La cesta básica del docente impone financiamiento público

Por nadie es ignorado que tenemos las plantillas de docentes peor pagadas en buena parte del planeta. El injustoprecio de su paga ha corrido más a cargo de ignaros sindicalistas que de los propios docentes con inclusión de posgraduados, sometidos todos al representante político de la institución y turno correspondientes.

Son muchas y de largo tiempo las inexactitudes presupuestarias de las que ha adolecido la paga del docente en todos sus niveles. Todos los presupuestos asignados han sido permanentemente deficitarios. Sólo así han tenido vida tantos sindicalistas parasitarios. Los docentes han caído en manos se inescrupulosos agiotistas, y sus Cajas de Ahorro tienen muchas limitaciones.

Las maestras y maestros tanto graduados como no graduados han sido los peor pagados porque la remuneración de los docentes universitarios les ha servido al Estado para marcar la de los profesores de la Media y de la Primaria, y como la de los primeros siempre ha sido baja…

El IPAS ME, por ejemplo, ha sido uno de los institutos más incompetentes para resolverle el problema de la vivienda a este funcionario de bajos ingresos por cuanto el precio de ella jamás ha estado al alcance medio del profesor no directivo o de planta. El burócrata corrupto hizo suya esa institución.

Existen escuelas y liceos muy apartados de las residencias del docente o aislados de las arterias viales, de tal manera que estos profesores deben andar de cola en cola, caminar o consumir buena parte de sus pequeña paga en algún taxi o sufrir el maltrato al cual que es sometido el pasajero de camioneticas y autobuses en este país[1]. La dotación de nuevas unidades se ha quedado corta o detenido por x causa.

Los precios de la cesta básica ya no los aguanta el asalariado mejor pagado que no es precisamente el docente nuestro. Por esta razón y en paralelo bien podría el gobierno decretar para el personal docente un financiamiento oneroso con módicos intereses que se iría descontando bimensualmente a lo largo de 2 años, y renovables mientras las nuevas medidas de abastecimiento directo, casa por casa, libre de bachaqueros y de falsos jefes de las actuales Juntas parroquiales, vayan paliando la situación.

De lo contrario, se estaría convalidando todo un círculo vicioso que ningún presupuesto aguantaría. Ninguna Caja de ahorro de estos docentes está capacitada para tal fin. Así como el Estado ha estado alegremente entregándole dólares a los mismos que hoy se conjuran para acabar con este proceso, asimismo bien podría ese mismo Estado hacerle un préstamo a mediano plazo al docente al cual jamás se le ha reconocido una justa remuneración. En la actualidad este docente ha está cayendo en manos de agiotistas enquistados dentro del propio ME y en muchas de las universidades.


[1] El Liceo Colomine, de Valencia, es un ejemplo, de ese aislamiento, erigido en una zona donde el arquitecto supuso que todos los profesores tendrían vehículo propio por el sólo hecho de estar situado en una zona de gente de la clase media bien remunerada que jamás ha sido el caso. El Estado y sus sindicalistas jamás han administrado una logística acorde con el domicilio de sus docentes y el sitio de trabajo. En este país, el transporte público corre a cargo de cualquier persona mal educada, con raras excepciones, y por culpa de unas Alcaldías harto irresponsables al respecto.



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Manuel C. Martínez


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