Jamás los venezolanos habíamos sentido tanta incertidumbre en el qué hacer cotidiano. Son incontables las veces que damos vueltas en círculo buscando la lógica de la vida en tiempos de crisis severa. Observamos con impaciencia a la población. Escuchamos sus comentarios, a veces sin proponérnoslo, nos buscan la mirada para expresar sentimientos espontáneos y comentarnos sus vivencias, nada agradables, por el contrario, nos hieren en lo más profundo de nuestros sentimientos y nos tornamos impotentes, sólo mentalmente comparamos su historia con la de tantos amigos que pasan por lo mismo o con la propia. Sólo nos queda la inquietud del ¿Qué Hacer? O, ¿Cómo ayudar? Ya ni palabras de aliento nos salen para poder iluminarles el camino. Y de repente la pregunta, ¿Acaso no hay camino? ¿Es tal la gravedad que no hay luz al final del túnel? Todo parece indicar que nos encontramos en una encrucijada histórica de proporciones impensables donde, para llenarme de fuerzas y seguir luchando me encuentro con que la brecha entre lo que nos dicen las cúpulas políticas de lado y lado y la realidad es enorme.
No logro entender cómo es ahora cuando el Ministro Castro Soteldo declara, con mucha alegría, que consiguió poco más de 2.000 millones de bolívares para poner en funcionamiento la Central Azucarera Santa Clara y que faltan siete centrales más para adecuarlas a la producción pero que no hay dinero, es decir, esperen niños, tómense el tetero sin azúcar hasta no sé cuándo o hasta que el precio del barril vuelva a sus niveles de 2013. Pero, igual suerte corre las empresas de harina precocida, o el producto más sencillo que podamos imaginar, esto me dice que el camino está minado. Me cuesta entender muchas cosas.
Me cuesta entender cómo el gobierno sigue apostando a la economía extractivista a sabiendas que la sobreproducción de petróleo es una verdad de perogrullo: "el estimado más probable del volumen de petróleo asequible en los yacimientos en explotación, descubiertos e incluso los no descubiertos en EEUU asciende a 264.000 millones de barriles. Las reservas de crudo extraíble en EEUU superan a las de Rusia y Arabia Saudí". Así como me cuesta entender lo de la Minería Ecológica, es decir, cómo es que al cianuro ahora no destruye el ecosistema, sólo lo entiendo como un tema de sobrevivencia, idea errática que compromete un futuro estable. Las mayorías se concentran en la oposición como salida a la encrucijada, cosa que no es verdad, porque ellos harán lo que han hecho siempre, continuar con la política extractivista, el Arco Minero será bueno, solicitarán esa ayuda internacional de la que tanto claman para seguir empeñando al País y con ello la pérdida de las reivindicaciones sociales. Ante la encrucijada histórica la solución es plantearnos políticas sustentables de desarrollo y poner a producir la tierra en vez de perforarla o envenenarla y todo sobre la base de un gran diálogo económico y social.