La ola de rumores y especulaciones sobre la salud del Presidente, que invade todas las redes sociales, es abrumadora, se consigue de todo. Hay quienes utilizan la situación para filtrar información real, otros que de alguna manera consiguen algunos datos, los publican y luego son confirmados por factores oficiales en apariciones timoratas. Otros, pura patraña e inventos.
En el aspecto comunicacional existe un fenómeno social llamado el rumor, y teóricos han estudiado sobre el mismo. Antes hay que reconocer los esfuerzos que el ministro Ernesto Villegas ha de estar haciendo, porque de algo hay que estar seguro, que como periodista debe manejar información que puede ser publicada y otra clasificada.
Desde que se supo de la situación de salud de Chávez, y desde que Villegas asumió el Minci, el asunto ha mejorado enormemente en relación con la gestión de Izarra ?Que no es comunicador social-, por supuesto la diferencia priva en el profesionalismo del periodista.
Ahora bien, para que el rumor exista, se destaca básicamente dos aspectos, la importancia del contenido que circula y la ambigüedad de la noticia que genera la situación real que se conoce a través del rumor. Los rumores corren en todas partes y hoy con la velocidad de las redes sociales, es mucho más intenso, el asunto ha pasado por desapercibido sin notar el daño que puede ocasionar.
Para que el rumor exista se requiere de un axioma, importancia y ambigüedad. La importancia de la salud del Presidente, no requiere mayor explicación, tanto para sus seguidores, sus detractores y allende fronteras, el tema cumple con el primer requisito.
La ambigüedad ocurre, porque no se produce noticias precisas sobre la situación. En principio, antes de la llegada de Villegas, el secretismo que se manejó, se convirtió en una referencia a tener presente cuando ahora se produce comunicación oficial. Comunicación que es muy parca y que por la referencia anterior en diversos sectores políticos y sociales del país, entonces se produce la desconfianza o incredulidad.
Entonces comienza a surgir el rumor, el cual se origina de algunos voceros, que para su favor, al generar algún dato, se confirma en la posteridad, entonces, ante la ambigüedad de la parte oficial, las motivaciones y deseos de quienes reciben el mensaje del rumor, se genera la transmisión a otros y así sucesivamente hasta la asimilación en sus distintas formas, ya sea cognoscitiva o emocional.
Es allí en que está la falla y por lo que ocurre la gigantesca ola especulativa, por demás está decir que hasta peligrosa, sobre todo lo que se ha dicho respecto a la enfermedad del Presidente y su actual estadía en Cuba, no se puede culpar a los colectivos que buscan de algún modo estar informados, mientras del lado oficial, no se logra crear un mecanismo eficaz, que permita incluso a una junta médica autorizada a certificar la situación del paciente, el más importante del país, de manera pública, eso ahorraría algunas dificultades en el seno interno y externo del sector político y social. No es que necesariamente debe aparecer un médico diciendo ilustrativamente cómo ocurrió la intervención, ni publicar fotos, sino un parte médico oficial y serio que ponga fin a la ambigüedad que ha puesto a diversos personeros a correr rumores de la importancia de esa noticia.
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