“Amor con amor se paga” una frase a la que Chávez le dio vigencia porque la repetía siempre que embriagado por la emoción en sus innumerables contactos con su pueblo, se sentía inundado de amor.
Y ello, tirios y troyanos lo podíamos palpar siempre que hacía lo que más le gustaba a él, verse rodeado por su pueblo que le manifestaba tanto amor.
Cuando tuvimos en alguna de sus visitas al Táchira, la oportunidad de acercarnos lo más que pudimos, a su paso, sentimos algo inenarrable, parecía como si un imán, una energía inexplicable nos atrajera, como todos, queríamos tocarle, poder mirarle a los ojos para llevarnos su imagen y su mirada en nuestras mentes.
A esa sensación la única explicación que podríamos darle no podría ser otra sino, que era producto de una reacción lógica por tanto amor que ese hombre irrepetible nos profesaba y que no era sólo de palabras sino de hechos, porque reconocíamos que por fin había llegado una especie de redentor a sacarnos del abismo, al cual nos habían lanzado los engañadores, por siglos.
Ahora cuando ya no va a estar físicamente con nosotros, aquellos que hacían mutis al oír a hombres mujeres y niños, gritar “Chávez te amo”, tendrán que aceptarlo aunque no lo digan, ante lo que ahora mismo está en pleno desarrollo con millones de seres, desfilando ante su féretro, derramando lágrimas de dolor, pero en cada lágrima asumiendo ante sus restos, el compromiso que siempre le hicimos que no es otro que el de garantizar la Revolución que él nos regaló.
Estos gestos vivos de los que estamos siendo testigos, y que suceden en buena parte del mundo, algo inédito y tal vez irrepetible, tienen que hacer reflexionar a quienes se resistían y aun lo hacen, a aceptar que lo que existió entre Chávez y el pueblo y seguirá existiendo con mayor fuerza ahora con su partida, es un lazo enorme e indisoluble de amor y por ello, porque en esa relación hay un sentimiento muy fuerte, es algo que se ha de inscribir en los hechos eternos de la historia.
Ahora es cuando más va a estar Chávez vigente, ahora es cuando comienza una nueva era, a la que precedió la que marcó el Primer Libertador y la de éste, el bien llamado segundo Libertador, ambos de la mano y con la misma bandera en alto estarán con su pueblo privilegiado por tenerlos, y con ellos inspirando a su pueblo, no habrá fuerza humana y menos de las que provienen del mal, que sea capaz de torcer el rumbo de esta Patria.
Sabemos que quienes odian a Chávez y a su revolución, no por sí mismos, sino porque con ellos perdieron sus prebendas y privilegios, logrados por vías de la explotación de los más pobres, saben que ahora con mayor razón, aun muerto el líder, nada tienen que hacer, por ninguna vía, para intentar revertir los inmensos logros, pero siguen y seguirán supuestamente intentándolo, sólo porque saben que haciéndolo tienen la oportunidad de seguir enriqueciéndose, a costa de ilusos que les sueltan sus dólares inexplicablemente, y porque no se han dado cuenta que, encima de que ellos no tienen líderes vivos y menos muertos, en quienes inspirarse, carecen de la fuerza y compromiso que a los revolucionarios nos sobra, porque Chávez entre tantos logros por esta Patria, dejó nuestros corazones cargados de amor, de gran amor.
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