Es en este sentido y bajo esas condiciones, que me sumo desde mi modesta condición de dirigente sindical hacer la siguientes reflexiones.
Entiendo que es fundamental, comenzar tomando en cuenta el marco histórico en que fueron elaboradas e impuestas a las grandes mayorías: las relaciones jurídicas.
Es así , que cuando el hombre empieza a acumular bienes y surge la propiedad privada se establecen nuevas relaciones sociales de producción y se forma una clase social dominante que administra la riqueza social de acuerdo a sus intereses, dichas relaciones adquieren un antagonismo social entre propietarios y desposeídos. Ese antagonismo que surge de esa determinada relación de poder tiene que ser regulada, esas relaciones de dominación establecen su propio orden jurídico que las sustenta, luego aparece el derecho como legitimador de esa relación y se convierte en pieza fundamental de dicho sistema social.
Ahora es importante precisar lo siguiente, todo derecho en la medida que establece e impone una determinada organización de grupo social y, en consecuencia, funciona como sistema de control social y de seguridad jurídica conlleva inevitablemente a la consolidación de posiciones que en principios implican un cierto tipo de resistencia al cambio social, de allí que se diga que el derecho siempre tiende a ser conservador.
La burguesía le ha hecho creer a los trabajadores que las leyes nacen del intercambio desprejuiciado de opiniones y argumentos y no de intereses, que todos somos iguales ante la ley. En la sociedad burguesa todos no somos igual ante la Ley, el derecho socialmente no es neutral, el derecho siempre está en correspondencia con el modelo de sociedad existente y en la sociedad burguesa siempre le ha servido a los poderosos como instrumento de fuerza y de coacción contra los desposeídos.
Partiendo de estos breves señalamientos es importante acotar lo siguiente: ¿bajo qué filosofía ha funcionado el derecho y se ha expresado en leyes, a qué lógica han correspondido y a qué lógica corresponde hoy? Evidentemente que a la lógica del capital.
Para esa lógica, nosotros vivimos en una sociedad de iguales. Según esa lógica, cuando un grupo de trabajadores firma un contrato colectivo con un patrón se está llegando a un acuerdo entre iguales. Pero no es así, bajo esa lógica se hacen las leyes.
Es importante señalar que la relación capital-trabajo es una relación desigual, y para la elaboración de las leyes no se toma en cuenta esa condición. Lo otro es que las leyes no tienen almas ni sentimientos ni hacen diferencias de categoría sociológica y se aplican imperativamente y de manera pragmática, principalmente, basada en esa subjetividad del derecho que impone la sociedad burguesa.
A manera de ilustración veamos de qué manera se manifiesta en la práctica esa lógica. En la Ley Orgánica del Trabajo vigente, analicemos la normativa de despido injustificado establecida en el Art. 444. En ese Artículo se establece que para despedir un trabajador amparado por el fuero sindical tiene que ser calificado por un Inspector del Trabajo, aun así el patrón los despide y el trabajador que reclame tiene que ir a un proceso tedioso para demostrar que fue despedido injustificadamente. Ah!!, pero en qué condiciones: fuera de la empresa, sin salario y con un conjunto de problemas sociales y económicos, mientras que el patrón tiene todos esos problemas resueltos. Ante un litigio en esa condición, el trabajador está en desventaja ante el patrón.
La otra cosa que hay que analizar son las penalizaciones pecuniarias o monetarias. Ahora: ¿quién tiene posibilidad de pagar una fianza para no ser castigado cuando comete un delito o viola la Ley? Evidentemente que el dueño del capital: por eso las cárceles están llenas de pobres.
Considero que es importante tomar en cuenta todos estos señalamientos para la elaboración de la nueva Ley Orgánica del Trabajo. Precisamente en esta etapa de Transición hacia el Socialismo tiene que ser una Ley con una conceptualización filosófica distinta y que interprete toda esta realidad para poder responder a una nueva visión del trabajo y no a la filosofía del capital.