Esa oposición no tiene compón, Muerto Chávez brotó el chavismo

La historia patria redefine su rumbo, Hugo Chávez antes de su muerte nos trazó las líneas maestras de lo que debe ser nuestro futuro inmediato: “Tenemos un pueblo, tenemos una Fuerza Armada, la unidad nacional. Si en algo debo insistir en este nuevo escenario, en esta nueva batalla, en este nuevo trance —diría un llanero por allá— bueno es en fortalecer la unidad nacional, la unidad de todas las fuerzas populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de toda la Fuerza Armada, mis queridos soldados, camaradas, compañeros; la unidad del Ejército, mi Ejército, mi amado Ejército. El Ejército, la Marina, mí amada Marina. Digo porque los adversarios, los enemigos del país no descasan ni descansarán en la intriga, en trata de dividir, y sobre todo aprovechando circunstancias como estas, pues. Entonces, ¿cuál es nuestra respuesta? Unidad, unidad y más unidad. ¡Esa debe ser nuestra divisa! Mi amada Fuerza Aérea, mi amada Guardia Nacional, mi amada Milicia. ¡La unidad, la unidad, la unidad! El Partido Socialista Unido de Venezuela, los partidos aliados, el Gran Polo Patriótico, las corrientes populares revolucionarias, las corrientes nacionalistas. ¡Unidad, unidad, unidad! ¡Unidad! Decía Bolívar: “Unámonos o la anarquía nos devorará, sólo la unidad nos falta —dijo después, o antes había dicho— para completar la obra de nuestra regeneración…”. Al respecto, porque no quiero alargar mucho estas palabras, ya son casi las diez de la noche, al respecto, como está previsto en la Constitución, allí está todo previsto, una vez que se me autorice salir del país, pues es el vicepresidente, el compañero Nicolás Maduro, un hombre revolucionario a carta cabal, un hombre de una gran experiencia, a pesar de su juventud; de una gran dedicación al trabajo, una gran capacidad para el trabajo, para la conducción de grupos, para manejar las situaciones más difíciles. Lo he visto,
lo hemos visto.(…) En cuántas situaciones, en cuántas circunstancias hemos visto, y yo en lo personal, a Nicolás, acompañarme en esta difícil tarea, allí en distintos frentes de batalla. Pues, él queda al frente de la Vicepresidencia ejecutiva de la República, como siempre hemos hecho en permanente contacto. Pero yo quiero decir algo, quiero decir algo, aunque suene duro, pero yo quiero y debo decirlo, debo decirlo. Si como dice la Constitución, cómo es que dice, si se presentara alguna circunstancia sobrevenida, así dice la Constitución, que a mí me inhabilite, óigaseme bien, para continuar al frente de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, bien sea para terminar, en los pocos días que
quedan…(…) Y sobre todo para asumir el nuevo período para el cual fui electo por ustedes, por la gran mayoría de ustedes, si algo ocurriera, repito, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir, como manda la Constitución, el período; sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que —en ese escenario que obligaría a convocar como manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales— ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón. Es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar, si es que yo no pudiera —Dios sabe lo que hace—, si es que yo no pudiera, continuar con su mano firme, con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo, con su don de gente, con su inteligencia, con el reconocimiento internacional que se ha ganado, con su liderazgo, al frente de la Presidencia de la República, dirigiendo, junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo, los destino de esta Patria. Algunos compañeros me decían que no hacía falta, o han opinado en estas últimas horas, que no hacía falta decir esto. Pero en verdad yo he podido desde La Habana decir casi todas las cosas que he dicho esta noche, en esta media hora casi, pero yo creo que lo más importante, lo que desde mi alma, desde mi corazón me dicta la conciencia, lo más importante, o de lo más importante que yo vine aquí, haciendo el esfuerzo del viaje, para retornar mañana, una vez se me conceda el permiso, ha sido esto, Nicolás, de lo más importante, de lo más importante. Y en cualquier circunstancias nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha victoriosa de esta Revolución, construyendo la democracia nueva, que aquí está ordenada por el pueblo en Constituyente; construyendo la vía venezolana al socialismo, con amplia participación, en amplias libertades, que se están demostrando una vez más en esta campaña electoral para gobernadores, con candidaturas por aquí y candidaturas por allá. Libertades. En plenas libertades. En el marco de este mensaje, que por supuesto jamás hubiese querido transmitirles a ustedes, porque me da mucho dolor en verdad que esta situación cause dolor, cause angustia a millones de ustedes, pues, que hemos venido conformando una sólida… un solo ente, porque como decíamos y decimos, ya en verdad Chávez no es este ser humano solamente, Chávez es un gran colectivo, como decía el eslogan de la campaña: ¡Chávez, corazón del pueblo! Y el pueblo está aquí en el corazón de Chávez. Y menos aún en estos días de Navidad. Pero, bueno, así son las circunstancias de la vida.” (En Cadena Nacional desde Miraflores, 08-12-2012). Alertándonos palabras más adelante: “No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria.”

Chávez antes de partir a Cuba, definía y trazaba con pinceladas el desarrollo futuro de la Patria, como le dijera Proudhon a un amigo suyo desde la prisión, el 26 de abril de 1852: “El movimiento, indudablemente, no es normal ni sigue una línea recta; pero la tendencia se mantiene constante. Todo lo que los Gobiernos hagan, primero unos y luego otros, en provecho de la revolución, es cosa que ya no se puede desarraigar; en cambio, lo que contra ella se intenta, se evapora como una nube. Yo disfruto de este espectáculo, cada uno de cuyos cuadros sé interpretar; asisto a esta evolución de la vida en el universo como si desde lo alto descendiese sobre mí su explicación; lo que a otros destruye, a mí me exalta, me enardece y me conforta; ¿cómo, pues, puede usted pretender que me lamente de mi suerte, que me queje de los hombres y los maldiga? ¿La suerte? Me río de ella. Y en cuanto a los hombres, son demasiado necios y están demasiado enservilecidos, para que yo pueda reprocharles nada…”

Todo nuestro proceso social se intensifica, agudiza hasta lo intolerable las contradicciones de clases, la minoría hasta ayer privilegiada se vuelve como loca. En trances tales, corresponde a las mayorías, hasta ayer excluidas, colocarles a esas minorías dementes su camisa de fuerza. Y la historia seguirá adelante. En el seno del aparente desorden de nuestra Revolución Bolivariana, comienza a dibujarse, automáticamente, el nuevo orden. Nuevas ideas van ordenándose sobre nuevos ejes. Solo aquellos/aquellas a quienes barre y aniquila la Revolución, les parece una locura absoluta los hechos que ocurren. “Estos abusos están empujando una línea muy delgadita que nadie quiere que se rompa”, se manifestaba así, el gobernador de Miranda y pretendiente a ser, el candidato de la oposición apátrida, Capriles Radonski, a su regreso de New York, prosiguiendo: “Ahora el día de hoy, mientras el país está de luto, un día donde de los días de duelo habían sido convocados los actos del sepelio, el Tribunal Supremo de Justicia hizo una sentencia donde Nicolás Maduro puede juramentarse como presidente encargado y puede presentarse como candidato a unas elecciones venideras”. Y, ante la juramentación del camarada Nicolás Maduro como Presidente Encargado de la República, su odio se exacerba hasta el infinito: “Esa juramentación, en las condiciones que se están dando, es una juramentación espuria”, dijo Capriles. “A Nicolás nadie lo eligió presidente. El pueblo no votó por ti, chico. Y al TSJ, ¿cómo se atreven a un día como hoy a emitir una sentencia así? La muerte del presidente Chávez debe servir para que el país reflexione sobre su futuro”. Millones de compatriotas desfilaban, entonces, hacia la Academia Militar, a rendir honores en Capilla Ardiente al cuerpo, ahora inmortal, del camarada Presidente, Hugo Chávez Frías.

Y así proseguía, Capriles Radonski, hijo predilecto del imperio de EEUU, en su locura: “Aquí no va a gobernar ningún gobierno extranjero, ni el de Estados Unidos pero tampoco el de Cuba. El pueblo sabrá ver las mentiras, la forma en que se usó la enfermedad de una persona para cometer estos atropellos. ¿Cuál es el miedo, Nicolás? ¿Es que la única forma de asegurarse una candidatura era por abusos de poder? A la presidencia no se llega por decretos. A la presidencia s e llega por votación popular. Para que tu luz brille no le tienes que apagar la luz a otro” (Globovisión, 08-03-2013). Dentro de la locura opositora, surgirían voces de cordura como las del diputado Ricardo Sánchez: “lo expresado por Capriles, no nos representa para nada, no se puede seguir cayendo en ese mar de contradicciones y continuar desaprovechando el terreno para fomentar el diálogo”.

“Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.” Isaías 50:6. ¡Qué infamia las que soportó nuestro Señor y Salvador Jesucristo!, y todo, por ese amor insondable hacia nosotros viles pecadores. Era la costumbre de los romanos el quebrarle las piernas a los reos crucificados, si estaban vivos al final de su tortura en la cruz. Debido a que tenían que apoyarse en las piernas para respirar, al quebrarles los huesos ya no podían respirar y morían asfixiados. En el caso de Jesús, vieron que ya estaba muerto y no tuvieron que quebrarles los huesos. Esto fue un cumplimiento de la profecía que dice: “el guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.” (Salmo 34:20). Como hemos visto, todo lo que vivió y padeció Jesús, estaba escrito y anunciado cientos de años antes. Jesús vino a morir en lugar del pecador, y no con una muerte simple, sino que, con un padecimiento terrible.

Hugo Chávez les perdonó en vida todos sus pecados, sus ignominias, sus campañas mediáticas de desprestigio a su vida, a su obra, a su pueblo. "A los que riegan rumores y tienen malos deseos para conmigo, les perdono, pero tengo gran fe en este trabajo intenso que estamos haciendo contra la enfermedad que me emboscó el año pasado y tengo una gran fe en Cristo (...) para seguir viviendo cada día más, seguir dando esta vida a un pueblo, a una revolución", decía en abril de 2012, aferrado al Cristo azul, aquel que nos mostrara en aquellos días de abril de 2002 en que resucitara del Golpe fascista de Carmona Estanga y su pléyade opositora, la Coordinadora Democrática, hoy MUD, siguiendo estrictos lineamientos de la Embajada de EEUU.

Y así como Chávez los perdonó, esperamos ocurra el milagro de la redención, sus mujeres Nancy Iriarte Díaz, azuzada por el oposicionismo apátrida, al que se arropó como Judas en su tiempo, en extensa carta publicada por el diario burgués, El Universal, en la que rienda suelta a su odio: “llegó tu turno, los plazos se acaban, el término de tu contrato llega a su fin, tu "ciclo vital" se apaga poco a poco y no de la mejor manera; probablemente morirás en una cama, rodeado de tu familia, asustada, porque va a tener que rendir cuentas una vez que des tu último aliento, te vas de esta vida lleno de angustia y de miedo, allí van a estar los curas a quienes perseguiste e insultaste, los representantes de esa Iglesia que ultrajaste a placer, claro que te van a dar la extremaunción y los santos óleos, no una, sino muchas veces, pero tú y ellos saben que no servirá de nada, es solo para calmar el pánico que hace presa a tu alma ante el momento que todo lo define.(…) Bueno, me despido, solo quería que supieras que pasarás a la historia como un traidor y un cobarde, que no rectificaste cuando pudiste, te dejaste llevar por tu soberbia, por tus ideales, por tu ideología renunciando a los más preciado, a tu libertad y a la libertad de los otros, y la libertad nos hace humanos.(…) "El Socialismo solo funciona en dos lugares: en el Cielo, donde no lo necesitan, y en el Infierno, donde ya lo tienen". (El Universal, 09 de agosto de 2011). Carta que, según pudo develarse, tiempo después, no tuvo la valentía de escribirla ella misma, incluso, ni desmentirla; pero, al tiempo, se develó que su autor no fue otro sino el “comunicador social” Saúl Godoy Gómez. Otra de sus esposas, la segunda, Marisabel Rodríguez, tendría otra actitud: “Porq a pesar de mis defectos ese gran varón supo perdonar mis ofensas como yo lo hice con las suyas, viaja en paz dejándonos 1 gran misión” y en otro twitter remata sus condolencias: “Esto nos da una idea de los magnánimo de Hugo, supo perdonar, amar, liderar, organizar, supo luchar y supo enfrentar tan terrible adversidad”. Hugo descansa en sana paz, el pueblo le rinde honores por borbotones.

En esta hora, en que el chavismo es un sentimiento nacional, solo nos queda reflexionar con Martin Luther King y su legado de paz: “¿Por qué tenemos que amar a nuestros enemigos? La primera razón es evidente. Devolver odio por odio multiplica el odio y contribuye a que la oscuridad de una noche que ya no tiene estrellas sea más intensa todavía. La oscuridad no puede suprimir a la oscuridad; sólo puede hacerlo el amor. El odio multiplica el odio, la violencia multiplica la brutalidad en una espiral descendente de destrucción. […] Debemos amar a nuestros enemigos por otra razón; el odio hiere el alma y deforma la personalidad. Atentos al hecho de que el odio es una fuerza mala y peligrosa, pensamos demasiado a menudo en sus efectos sobre la persona odiada. Se comprende, pues el odio causa perjuicios irreparables a sus víctimas. Sin embargo, existe otro aspecto no debemos olvidar nunca. El odio también es nefasto para la misma persona que odia. Como un cáncer oculto, el odio corroe la personalidad y destruye la unidad vital. El odio destruye al hombre en sus valores y en su objetividad. Le lleva a considerar lo bello como feo, y lo feo como bello, a confundir la verdad con la mentira y la mentira con la verdad. Una tercera razón para amar a nuestros enemigos es que el amor es la única fuerza capaz de transformar un enemigo en amigo. No nos desharemos nunca de un enemigo ofreciendo odio al odio; no nos liberaremos de un enemigo ofreciéndole enemistad. El odio, por su misma naturaleza, arruina y destruye; por su misma naturaleza, el amor crea y construye. El amor transforma por su poder redentor…”

Hoy tenemos Patria y, en ella, Chávez vivirá por siempre!!!


henryesc@yahoo.es


Caracas, 10-03-2013



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Henry Escalante


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