La severa crisis que afecta la economía de Estados Unidos y el mundo en general, trae una gran interrogante con respecto a la principal fuente de ingresos de nuestra nación. Este lunes se cotizaba el crudo West Texas en $46,47; el de la Cesta OPEP en $40,31 y el crudo venezolano alrededor de los 35 dólares por barril. Los contratos de Petróleo Intermedio de Texas para marzo mostraban moderada tendencia a la baja y se negociaban a 46,02 dólares el barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York. Los precios del crudo continúan su tendencia a la baja para caer a su peor nivel en cuatro años, pese al histórico recorte de la producción acordada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Las bajas del precio del crudo obedecen a dos factores fundamentales: el ataque especulativo que llevó al precio a cotizaciones sobre los US$ 140 por barril fue decisivo para que los anuncios de recesión hicieran que los especuladores se aprovecharan de la situación; y el segundo es precisamente que ese precio del barril fue el combustible para terminar de encender la recesión global.
En este momento, los mercados internacionales tienen una gran desconfianza y volatilidad, el consumo va a estar directamente relacionado con la vuelta al crédito y con la confianza de los consumidores; esto va a depender del crecimiento que demuestre la economía norteamericana con Obama al frente, lo que indica que esta situación se mantendrá por un tiempo relativamente largo. La demanda mundial de petróleo venía a un ritmo de crecimiento muy alto, pero en los próximos meses el mercado petrolero debe ir al ritmo de la crisis financiera; a pesar de ello, considero que los precios se van a ir recuperando a valores intermedios alrededor de 60 y 70 dólares el barril, y ante la experiencia dudo que durante el próximo quinquenio pueda rondar los 100 dólares.
Ahora más que nunca está presente en la mente de todos los venezolanos la frase de nuestro ilustre Uslar Pietri “Hay que sembrar el petróleo”, siembra que debe comenzar con una siembra de conciencias, entendiendo que no podemos subsistir económicamente pensando en la explotación y comercialización de un solo producto, hay que tener fuentes alternativas de sobrevivencia, y en eso contamos con extraordinarios recursos naturales y humanos en el País, comenzando por la metalurgia, minerales preciosos, productos como el café y el cacao que en una época llegaron a representar un buen porcentaje del producto interno bruto de la nación, la ganadería donde con la apertura de una mayor dialogo entre el gobierno y sectores productivos podemos lograr obtener una muy buena producción a través de incentivos fiscales y financiamientos a mediano plazo a los pequeños y medianos productores. Otra fuente inagotable de ingresos que poseemos es el turismo, donde en cada rincón de Venezuela que nos encontremos podemos admirar sus extraordinarias bellezas sin ser explotadas concienzuda y racionalmente.
Esta no es labor solo del gobierno sino de todos los sectores de la sociedad civil, quienes tenemos que aportar nuestro granito de arena, con el apoyo del mayor recurso con el que contamos que es nuestra gente, para poder salir avante de esta crisis que arreciará los próximos meses.
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