Estoy que exploto de alegría, las tripas de mi alma se inflamaron de emoción, salté, lloré, reí, y hasta llegué a pensar que el mundo era mío, solo mío: por los tres meses de aguinaldo que me han caído mejor que estas lluvias predecembrinas que empapan en Margarita hasta el modo de pensar, y quien más que yo, para ser otra persona más poderoso, sin incluir mi diálogo persuasivo que me llevará más allá de estas tierras a disfrutar sin trabajar, ni a pasar malos ratos que me empujen en ese ir y distraer sin rumbo de migrante maltratado sin poder entrar a los Estados Unidos por la libertad de ser esclavo de ellos, y más bien a gastar lo que por contrato y leyes me corresponde como jubilado honesto como soy, sin tener nada que ver con lo que Venezuela tiene represado en el exterior y, mucho menos con esa oposición que hoy goza de "potabilidad" de acuerdo a las opiniones del constitucionalista Gerardo Blayde que, pareciera que está libre de pecados y de malos juicios y, sin mucha preocupación como el ama de llaves que es para abrir cuanta puerta se le haya cerrado a Venezuela en el exterior, sin que le pese ser panaburda de Julio Borges y de Leopoldo López como salidos de un garito oportuno bien limpios de solicitar y apoyar medidas limitativas de más por menos de rancios audaces de la pobreza inoportuna que por poco nos mata.
Trataré de gozar al máximo sin inconveniente ninguno de ese puñado de dólares que al fin recibí antes de partir el próximo año que se avecina, por lo que hallacas, pan de jamón y dulce de lechosa no dejarán de estar en mi mesa decembrina cuando, brinde copa en manos con el vino de la satisfacción de la dinastía madurista de ser venezolano con un más por menos adelantado y, como mi país es único, único soy yo ahora más que nunca, cargado de más emociones y no emociones fortuitas, sino valorativas y con muchas ganas de viajar por el mundo como turista desprevenido que no aspira a elecciones libres ni mucho menos democráticas como si nunca las hubiera habido en este país y, en este runruneo de emociones me embarco en el sueño de que, todo es posible mientras se pueda y como la suma recibida por mis aguinaldos es explosiva pueda traerle devaluación al país, posible es que la oposición "democrática" bien caradura por demás pretenda en lo adelante bañarme de más ilusiones como si nunca hubieran sido poder ni haber salido de las filas de AD y de Copey, dos entidades partidistas que se hallan en México con su azteca de preocupación de hacer a Venezuela más grande con el orgullo de no olvidar que la IV-R existió sin corrupto alguno y, con el calor armonioso que hoy brinda el gobierno de los Estados Unidos que, hoy más que ayer nos quiere proteger de los malos gobiernos anteriores, vaya cinismo oportuno gringo.
Jamás había logrado tener aguinaldos adelantados en mis años de trabajador educativo y más como dicen otros buenos y abultados que mercado para todo el año por venir habrá y, mis sueños dejarán de ser secundarios mientras, yo gasto a manos llenas, gracias al gobierno de Maduro que descubrió que cobrar adelantado te llena de felicidad por un rato y, más al pueblo pobre y yo como uno de ellos vivo exaltado por disfrutar de ese buen rato de ver pasar el tiempo contando las 12 uvas del tiempo de la existencia, viviendo y distrayéndome de terquedades, pensando en que gobierno y oposición no me caigan a embustes ni se vean de reojo y que el diálogo viva tantos años como posible sea pensarlo.
No tengo una mayor felicidad dentro de ese cupo fabuloso de cobrar los aguinaldos adelantados, debido a que este año el gobierno del presidente Maduro no me ha ofrecido el pernil de todos los años a, no ser que sea para el 24 de diciembre, entonces de ser así mi mesa estará bien servida y no con pavo, sino con un pernil invisible que se pueda comer aunque no lo trague como otras veces sin engaño, y pregunto, no hay posibilidad que se incluya un pernil para los venezolanos en el diálogo en México por los tantos millones de dólares represados fuera de Venezuela y, que son nuestros, sería posible ah, Jorge Rodríguez, ah Geraldo Blyde, aunque chiquitico. Que aguinaldos van y aguinaldos vienen, pero pónganse de acuerdo que el pueblo se lo agradecería, mientras la paz sea con ustedes, que si en algo se parecen pudiera ser en nada, pero así son ellos en ese blabla...