El evento deportivo más importante del mundo se está jugando este mes… ¡y en Venezuela! El Mundial de softbol femenino que comenzó esta semana obliga a que le dedique algunas reflexiones en lo deportivo y en lo identitario. En primer lugar, éste reúne a los mejores equipos del mundo en la especialidad, lo que es un reconocimiento al nivel deportivo de nuestra selección. Además, también es un reconocimiento a la calidad de la infraestructura deportiva nacional y a los avances respecto a la calidad de espectáculos que tiene ocasión de ofrecer nuestro país. Tal como sucedió con la Copa América de 2007, nuevamente el país es honrado con la posibilidad de organizar un evento de tan alta envergadura y como en dicha ocasión, el saldo a favor de la nación muy seguramente será positivo. Para entonces, se dejó ver el impulso de la disciplina futbolística, consecuencia del entusiasmo generado y de las infraestructuras habilitadas o construidas para esta cita. No creo que sea irreal pensar que el softbol puede tomar un mayor impulso luego de esta importante cita.
Este evento merece contar con el apoyo de todas y todos. No deja de ser interesante que comparta en centimetraje y atención de los venezolanos con otro Mundial, el de fútbol de Suráfrica, lo que pone en juego no dos potenciales diferenciados sólo en lo estrictamente deportivo, sino especialmente en lo publicitario y en la cobertura mediática, dimensiones estas muy estrechamente vinculadas.
No es objeto de estas líneas dar mayor o menor trascendencia a uno u otro Mundial, pero si ser un llamado a reconocer la importancia del evento que se desarrolla en nuestro país, bajo el entendido que en él se conjugan lo deportivo con la identidad nacional. Y es que junto a los éxitos cosechados por muchos de los países de nuestra América en el Mundial de fútbol y que han llevado a que muchos venezolanos apoyemos sus logros y algunos hasta levanten orgullosamente banderas extranjeras en señal de apoyo, la selección de softbol de Venezuela merece al menos el mismo trato, sino más, ya que si bien nuestro Mundial no es el más famoso o el más publicitado, si debe ser para todos el más importante.
Éxito muchachas y a repetir la gesta de los Juegos Suramericanos 2010 y dejar de nuevo en lo más alto nuestra bandera tricolor y sus ocho estrellas.
¡Arriba Venezuela!
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