Adital - Unos 60 de los 100 legisladores ecuatorianos habrían resuelto remplazar al Presidente Lucio Gutiérrez por su vicepresidente Alfredo Palacio.
Las grandes protestas en Quito habrían logrado minar al estado de sitio decretado por el mandatario y luego precipitar su inminente caída. Los hechos recuerdan las movilizaciones de La Paz y El Alto que produjeron que el presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Losada fuese substituido por su vice Carlos Mesa. Si en Bolivia el detonante fue un contrato a una multinacional extranjera para hacer un gasoducto hacia Chile, en Ecuador éste fue la intervención hecha en Diciembre pasado sobre la Corte Suprema, la mismo que permitió anular juicios a ex presidentes acusados de corrupción (Bucarám y Noboa) y que éstos retornen al país.
Sin embargo, entre esos dos cambios hay dos diferencias significativas.
En Bolivia el presidente depuesto era el autor del modelo monetarista vigente y las movilizaciones partieron de la izquierda y de las organizaciones sindicales, indígenas y de barrios pobres. En Ecuador, Gutiérrez llegó al gobierno proyectándose como un aliado de los movimientos indios e izquierdistas y las marchas callejeras que le han enfrentado han estado muy centradas en torno a la clase media. Mientras en Bolivia la derecha fue quien perdió palacio, en Ecuador la derecha socialcristiana se alía con la ‘Izquierda Democrática’ y otros sectores que se reclaman socialistas para tumbar al mandatario.
La segunda diferencia es que en Quito existe la posibilidad que haya un choque entre dos presidentes: uno nombrado por el parlamento y otro que se niega a retirarse. Gutiérrez ha querido movilizar sectores populares en su apoyo, incluso desde la Amazonía.
Mientras en Colombia y Venezuela hay mandatarios estables, en Ecuador Gutiérrez se hundió al quedar a medio camino entre ambos modelos. Su golpe original fue similar al de Chávez en Caracas y su base social era afín, pero en el gobierno decidió acercarse a Uribe impulsando el Plan Colombia. Por la izquierda le cuestionaban haber ‘traicionado’ abrazando la ‘dolarización’ y el ‘neoliberalismo’ y permitiendo bases militares de EEUU. Por la derecha le atacaban por su ‘populismo’ y ‘autoritarismo’.
Al momento de escribir estas líneas la situación en Ecuador se mantiene muy inestable. La esposa del presidente se ha pasado a la oposición y el jefe de la policía ha renunciado para no cargar la responsabilidad de la violencia desatada el Martes 19 en Quito.
Tres importantes reflexiones.
La ‘democracia a la ecuatoriana’ está por tercera vez consecutiva interrumpiendo el mandato constitucional de un presidente mayoritariamente electo. En Ecuador el pueblo primero puede votar por un presidente y luego puede en las calles votarlo de dicho cargo.
Si Gutiérrez es sucedido por su vice, la crisis no acaba allí. Es inevitable que surjan choques entre los socialcristianos (tradicionales impulsores de medidas de privatizaciones y pro-EEUU) con sectores sindicales que han querido tumbar a Gutiérrez por haberse ‘derechizado’.
Habrá que ver en que medida el nuevo levantamiento puede sacudir al Perú, país que está de sándwich entre Bolivia y Ecuador. Toledo tiene hoy índices de impopularidad mayores que los que tenían sus dos vecinos al haber sido pedidas sus cabezas. En Perú aún no hay un acontecimiento que provoque una explosión social, pero podría surgir.
* Analista Internacional
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