Miren. Creí que ese sentimiento tan fuerte de "sentir la ausencia de alguien" ya había desaparecido, engullido por este marasmo informático-telemático-robótico y este mundo tan globalizado, y tan enguerrilado, y tan twiteado y facebookeado y blackberriado. La última vez que sentí en lo mas hondo del corazón la ausencia de alguien fue hace unos 40 y picote de años, por allá, lejos en Sanare Estado Lara, cuando al pasar la lista de 6to grado, mi querida Maestra de quien no daré su nombre, y nombrar a la muchachita que mas me gustaba, todos miramos para todos los lados, en silencio, buscándola. Pero ...ella no había venido. Estaba ausente. Me dió un brinco el corazón, y se me arrugó, y se me rompió. Pero les confieso que ella no estuvo ausente ni un solo segundo, en mi mente, durante toda esa largotoooota mañana, lluviosa, fría, como todas las mañanas de esos años allá en mi Jardín de Lara. Aún después de esa clase, su ausencia era presencia. Luego aprendí que ausencia no es necesariamente "la falta de alguien" (como lo dice el diccionario), sino que ausencia es presencia, si así lo quiero. No lo sabía pero aqui cabe muy bien la frase de Louis Charles Alfred de Musset quien dijo: "La ausencia ni el tiempo son nada cuando se ama"
Hoy en estos días, también lluviosos, la sensación de ausencia está presente. Pero no en mí, ni en todos los Venezolanos quienes vemos en el presidente al hombre que ha marcado el rumbo de la historia en los últimos años, y lo queremos. La sensación de ausencia, esa que es un tormento pero que no mata, sino que tortura y desespera, está presente en las mentes y en los corazones de todos los opositores quienes sienten que se les va el aliento si no ven al Presidente Chávez. Ellos, desalentados, prenden todos los días en televisor con la esperanza de ver la cara del presidente y poner fín a esas jornadas de duda y de ansiedad. Y por supuesto, la ausencia es compañera de la soledad. Entonces vemos cómo una Sra o Srta Diputada anda "sola" ," ingrima y sola" (como decía mi mamá) por estas calles de Dios añorando el regreso de Chávez, y en consecuencia, el regreso de la calma a su alma. Vemos cómo el grupo de Diputados de la MUD anda "solo", "ellos solos", sin nadie, gritando sin verguenza que quieren y desean que el presidente regrese, que venga a calmar esos encontrados sentimientos de temor a perder lo querido y de amor, y de odio. Entonces esa combinación si es peligrosa: ausencia y soledad. Aquí permítanme parafrasear a la poetiza, crítica literaria y narradora Michelle Roche Rodríguez quien dice que la compañía de la soledad no es tan peligrosa porque genera melancolía, pero la compañía de las ausencias con soledades, enloquece. Y, discúlpenme, quien enloquece..."muere".
¡Hay ausencias que "matan"!
Me dá muuucho dolor ver a esos señores y a las damas escuálidas desesperadas por la ausencia de Chávez, sin notar ni darse cuenta que él (si lo quieres) está siempre presente, lo estará por mucho tiempo. No dejo de pensar en la algarabía de Venezuela al ver el regreso del Comandante y me alegra pensar que ellos también se alegrarán, pero les dará pena expresarlo, exteriorizarlo, decirlo, sentirlo.
Les invito a compartir estas frases.
1)" Tu ausencia me rodea, como la cuerda a la garganta, el mar a que se hunde" Jorge L. Borges.
2)" Tu ausencia es un tormento que tortura sin matar" Enrique Santos Discépolos.
3)" Lo que dices en presencia nuestra, piénsalo en ausencia nuestra" Isócrates.
4)" La ausencia de prueba no es prueba de ausencia." Carl Sagan.
Antes. "¡Chávez, vete yá!"
Ahora: "¡Chávez, vente yá!
¿Quién les entiende?
Patria Socialista o Muerte. Hasta la Victoria siempre. ¡Venceremos!
(*) Prof.
Brigada de Comunicación de la FBEU, IUTE. Ejido. Mérida.
Tu ausencia es un tormento que tortura sin matar.
Enrique Santos Discépolo