El Consejo Nacional Electoral (CNE), para cada elección aprueba un reglamento llamado Normas de Publicidad y Propaganda para controlar el tiempo usado por los candidatos en medios audiovisuales y el centimetraje en medios impresos. El CNE pues, en uso de sus atribuciones legales, regula los mensajes pagados o publicidad y exhorta a los medios de comunicación a ser equilibrados en la información y la opinión en materia electoral.
Desde hace casi catorce años la información y la opinión que se lee, se escucha y se ve a través de los medios de comunicación social privados, está groseramente dirigida a oponerse al gobierno de Hugo Chávez. Tanto, que terminaron participando en un golpe de Estado. La “información” difundida el 11 de abril de 2002: una multitudinaria marcha, unos inocentes muertos “convenientemente” y un Presidente legítimo devenido en “gorila militar”, fueron las líneas gruesas de una historia con final sorpresivo, fuera del guión original.
Los espacios dedicados a la información, es decir, aquellos donde se reseñan las actividades de los candidatos presidenciales, debe ser “equilibrada”. No es controlada, enhorabuena. El CNE sólo exhorta a que sean equilibrados en la difusión de información. Esto último es imposible en el país por una razón muy sencilla, matemática: la mayoría de los medios de comunicación social son privados y tienen una línea informativa abiertamente antigubernamental, ergo están contra el candidato Chávez.
Y cuando decimos medios de comunicación privados estamos hablando de los medios con alcance nacional y regional. Los numeritos en este campo para el candidato Chávez son desalentadores: el 65% de los mil 200 medios de comunicación venezolanos son antichavistas.
No es cierto, aun cuando lo repitan millones de veces, que el Gobierno Nacional tiene el monopolio de la comunicación y que eso favorece a Chávez. La hegemonía comunicacional en el país la ejerce la derecha y la extrema derecha. Decir o creer lo contrario es ignorancia o, simplemente, conveniencia. Caradurismo opositor.
La información y la opinión libres, esas sí, gozan de buena salud en Venezuela. La mayoría de esa información y opinión está dirigida a criticar la gestión de gobierno, con razón o sin ella. Mal puede afirmar algún rector, algún candidato o algún “despistado” que hay “ventajismo oficial en la campaña”. El CNE no puede evitar ese ventajismo, el verdadero ventajismo que es el informativo, porque no es su materia.
Y es que no tiene ventaja quien quiere sino quien puede, y el Presidente trota despegado en las encuestas. Ahora, el ventajismo en la campaña es impulsado por la mayoría de los dueños de los medios de comunicación social, toditos de derecha. Contar minutos y medir centímetros de publicidad electoral es una obligación, pero la cayapa comunicacional informativa contra la gestión de gobierno es inocultable, desmesurada y vieja. Ha sido así en catorce años y no será diferente en los días que quedan hasta el 7 de octubre. Sigamos…
mechacin@gmail.com
Twitter: @mercedeschacin