El pueblo venezolano viene sufriendo de forma discreta los embates de
un proceso desestabilizador en su contra, atentados contra su
estabilidad alimentaria, contra su sosiego y su tranquilidad por
parte de factores económicos externos e internos.
Los docentes como parte del mismo pueblo y funcionario público como
tal tienen sueldos rígidos y sufren las consecuencias de esta
inflación infernal, independientemente de que el gobierno acusa de
forma timorata las maniobras inmisericorde de parte de las fuerzas de
la derecha dentro y fuera del mismo gobierno, sobre todo de quienes
dirigen los hilos de la economía para intereses de clase.
Por ello, resulta inoportuno que salgan funcionarios ministeriales
a tratar de ocultar una realidad palpable como es el deterioro del
salario del docente nacional y de los trabajadores en general. No más
ayer sale una resolución del mismo ministerio de educación que
permite la flexibilidad en el cumplimiento del uniforme escolar en
los niños y jóvenes del país. Lo concreto es que un trabajador o
trabajadora deberá disponer de alrededor de 30 mil bolívares solo en
el calzado y su vestimenta.
Por otra parte, a los docentes se les ha deteriorado toda su seguridad
social en todos los sentidos.
• El pasaje fue elevado considerablemente en todas las rutas urbanas
interurbanas y extraurbanas, entonces más del 50% de su sueldo se van
en pagar el trasporte que lo lleva a cumplir su noble labor en las
escuelas y liceos del país.
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• Los IPASME están en bancarrota por múltiples razones. No hay
dotación de insumos y los niveles de atención están por el suelo
• El seguro auto-administrado del ministerio de educación (Pronto)
tiene un tope de 50 mil que no cubre ninguna intervención quirúrgica
ordinaria.
Toda esta situación ha llevado a muchos docentes a considerar
la renuncia a los cargos que como profesional universitario ejerce y
para el cual se esforzó en su formación, para ir a laborar en otros
oficios mejor pagados, aunque de menor trascendencia social como es
la docencia para un país necesitado de buenos y buenas pedagogas.
Solicitamos que se inicie de una vez por toda, la discusión
publica de la convención colectiva, porque las únicas informaciones
nos llegan a través de rumores malignos que en nada favorecen al
gobierno nacional y tampoco a las federaciones y al sindicato
nacional.
El pueblo es sabio y los docentes conocen que de conversaciones
veladas, (si existen), no saldrá algo provechoso…