Así como el acero se templa a muy altas temperaturas, el carácter humano se templa en la adversidad. Este pasaje del libro Así se templó el acero del ruso Nikolái Ostrovski es hoy una inmensa realidad. Justo en momentos donde la naturaleza descarga sus inclemencias, buena parte del pueblo venezolano ha dado nuevas muestras de su sentido de humanidad, mostrando con hechos concretos su sentido de solidaridad. Junto a este noble Pueblo ha estado un gobierno que en sus distintos niveles ha reforzado sus acciones y atendido las necesidades que sin cesar se multiplican en buena parte del país. De oriente a occidente se ha hecho sentir la presencia del gobierno, que junto a instituciones como las fuerzas armadas y la policía, y a organizaciones de estudiantes, trabajadores, consejos comunales y muchas más, suman esfuerzos para atender la emergencia, sin perder de vista el claro objetivo de dar continuidad a la atención estructural de la tragedia en el mediano y largo plazo.
Se avecinan decisiones duras. Desde la declaratoria de la inhabitabilidad de algunas zonas y el respeto sin cortapisa de esta decisión, hasta la desconcentración territorial que es absolutamente impostergable para garantizar la seguridad y vida de la población, estamos obligados a realizar transformaciones estructurales en el país, lo que trae inmensos retos que deben ser considerarlos en su profundidad y con pleno conocimiento de su dificultad. Ejemplo de ello es el tema de la vivienda, frente al que durante décadas hemos visto a distintos gobiernos enfrentarse, sin avanzar con la aceleración que la población requiere. En medio de esta tragedia, el gobierno nacional se compromete a resolver la situación de vivienda de los afectados, reto tan complejo como impostergable, que nos exige por su magnitud el máximo de conciencia y paciencia.
Entre los muchos retos a confrontar en 2011, uno fundamental es asumir el desafío de los nuevos compromisos, a sabiendas de su dificultad. Parece inevitable que Venezuela ponga a prueba el cambio en su grado de conciencia y resista con gallardía estos retos impuestos por la naturaleza y asumidos por el gobierno nacional. Desde ya hacemos votos por ello, seguros que nuestro sabio Pueblo seguirá demostrando que como el firme acero, seguiremos templando nuestro carácter.
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