Comenzando un 2012 llena de esperanza, quiero compartir con ustedes valores elementales para acabar con las cárceles, como el amor; partiendo de que todos y todas reconocemos a Jesús de Nazaret como líder de la humanidad.

A menudo hemos escuchado señalamientos que orientan, que para acabar con la inseguridad se necesita una Ley de desarme, el ejecutivo sostuvo que requeríamos un Policía Nacional; algunos abogados opinaron que era necesario reformar el Código de Enjuiciamiento Criminal; abordando el tema carcelario, unos sostuvieron que era necesario aumentar el contingente de guardias nacionales, rotar a internos y funcionarios y crear más recintos; para mejorar la administración de justicia, otros coincidieron en que era preciso crear más tribunales, apoyarse en los abogados egresados de la UBV y designar más fiscales y defensores públicos.

Al tratar el tema de la especulación no faltó quienes dijeran que era menester reformar la ley respectiva y aumentar el número de fiscales.

Abordando el tema de la delincuencia hubo quien sugirió sacar la Policía Nacional a la calle para que cuide de los ciudadanos (as) y respecto de la corrupción administrativa otros sostuvieron que privando de libertad a algunos corruptos(as) previo procedimiento, se acaba con esta práctica.

Nosotros sostenemos y defendemos que todas las opciones anteriores, son incorrectas y por tanto ineficaces.

Garantizar la seguridad social pasa: por formar a ciudadanos y ciudadanas, pueblo en la estructura del Estado, para la convivencia humana; acabar con el embarazo precoz que crea niños y niñas emocionalmente desequilibrados, que se generan en la búsqueda de AMOR por parte de niñas abandonadas; acabar con el consumo de estupefacientes y alcohol que crea seres enfermos, con una gran carga de violencia que se generan también en la búsqueda de AMOR por parte de niños abandonados.

El tema carcelario toca la necesaria formación en el AMOR y consecuente humanización de quienes administran los recintos penitenciarios, tanto como de quienes son responsables de la seguridad en los mismos, como de los propios internos.

Una administración de justicia eficiente requiere la formación, con valores y principios de convivencia humana de quienes están comprometidos en la actividad administrativa de la justicia: abogados, jueces, fiscales, defensores, auxiliares y de los propios justiciables.

Acabar con la especulación exige la formación con valores y principios de convivencia humana de todos los sujetos de la Ley para la Educación y Protección del Consumidor y el usuario, decir, de quienes producen bienes y servicios, de quienes distribuyen bienes y servicios y de quienes consumen bienes y servicios. Atacar la delincuencia obliga a atacar sus causas; y volvemos sobre el embarazo precoz y el consumo de alcohol y otras drogas.

La corrupción en el ejercicio de la administración pública se acabará en la medida en que administradores y administrados decidan abandonar los valores negativos con los que han vivido hasta ahora y comiencen la práctica de valores positivos o valores de convivencia humana, el primero de ellos, el AMOR.

Lo que genera inseguridad, violencia carcelaria, deficiente administración de justicia, especulación, delincuencia, corrupción administrativa, etc., no es otra cosa que el desamor o la falta de AMOR; es la consecuencia de no cumplir ese mandato cristiano que data de cerca de dos mil años “ama a tu prójimo como a ti mismo” esa es la razón por la cual tenemos inseguridad, delincuencia, funcionarios negligentes, deshonestos y abusadores entre otros males. No es por hambre que hurtan nuestros bienes, nos estafan o nos atracan, NO, es por falta de AMOR.

La mayoría de las personas honestas, hemos tenido dificultades económicas y no hemos atracado ni estafado a nadie.

La causa de la delincuencia y la descomposición social, es la falta de amor, comencemos este 2012, practicando el AMOR AL PROJIMO, comencemos por ser día tras día, solidarios, compasivos y serviciales; este el camino de encontrarnos con el amor, humanizarnos y mejorar la convivencia ciudadana, para disfrutar un mejor vivir.

(*)Vicepresidenta del FNAB

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