Da bochorno ajeno, arrechera, porque no hay otra palabra más adecuada, ver a las letras sometidas y de rodillas ante el Dios del Dinero, como hoy vemos a los Vargas Llosa, vendidos, junto a una tropa de intelectualetes, que cómo un regimiento del sicariato intelectual, como mercenarios al fin, vendiendo el escaso dominio que les pueda quedar sobre las letras a quienes ya no pueden escribir con el corazón las cosas de su pueblo, y que entran a nuestro suelo a cumplir tan sólo una misión mediática pagada por los mecenas de la regresión: Globovisión.
Para recordar otras misiones acometidas por éstos palangristas de oficio, citemos alguna que otra ejecutadas y cobradas recientemente. Para acometer en contra de Evo Morales y el pueblo boliviano, escribía Mario Vargas Llosa sobre los reclamos del derecho de Bolivia al mar: “es un recurso de los presidentes y dictadores (ineptos).. que necesitan conjurar las divisiones internas o disimular su impopularidad” o para agredir y descalificar a la gloriosa revolución cubana: “ de hecho en 1.997, cuando se cumplía el trigésimo aniversario de su muerte, los cubanos estaban restringidos por el racionamiento a una dieta de dos kilos de arroz y medio kilo de alubias al mes, 100 gramos de carne dos veces al año, 100 gramos de pasta de soja a la semana y cuatro huevos al mes” y para agregar otro escarnio mas, producto esta vez de Álvaro Vargas Llosa en relación al petróleo y a Venezuela: “los países dotados de petróleo como Rusia, Venezuela y México, han arruinado su propia capacidad de producirlo por utilizarlo como arma política.”
Ante tanta letra tornada en munición que se dispara en la cabeza de los pueblo, letra homicida y traicionera, ante la presencia en la cuna de Bolívar de estos reaccionarios de la literatura moderna, que vienen trajeados con su tropicalísimo y excelso disfraz de tercermundistas, no queda mucho por decir. El asco o la nausea, un zapatazo, un escupitajo o un vomito serian mas adecuado que tratarlo con palabras, a quienes han mancillado de forma tan baja al diccionario, no merecen palabra alguna en respuesta.
Para que decir nada de sus obras, de una que otra cosa leída de su pluma, como dijo una camarada cubana, seria vanagloriarnos de una cultura inútil, pues el don del escribir se pierde al perderse el cordón umbilical que nos une al hombre, al pueblo, a la especie.
Estos sátrapas escriben o vienen a hablar como los cancerberos cuidadores de los intereses del imperio, voceros contratados de las derechas oligárquicas, continuará su función con una sarta de dislates que emergen propias de unos cerebros que anticipan el Alzheimer, con su desparrame de adjetivaciones extraídas de una interioridad propia, donde se concentran todos los antivalores expresados en sus escritos tendenciosos.
Como émulos de Goebbels hitlerianos, mentirosos de oficio, asalariados de la sedición,
Aquí se prestan a oficiar de nuevo el irreverente desmadre a la conciencia de los pueblos. Desde su entrada en Maiquetía, entraba como si esto no fuera patria de nadie, a llegar desordenando y haciendo, como carajito altanero, lo que viene en gana, azuzando micrófonos y montando su realito show, para aprovechar de amarrar un nuevo contrato al cumplir brevemente, mas allá de las expectativas, el actual convenio entre miserables que le abultara la chequera.
A golpes de timón se enderezan las rutas, aquí estaremos todos al acecho de su primera irreverencia señores Vargas Llosa, para ir a botarlos sin temores, con su patada impresa en el trasero, como un obsequio adeudado por los pueblos y por Gutemberg.
(*)Fundación HombreNuevo
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