Soberanía es un término que más allá de su acepción lingüística o su definición jurídica representa políticamente lo opuesto al sometimiento a los designios imperialistas y es por ello que cuando se ejerce, en correspondencia con los verdaderos intereses intrínsecos al desarrollo nacional, puede ser la antesala a una agresión por parte de la “metrópoli”.
Las razones por las cuales la soberanía no sirve a los intereses económicos y expansionistas del sistema llamado imperialismo (como etapa superior del capitalismo) son más que conocidas, por eso las medidas económicas y políticas tomadas la semana pasada por el gobierno nacional son saludadas y apoyadas desde todos los sectores patriotas y revolucionarios, además porque sirvieron para desnudar, por enésima vez, los intereses representados y defendidos por el oposicionismo en la Asamblea Nacional.
Fueron tres medidas muy importantes para el avance de la liberación nacional: repatriación de las reservas no operativas (oro monetario) ubicadas en el extranjero, redistribución o mudanza de nuestras reservas operativas a países con mejores indicadores económicos que Estados Unidos o Inglaterra como: Rusia, China y Brasil y por último el anuncio sobre la nacionalización de la extracción aurífera.
Por supuesto que las instituciones imperiales y sus operadores políticos en Venezuela (entiéndase la oposición) pegaron el grito al cielo con el anuncio de estas medidas, son tan apátridas estos sectores que pretenden desconocer la dramática situación económica de los Estados Unidos con una deuda que ronda los 50 billones de dólares muy por encima de los 14 billones de su PIB y haciendo apología de este país exigieron, sin ningún rubor, que Venezuela debía mantener sus reservas en ese territorio, dónde ellos las colocaron.
La decisión del gobierno es acertada desde el punto de vista económico, así lo demuestran las cifras objetivas de las económias de los países dónde la “cuarta” colocó nuestras reservas, pero es mucho más correcta, precisamente por coherente, desde el punto de vista político ya que es un hecho concreto de reafirmación de la soberanía que se corresponde con la liberación nacional que viene a poner coto al irrespeto a nuestros intereses cometidos por los gobiernos de la llamada “democracia representativa” tal y como oportunamente lo denunció el PCV desde el extinto Congreso Nacional y a través de su periódico Tribuna Popular.
En medio de la satisfacción por esta importante decisión del Gobierno Bolivariano, la exigencia que debemos hacer como revolucionarios es que el fortalecimiento de nuestra economía debe estar dirigido a seguir fortaleciendo la impresionante inversión social ejecutada por el gobierno bolivariano y a la industrialización nacional dónde hay retrasos que deben ser subsanados de inmediato.
Otra cosa que se demuestra con esta importante decisión es que mientras el gobierno sea consecuente con el programa de la revolución venezolana gana más el afecto y el respeto del pueblo, por esta razón ojala en los próximos días se anuncie el visto bueno a la solicitud de asilo a Julián Conrado y se tomen medidas similares en relación al diamante, otro tema pendiente.
La lección de Libia está fresquita, claudicar es perdernos.
(*)Militante del PCV
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