestre de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, también llamados Templarios. Rebuscando entre las consejas que los rodean, concluimos que la Iglesia aceptó sacrificarlos porque se adelantaron algo así como un siglo al nacimiento del capitalismo y como cinco al Opus Dei, esa organización que Juan Nuño llamaba confesional financiera y yo llamo delictiva. Felipe el Hermoso de Francia debía una platada a los caballeros banqueros, que habían financiado el rescate de su abuelo de manos de los sarracenos.

Habían organizado tal vez el primer sistema financiero. Ya no había que arriesgarse por los caminos con un cargamento de oro, pues la inseguridad personal es asunto que se remonta a los salteadores de aquellos remotos entonces. Pero los tiempos medievales eran poco prácticos y más pudo el poder feudal de Felipe IV & Cía. Convencieron al papa Clemente V de achicharrar a don Santiago de Molay en una clementísima hoguera frente a la Catedral de Notre Dame en París. Todo por amor, eso lo tengo claro, no creas.

Los fondos de los templarios fueron dispersados y aún hay alguno que otro trasnochado que escudriña castillos y demás lugares, así como otros buscan el Tesoro de Pancho Villa. El oro tiene la virtud de volatilizarse, por más que mis amigos químicos insisten en dibujarme fórmulas en una pizarra para demostrarme que no es cierto, que si un tal Lavoisier y la conservación de la materia.

Dígame cualquiera de ellos que no con esta volatilización en nuestras narices de $ 700 mil millones que el gobierno gringo ha dispuesto para auxiliar la banca más chimba del mundo. Tanto como Caldera evaporó ya no recuerdo cuántos millones de bolívares.

No creo que el capitalismo esté en pico de zamuro, pero tampoco está en la época del neoliberalismo feliz de los IESA boys en la década de 1990. No dan la cara. Aunque por ahí hay algunos caletreros valientes que insisten en que el Estado no debe intervenir.

No sé cómo desaparecerá el capitalismo, pero ya ves que si desapareció el feudalismo poco después de la hoguera de Molay y sus muchachos, todos los modos de producción han demostrado que también son mortales.

rhernand@reacciun.ve


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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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