Los venezolanos estamos suficientemente creciditos como para que este señor, con ínfulas de Colón ario, nos venga a decir con qué comernos su desabrido pasticho del siglo XXl. Nadie, excepto Chávez, le ha otorgado a este sujeto y su eurocentrismo congénito, la relevancia que tiene en la República Bolivariana de Venezuela. Nadie, excepto Chávez, ha convertido en materia de Estado la charada política de Dieterich, nadie le ha creído una papa a este primermundista de orilla, que hoy, en esta hora tensa de la Patria, viene a cobrar lo que no se le debe, con su marxismo lavado en lejía revisionista, él sí, anticomunista posthitleriano.
Nadie le ha pedido opinión pero la suministra, plagada de pedantería, infecta de envidia hacia este proceso revolucionario que iniciamos y sostenemos, a pesar y sin, su bufonada intelectual, la cual toleramos como le toleramos muchas cosas a Chávez, porque entendemos que la sabiduría estriba en aprender haciendo, y Chávez con nosotros, y nosotros con Chávez, ostentamos el grado mayor de sabiduría popular: hacer, aprender, y volver a hacer, a veces rehacer. Por eso le toleramos a Hugo Rafael, su veleidoso encanto por el patchwork filosófico que usted difunde, su multiplagio teorético, la estafa literaria que usted oferta y que se mata ella solita, que no tiene asidero, que no aguanta dos pedidas del viento para evanescerse en la desmemoria.
Y usted, guasón, lo sabe, sabe que si no menea su potaje insustancial, se le acaba el protagonismo que le hemos otorgado por brejeteros, por faranduleros, por ociosos, y porque la derecha en este país no tiene tuétanos ni para escribir un panfleto a imagen y semejanza de su panfleto del siglo XXl. Y, como usted tampoco tiene culo que menear, pretende menear el nuestro, que nos alcanza y sobra para aplastar las cucarachas entrépitas de cualquier lugar, de cualquier idioma, de cualquier calaña interventora.
Míster Dieterich: somos miles y miles los chavistas que no tragamos a Diosdado y sus aires de Mussolini, pero no es usted -ni un millón de usted-, quien nos va a advertir sobre nuestras pulgas, lombrices, ladillas, nosotros nos las matamos cómo y cuándo nos dé la realísima gana, su “análisis” métaselo por donde le quepa, nadie se lo ha pedido y además carece de seriedad, adolece de objetividad, son sus ganas de que Falcón en Lara, repitiera por mérito de esa clase media que usted adora porque ella abona el fascismo. Falso; Falcón es un pe-eseuvista descarriado, un tránsfuga del socialismo del siglo XXl, que sin los votos del chavismo flojo no gana jamás, es decir, en Lara perdió la revolución pero ganó el PSUV del siglo XXl. El PCV no ganó en ningún lado porque su disenso es banalmente electorero, le ha faltado entrepiernas al comunismo formal, para defender el marxismo, para echarle bolas a la revolución proletaria.
Por último, Chávez está vivo así usted profetice su muerte en éste y otros articulitos de poca monta pero de mucha entrepitura grosera. Porque los venezolanos prodigamos cultura política, amplitud intelectual, y protagonizamos nuestra democracia de todos los siglos, usted puede usurpar vocerías que no le son legítimas. Usted no es quién para advertirnos nada, pero no se preocupe, su derecho a expresarse así sea en nuestra contra, está garantizado incluso por quien esto escribe. Su derecho a expresar sus falacias está garantizado en esta revolución que usted, arteramente ataca. Con su amistad, no necesitamos al imperialismo como enemigo.
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