En 1953, cuando se gesta el golpe de estado contra Irán, propiciado por el gobierno Norteamericano; nadie en el mundo se imagino que estaba haciendo su debut El Manual o Plan Organizativo de la cadena de eventos que conducen el perfecto Golpe de Estado en América Latina. El documento de la CIA es simplemente impresionante. Toda una clase magistral en espionaje y manipulación de la cual deberíamos aprender. Fue elaborado por un equipo de sociólogos y psicólogos sociales en Estados Unidos, a petición de sus organismos de inteligencia. La operación fue llamada TP-Ajax, y de acuerdo a James Risen, corresponsal de inteligencia de The New York Times “fue la guía de las diferentes operaciones de la C.I.A. para fomentar golpes de estado o desestabilizar gobiernos durante la Guerra Fría. Incluyendo el golpe de estado en Guatemala, en 1954, y la desastrosa intervención en Cuba conocida como Bahía de Cochinos, en 1961. En casi todas las ocasiones, tales operaciones sólo llevaron al mismo tipo de odio a largo plazo hacia los Estados Unidos como ocurrió en Irán.”
Tras 56 años, uno podría preguntarse, como es posible que la C.I.A. siga usando el mismo procedimiento para intervenir en un país extranjero. Pero cuando uno ve a la gente gritando en la calle por el yate de Aristóbulo y Las riquezas de las familias Chávez y Cabello lo único obvio es la respuesta: porque el sistema funciona.
La guía está compuesta de tres etapas consecutivas. Las dos primeras a ser cumplidas antes de la intervención armada, la cual incluye llevar a cabo atentados contra personalidades públicas, la propiedad privada y manipular a toda costa los medios de comunicación sin detenerse en cuanto haya que pagar para hacerlo. Los atentados siempre deben ser realizados de manera que parezca que el atacante es el gobierno.
En las diferentes etapas o fases del programa se encuentran el soporte preliminar para ganar a gente clave en la oposición y utilizar los periódicos para crear una línea anti gubernamental, que entre otras cosas tiene como objetivo convencer al pueblo de lo siguiente:
• El gobierno está demasiado influenciado por el Comunismo.
• Por ser comunista, es una amenaza para la religión local.
• El gobierno está destruyendo a las Fuerzas Armadas y su capacidad de defender la Nación.
• Al destruir a las Fuerzas Armadas tiene la intención de mantenerse en el poder, mediante grupos terroristas independientes entrenados por comunistas que al final se quedaran con el país.
• El presidente está llevando el país al colapso económico a propósito.
• El Presidente ha sido corrompido por el poder de tal manera que nada queda de aquel hombre en quienes todos creyeron años atrás y que ahora no es más que un dictador.
En diversos países de América Latina desde Argentina y Chile, pasando por Ecuador Nicaragua, El Salvador, Panamá, Bolivia y Venezuela, se conoció públicamente en la década de los 60 el reclutamiento de intelectuales universitarios de connotada experiencia en la elaboración de informes y en la dirección de encuestas (en Venezuela se contrató un estudio —Camelot— al CENDES). Esos estudios proporcionaron un elevado conocimiento de las características psicosociales de los pueblos latinoamericanos y de la lógica de sus comportamientos. El Manual, aún en uso, aprovecho en consecuencia elementos de nuestra propia idiosincrasia, así como nuestras debilidades y perfil psicológico, para lograr sus objetivos.
Uno de los últimos elementos a aplicar después del golpe, con el Presidente en franca retirada y el nuevo tomando el poder, es transmitir por cuantos medios sea posible los efectos económicos positivos que han causado los acontecimientos y la derogación de las leyes menos populares del gobierno anterior.
Los detallistas deben recordar la maravilla que fue el gobierno de Carmona, el dólar se fue a pique, el IBC despertó con fortaleza y el visto bueno del Hermano Mayor en la Casa Blanca llegó de inmediato.
El consejero de Seguridad Nacional en la primera Administración Clinton, Anthony Lake, escribió un artículo en Foreign Affairs en 1994 llamado Confronting Backlash States, donde establecía que, como única Superpotencia, EEUU tenía la responsabilidad especial de desarrollar una estrategia para contener, neutralizar y mediante presión selectiva, transformar a los Estados, problemáticos, en miembros de la comunidad internacional. En tanto en cuanto EEUU había contenido a la URSS, ahora era más fácil hacerlo con una serie de Estados “fuera de la ley”. Esta elaboración teórica se encuadra tras el establecimiento de la política de Doble Contención (Dual Containment) en 1993. Paradójicamente, el concepto de rogue state referido a Estados que apoyan el terrorismo, y que desafían el orden político regional, es una concepción más realista que idealista en el marco de la tradición de la política exterior de EEUU.
Como se podrá comprobar en el futuro, la naturaleza del hecho mismo de propiciar un golpe de estado está cambiando, existiendo dos tendencias fundamentales a tener en cuenta. Por un lado, el final de la Guerra Fría ha disparado el número de conflictos étnicos y de carácter interno por todo el mundo, haciendo de las misiones de paz mecanismos fundamentales para su solución y por otro el peso económico y de Imagen.
En el futuro previsible ninguna nación podría desarrollar una fuerza armada tan eficaz como la de Estados Unidos. Posiblemente, pero teniendo en cuenta su dependencia en la tecnología existente, ¿puede Estados Unidos estar seguro de que sus armas serán superiores a las de un adversario que quizá esté adquiriendo la misma tecnología? Esto aunado a una serie de acontecimientos tecnológicos tales como: El acceso universal al Sistema de Posicionamiento global (GPS), La resolución menor de lm de las imágenes satelitales comerciales, El alcance universal con ancho de banda alto de las nuevas constelaciones de comunicación satelital, La mayor disponibilidad de tecnología de supercomputadoras. La voluntad de Rusia, China y otros tantos países de vender armamento de alta tecnología en el mercado mundial de armas, Los escasos recursos que se necesitan para producir armas biológicas, químicas y de información en la era moderna: han llevado a las distintas agencias de inteligencia norteamericanas a la conclusión lógica de que El Manual del perfecto Golpe de Estado en América Latina es más que obsoleto y caduco sino inviable tanto política como económicamente. Por lo que hoy parece fuera de la agenda política la posibilidad de una intervención militar. Pero, por supuesto, esta puede volver a producirse. Hay que tener en cuenta antecedentes recientes. Las fuerzas militares Bolivianas, Ecuatorianas y Paraguayas han estado últimamente muy efervescentes en el juego político. Sin embargo, en la mayoría de los países, la posibilidad de un golpe de estado clásico y la asunción del gobierno, sea corporativamente o por parte de caudillos militares, con el apoyo de la fuerza armada, parece fuera de tiempo y lugar.
Aunque en un principio se pensó que el final de la Guerra Fría podría derivar hacia un período en las relaciones internacionales donde el fin de la lucha de bloques traería una menor necesidad del uso de la fuerza y de la coerción militar, las cosas han evolucionado de una manera muy diferente. En general, la situación tras la Guerra Fría es de una gran violencia en la esfera internacional, donde los conflictos son comunes y donde la cuestión de la inducción de golpes de estado en países considerados No Colaboradores ha adquirido una gran importancia para los gobiernos Norteamericanos.
Así, a pesar de que sólo EEUU tiene capacidad para intervenir decisivamente en la mayoría de las situaciones que requieren el uso de la fuerza militar, el poder de intervención es limitado, ya que hay muchos más intereses que proteger que recursos para hacerlo de una manera efectiva. Sin embargo, a pesar del desarrollo armamentístico de potencias como EEUU, debido al cambio en las características de los conflictos con líneas e intereses menos definidos y enemigos difusos que se mezclan con la población civil, éstos no han tendido a reducirse, muy al contrario, se puede decir que han mutado adecuándose de la mejor manera posible a las nuevas circunstancias. Así, están aprovechando las ventajas estratégicas de su situación y, lo que es más importante, conociendo y aprovechando las debilidades de sus enemigos. Este tipo de conflictos ha ido evolucionado hasta lo que se ha conocido como las operaciones distintas de la guerra (OOTW)..
Para la doctrina militar de EEUU, las operaciones distintas de la guerra (OOTW, Operations Other than War), ofrecen cuantitativa y cualitativamente el mejor frente para el acometimiento futuro de Golpes de Estado en los ahora llamados por ellos rogue state, las operaciones distintas de la guerra se refieren al uso de las capacidades militares a lo largo de todo el espectro de operaciones no consideradas como guerra convencional. Éstas van desde la disuasión de un conflicto militar convencional, resolución de conflictos y promoción de la paz, hasta el apoyo a las autoridades civiles en la respuesta a crisis internas. Las OOTW pueden incluir elementos de operaciones de combate y operaciones que no impliquen el uso de la fuerza militar. Para la doctrina norteamericana, los propósitos incluidos en las OOTW pueden abarcar desde detener agresores potenciales, proteger intereses nacionales y apoyo a la ONU a proveer asistencia humanitaria hasta el financiamiento y participación activa en golpes de estado.
Es más, la doctrina conjunta para las OOTW establece 16 tipos de operaciones militares diferentes de la guerra, siendo una de ellas el apoyo al cambio de gobierno en paises no colaboradores. Todas las OOTW tendrán una serie de principios básicos comunes, que tienen relación con los de la contrainsurgencia. Primero, un objetivo claro, definido y obtenible, donde es determinante la comprensión de qué significa el éxito de la misión y qué podría llevar a finalizar la operación antes de obtener ese objetivo. Por tanto, es inherente la necesidad de comprender en qué tipo de situación se va a actuar. Segundo, una unidad en el esfuerzo y un grado aceptable de seguridad, con el fin de evitar que el adversario pueda adquirir ventajas militares, políticas y de información. Tercero, una restricción en el uso de la fuerza en función de los objetivos políticos, la seguridad y la conducción de las operaciones. Es fundamental la comprensión de las reglas de enfrentamiento. Cuarto, perseverancia, ya que estas operaciones en muchos casos requieren años para alcanzar los objetivos establecidos; y, por último, legitimidad para que exista la percepción en la población local y la opinión pública en general de la legalidad, moralidad y corrección de las operaciones.
Así, el éxito de un golpe de estado bajo el nuevo enfoque de Las operaciones diferentes de la guerra: OOTW; se debe basar en cinco principios básicos: (1) dominio político; (2) unidad de esfuerzo; (3) adaptabilidad; (4) legitimidad; y (5) perseverancia.
Por otro lado, la superioridad militar estadounidense, basada en la aplicación militar de un desarrollo tecnológico sin precedentes, ha hecho que la única “oportunidad” que tengan sus enemigos sea en las estrategias asimétricas en el contexto de los conflictos de baja intensidad. De hecho, podemos afirmar que ésta es la esencia misma de la guerra asimétrica, la capacidad que tienen distintos actores de, por el precio de un teléfono móvil, un detonador y explosivos, poder destruir material por valor de millones de dólares, sin contar las bajas que producen por el mismo precio. Estas ideas son fundamentales para entender cómo Las operaciones diferentes de la Guerra (OOTW) le han dado un nuevo enfoque a los Golpes de Estado.
Oscarmartinez63hotmail.com