El gobierno del Sr. Uribe, ha dado un paso peligroso en la historia de las naciones, al permitir que tropas norteamericanas e israelíes tomen posesión de algunas bases y cuarteles militares colombianos, en la búsqueda de tener un apoyo a un posible ataque contra Venezuela por parte, supuestamente, del ejército nacional de Colombia en su intento de hacer prevalecer la teoría de la guerra preventiva en territorio venezolano, boliviano y ecuatoriano.
Los cambios políticos en el gabinete del señor Uribe, obedece a una táctica política diseñada por el departamento de estado norteamericano desde la pasada administración Bush. Para garantizar la presencia militar norteamericana en América del sur.
El departamento de estado promoverá las candidaturas de Uribe y la de su anterior ministro de Defensa Juan Manuel Santos, Plan B. El enroque político electoral fue diseñado por el gobierno norteamericano de Bush, para mantener la política de terror y represión en el hermano país y para poder mantener una cabeza de playa frente a las fronteras y costas venezolanas, útil para una invasión desde el mismo territorio colombiano.
Ahora, el gobierno colombiano quiere hacer prevalecer con la ayuda militar norteamericana e israelí, los Falsos Positivos que tanto le han ayudado en su política de terror para asesinar o para hacer asesinar a una gran cantidad de luchadores sociales y sindicalistas. Vendrá una nueva etapa de reclamos de las islas Los monjes y del golfo de Venezuela por parte del nuevo canciller colombiano, para poder involucrar a Venezuela en un conflicto fronterizo que logre desviar la atención del gobierno venezolano de la instalación de las bases Norteamericanas- israelí.
Las supuestas computadoras de Raúl Reyes, que son más poderosas que las de la NASA, son el arma supuestamente más eficaz para inculpar a los gobiernos latinoamericanos de delitos de terrorismo, para justificar ataques militares apoyados por la fuerza conjunta Norteamericana- israelí. Esto no debe sorprendernos, ya que existe el antecedente de la invasión y ocupación a Irak, basada en una simple investigación de un estudiante de secundaria, quien habló en una monografía escolar sobre supuestas armas de destrucción masiva del gobierno de Saddam Hussein.
El Imperio se ha aliado al estado sionista-nazista y al gobierno colombiano del Sr. Uribe, para establecer las bases militares necesarias para poder apoyar una invasión al occidente de Venezuela. En donde están situados gobiernos regionales de la oposición, en los estados Zulia y Táchira. Precisamente estos son los dos estados acusados con más frecuencia, como territorios de reagrupamiento y activación de las fuerzas paramilitares colombianas y de propiciar movimientos separatistas para una eventual unificación con Colombia.
Arriesga el gobierno de Uribe, a someter a Colombia a una terrible experiencia similar a la de Vietnam, solo con la intencionalidad de facilitar la toma por parte de la fuerza conjunta norteamericana- israelí de las fuentes de petróleo venezolanas y ecuatorianas, las más seguras y cercanas para los Estados Unidos.
El señor Uribe, no tiene todas las de ganar una nueva e inconstitucional reelección, como las primeras, ganadas con la burda manipulación del texto constitucional colombiano, el soborno y extorsión a parlamentarios y amenazas militares y paramilitares en las urnas electorales, especialmente en la periferia de las principales ciudades colombianas, donde las fuerzas terroristas paramilitares obligaron a poblaciones enteras a votar por la reelección inconstitucional del Sr. Alvar Uribe.
El plan Colombia, las bases militares norteamericanas y los falsos positivos, demuestran la derrota permanente del gobierno colombiano en su lucha contra los grupos subversivos internos. La incapacidad del gobierno ilegitimo del Sr. Uribe es evidente, como también es evidente que la presencia militar norteamericana profundizará los conflictos con los grupos subversivos y señala que habrá mucha más represión contra el pueblo colombiano.
La presencia militar norteamericana en territorio colombiano, solo demuestra el resurgir de la guerra fría, también demuestra que los gobiernos norteamericanos le tienen un miedo horrible al despertar de los pueblos. Especialmente a lo que más teme el poder económico mundial, es a todos los mecanismos financieros y económicos que han dado un duro golpe a los Tratados de Libre Comercio, hecho que puso en su más grande crisis al capitalismo y al neoliberalismo salvaje en los Estados Unidos y en todo el mal llamado primer mundo.
Esta es una lucha por el petróleo, el agua y las ideas liberadoras del Socialismo del Siglo XXI, es una lucha entre las oligarquías y los pueblos, entre dos sistemas políticos irreconciliables. También es la lucha de ciertos sectores económicos y gubernamentales norteamericanos, para apoderarse de la producción y comercialización de las droga a nivel mundial. No hay nada de nobleza y justicia en este resurgir de las políticas de guerra fría por parte del gobierno títere de Barack Obama.
La presencia de pilotos de aviones de guerra israelíes en Colombia, revela que este es un conflicto que va más allá de lo meramente político- ideológico, es una guerra Económica, en la cual están involucrado el gran capital sionista-nazista. Ahora justifican su presencia alegando la presencia de células de Hezbolá en la guajira venezolana, cosa que es totalmente imposible, por la poca extensión de la guajira en territorio venezolano, quizás puedan estar algunas células paramilitares entrenando a las nuevas generaciones de terroristas y asesinos que actuarían contra el pueblo colombiano. Hacia la guajira colombiana deben apuntar los Estados Unidos los radares y sus tecnologías de escucha y espionaje que tienen destinados a nuestro país.
Los Estados Unidos, están en vía de crear otro monstruo terrorista, como sucedió anteriormente en el medio oriente, con sus antiguos aliados, ahora convertidos en enemigos peligrosos para la seguridad de los Estados Unidos. Uribe y santos serán los próximos más buscados y perseguidos por la justicia norteamericanas, cuando el pueblo y el gobierno norteamericano se den cuenta del monstruo que están creando en Colombia. Ya Álvaro Uribe Vélez ha entrado supuestamente en la lista del FBI, como el número 82 de los narcos traficantes más importantes de Colombia y el mundo, esto lo sabe el gobierno y la justicia norteamericana.
También es conocida la supuesta participación del dictador Micheletti de Honduras, en los grandes carteles de la droga en ese hermano país, tal como lo señalo en una ocasión un informe redactado por un alto oficial del Ministerio de la Defensa y Seguridad Pública de Honduras que lo relaciona con el Cartel de Cali, la red colombiana de narcotráfico. El documento lo rubrica el Coronel de infantería René Adalberto Paz Alfaro, tiene el membrete del Ministerio, y se ubica en el número SN-FF. AA. 060, a ROBERTO MICHELLETI BAIN.
Todo esto nos hace suponer que los nuevos dictadores para la América Latina, el Departamento de Estado Norteamericano los está reclutando entre los narcos traficantes, paramilitares y terroristas en nuestros países. Esto abriría una nueva etapa de represión y asesinato sin precedentes en nuestros pueblos. Las dictaduras más férreas y represivas del siglo pasado quedarían empequeñecidas por los alcances terroristas de estos nuevos y elegantes dictadores civiles y militares. Ya eso lo vivimos en carne propia en Venezuela con el gorila Pedro Carmona Estanga.
Colombia ha caído en la carrera guerrerista y armamentista de las grandes potencias que quieren frenar el avance de los movimientos de liberación de nuestros pueblos. La Escuela de las Américas será ubicada en territorio colombiano y estas bases Norteamericanas –israelíes harán una trasferencia ilegal y no controlada de armamento y armas prohibidas de destrucción masiva, esto a espaldas de la OEA y de la ONU.
Ya comenzaron con la supuesta transferencia ilegal de material bélico obsoleto de Israel a la Fuerza Aérea Colombiana, como es el caso de los aviones chatarras Kfir, que al momento de estrellarse en una pista del aeropuerto Rafael Núñez de Cartagena, estaba extrañamente piloteado por dos oficiales israelíes, aun teniendo las insignias de la Fuerza Aérea colombiana. Evidenciándose así la violación de la soberanía de la nación colombiana con el visto bueno del gobierno inconstitucional del Sr. Uribe y de las propias Fuerzas Armadas Colombianas.
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