Gobierno de Maduro promueve el hambre y acentúa la sobrevivencia miserable

No quiero ni imaginarme cómo gestiona el presidente Nicolás Maduro Moros, puertas adentro del Palacio de Miraflores, allá en su oficina de mando, el asunto de la enorme deuda social con los venezolanos de a pie; quienes somos una inmensa comunidad de sufridos, hambreados, casi indigentes; a quien él y su equipo suelen llamar "bravo pueblo". En realidad, somos empleados públicos activos y jubilados que sentimos y padecemos la peor burla histórica en relación con nuestros derechos humanos y laborales, como no se vio nunca antes, desde que transitamos la era democrática iniciada el 23 de enero de 1958, fecha límite de la última dictadura militar en Venezuela.

Así como se habla en la actualidad de guerra de cuarta generación, creo que aplica el término de dictadura mediática gubernamental, dictadura de la manipulación del pueblo, dictadura del engaño, dictadura de la mentira y del abuso de poder; de la cual el señor obrero y jefe de Estado se erige como máximo representante. La desfachatez de este gobierno dejó atrás las burdas maniobras y abusos de poder de otros presidentes de la república de otrora: Carlos Andrés Pérez, Rafael Caldera, Luis Herrera Campíns y Jaime Lusinchi.

Maduro es la peor expresión del descaro gubernamental, y por mucho que se vanaglorie de su mostacho negro autoproclamándose Súper Bigote, la realidad del país no es para jugar carrito ni para vacilarse la vida al mejor estilo de las comiquitas. Ni para vacilarse al pueblo bailando en televisión su descuido, su falta programática de gobierno, su ejercicio digno y responsable del cargo que ostenta desde 2013.

Los trabajadores de Venezuela estamos molestos con este gobierno irresponsable. Estamos dolidos por la burda traición al ideario de Simón Bolívar. Estamos cansados de la manipulación y el engaño. De manera inconsulta y traicionera se aplicó un mecanismo de ajuste salarial absolutamente irresponsable, injusto y rechazable a través de la Oficina Nacional de Presupuesto, ONAPRE; y peor aún, se sustrajo el pago del beneficio vital de nuestros educadores conocido como Bono Vacacional y Bono Recreacional, que históricamente corresponde al personal activo y jubilado de la educación básica nacional, media, diversificada y universitaria.

La banalidad con que Nicolás Maduro Moros se da golpes de pecho porque "gradúa" veinte mil "médicos cubanos", como suele decírsele a este componente de estudiantes de medicina general al estilo de los paramédicos; aunado a otro golpe de pecho cuando "gradúa" a veinte mil funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, cuya "formación" profesional y científica se la meten en el cerebro en apenas seis meses; contrasta seriamente con los principios académicos que imperan en las universidades públicas más reconocidas del país; a una de las cuales pertenezco como profesor: la Universidad de Oriente.

La universidad pública venezolana sí gradúa médicos, abogados, licenciados, técnicos y rpofesionales de alto nivel profesional. No maquillamos títulos en masa para hacer burda exposición populista por televisión, ni minar las instituciones de seguridad y salud públicas de mediocres vestidos de verdes o asesinos de gente pobre en hospitales y CDI, como consecuencia de la mala práctica de la medicina, la corruptela y el abuso de poder militar.

Obreros, administrativos, investigadores, profesores y científicos de la Universidad Central de Venezuela, Universidad de Los Andes, Universidad del Zulia, Universidad de Oriente, Universidad de Carabobo, Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, Universidad Nacional Experimental de Los Llanos Rómulo Gallegos, Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, Universidad Nacional Experimental Sur del Lago, etcétera; no tienen para pagar los gastos de educación de sus propios hijos, ni para comer, cubrir las demás necesidades básicas ni socorrer con la salud y la alimentación a sus familiares, principalmente padres y madres enfermos.

Día a día recibo mensajes de este tipo, desde todo el país: "José Pérez, la mamá del profesor tal está grave y no tenemos seguro médico", "la hija de la profesora tal está grave y requiere una operación urgente", "el obrero tal no tiene ni para comer"; "¿qué sabes del pago de nuestras prestaciones sociales y del bono vacacional?"… Por Dios, Presidente Maduro, ¿dónde tienes usted el corazón?

Desde el 15 de marzo de 2022 el Estado debió tomar las previsiones presupuestarias para honrar el pago de los bonos vacacionales del sector educativo. Transcurrieron cuatro meses para responder responsablemente a esta obligación contractual histórica, de la que depende la paz y el sosiego de millones de familias venezolanas. En la calle sólo se oye el clamor de que no tengo para la graduación de mi hijo, para pagar la inscripción de mis hijos, para darles de comer a mis hijos, para pagar las deudas, ni para nada de nada.

|Cuánta miseria cae sobre nuestros hombros, en este momento, por culpa de un mandatario irresponsable, y un equipo de gobierno de la peor calaña. Se sustraen a una verborrea "socialista" y "revolucionaria" que dista un mundo entre una cosa y otra, porque la pobreza crítica carcome hogares, familias, profesionales y seres de todas las clases sociales, de una manera inmisericorde, ¿Quién me dice a mí que esto es mentira?

No nos vengan con los trillados cuentos de la guerra económica ni con la parafernalia de que ya derrotaron la hiperinflación inducida. La verborrea mediocre del bloqueo económico gringo (ciertamente existente y deplorable) como única causa de todos los males económicos del país, porque el gobierno recibe enormes sumas de dinero vía recaudación fiscal, venta de oro, coltán, thorium (del cual tiene Venezuela la mayor reserva del mundo, siendo 90% más poderoso que el uranio en su capacidad radioactiva), etcétera.

El reciente acuerdo tramado entre pareces, de fecha 2 de agosto de 2022, entre funcionarios de los ministerios de educación superior, finanzas, trabajo, Onapre y sindicatos, para postergar la totalidad del pago del bono vacacional y recreacional del sector universitario para el año entrante, 2023; es decir, dentro de cinco o seis meses—con las graves implicaciones de nuestra perpetua y flagrante devaluación monetaria diaria— ya es el colmo de la desfachatez.

Según este acuerdo, sólo se cancelarán diez días del mencionado bono durante el mes de agosto, otros diez días en septiembre y una tercera fracción de diez días en octubre. Los restantes 70 días de bono quedan como acreencia para el presupuesto 2023, lo cual suena desde ya a carambola. No debemos permitir semejante desmadre de nuestros beneficios, ni de los tan menguados salarios y beneficios salariales nuestros. No y no, carajo.

El gobierno alega que no dispone de los 850 millones de dólares para honrar el compromiso en cuestión con los trabajadores y trabajadoras del sector universitario. Pero durante estos cuatro meses transcurridos desde el 15 de marzo hasta 15 de julio de 2022, ha inyectado al Banco Central de Venezuela más de 2.000 millones de dólares para que una élite parásita de boliburgueses gobierneros y opositores adquieran dólares a un valor muy conveniente, so pena de contener al "dólar especulativo" o dólar negro que genera inflación en Venezuela.. Nadie suda una gota de sudor ni se come las verdes como los trabajadores universitarios para "adquirir" ese chorro de dólares que sale de las manos del mismísimo presidente Nicolás Maduro Moros.

Para colmo, la tapa del frasco es la supuesta "insolvencia" anticipada del gobierno nacional para señalar, desde ahora, que tampoco dispondrá de los 1.100 millones de dólares requeridos por el Estado para cancelar el bono navideño; cuyo cumplimiento se prevé anualmente para finales de noviembre. Esto significa, queridos hermanos de luchas, hambres y miserias, que nos quedaremos también sin navidad.

Demás está suponer que jamás se derogará la famosa tabla salarial ONAPRE, ni reconquistaremos los viejos beneficios ganados a trocha y mocha con aquellas batallas que supusieron golpes, vejámenes, bombas lacrimógenas y muertos durante la Cuarta República y parte de la Quinta.

Maduro nos pasó el cuchillo por la garganta al mejor estilo de Super Bigote, y nos jodió bien jodidos.

Comparto, pues, esa inquietud de Eligio Damas acerca de ¿dónde están? Los intelectuales de izquierda de Venezuela (escritores, poetas, narradores, ensayistas, filósofos, educadores, abogados, historiadores, columnistas, artistas de todas las corrientes, periodistas, profesionales, estudiantes, etcétera) que no se manifiestan ante la peor canalla laboral de nuestra democracia moderna; esta que transitamos desde 1961. ¿Qué les pasa camaradas, por qué tan callados, su ustedes son víctimas directas de este desmadre gubernamental? ¿Tienen miedo, acaso? Quiero creer que no, porque ahí sí estaremos definitivamente perdidos.

P.D. Presidente Nicolás Maduro Moros, pague las prestaciones sociales pendientes desde 2014 hasta 2021. Basta ya de tanta injusticia. El hambre y la miseria no pueden llamarse socialismo y mucho menos revolución. Eso se llama pobreza extrema. Y punto.

 

elpoetajotape@gmail.com



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José Pérez

Profesor Universitario. Investigador, poeta y narrador. Licenciado en Letras. Doctor en Filología Hispánica. Columnista de opinión y articulista de prensa desde 1983. Autor de los libros Cosmovisión del somari, Pájaro de mar por tiera, Como ojo de pez, En canto de Guanipa, Páginas de abordo, Fombona rugido de tigre, entre otros. Galardonado en 14 certámenes literarios.

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