La justicia social es pilar fundamental de la Revolución Bolivariana, lo que se tradujo en la atención prioritaria de los sectores sociales excluidos en los años de la democracia representativa y aún mucho antes. Este abandono sistemático se tradujo en millones de venezolanos que ni siquiera cubrían sus necesidades básicas en alimentación, salud y educación por ejemplo, obligando a aplicar políticas gubernamentales principalmente dirigidas a los grupos sociales más excluidos y empobrecidos, dando cuenta de ello las misiones sociales.
A pesar de las arremetidas golpistas entre 2001 y 2003 con sus miles de millones de dólares en pérdidas para la Nación, la crisis económica mundial y su impacto en las finanzas nacionales, la caída estrepitosa de los precios del petróleo y el permanente ataque de sectores especulativos contra la economía nacional, políticas de Estado responsables han permitido superar sostenidamente estos momentos críticos y disminuir la pobreza, creando condiciones para materializar nuevas acciones que amplíen los sectores sociales favorecidos, y por tanto, a la clase media. Y es que más allá de que ésta disfrutara su legítimo derecho a los planes y misiones pensadas para los sectores más empobrecidos, se han sumado recientemente políticas concretas para este sector. Así, a la temprana prohibición de los créditos indexados en 2005, se suma ahora la garantía de los depósitos en bancos privados intervenidos dada la dilapidación irresponsable del dinero de sus ahorristas y la expropiación de complejos habitacionales fabricados por inmobiliarias especuladoras que postergan la culminación y entrega de los inmuebles a sus compradores para aumentar desproporcionadamente sus precios.
Por supuesto, estas acciones son atacadas automáticamente por la canalla mediática que intenta seguir engañando a la clase media. Los medios privados nuevamente intentan defender lo indefendible, afirmando que las expropiaciones violan la Ley cuando la clase media afectada sabe por sufrimiento propio quienes en verdad la violan. La nula atención prestada a estos mensajes abre una etapa que puede permitir que personas víctimas de la deformación mediática de la realidad comiencen a ver el engaño al que han sido sistemáticamente sometidos.
Clase media engañada, bienvenida a la verdad.
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