En estos días, tomé la decisión de comenzar una sistematización de los resultados electorales para tratar de explicarme y encontrarle una lógica a este 14-A. Ya con una parte importante de la información organizada en una tabla y con ideas clara para realizar el trabajo, desistí y dejé a un lado la información que había sistematizado.
Desistí de una explicación fundamentada en los datos, porque si algo ya ha sido explicado en detalle, mucho antes de haberse sucedido el proceso electoral del 14-A, es esta situación en la cual de vainita ganamos. Aunque ya se ha escrito mucho sobre el tema, voy a tomarme la molestia de incorporar otra lectura[i], tomando como referencia, las posibles causas de esta situación, que pienso se ofrecieron anticipadamente y no fueron atendidas.
El 24 de abril del 2010, culminó el primer Congreso Extraordinario del PSUV que produjo la Declaración de Principio, los Estatutos y las bases programáticas del partido (PSUV). Estos tres importantes documentos fueron objetos de muchos análisis, pero luego no sirvieron de casi nada porque una parte importante de lo que ahí se recogió se le dejo dormir. Al leer la declaración de principios nos percatemos de la diferencia entre lo dicho y lo hecho.
“El partido, junto al pueblo debe afianzar la lucha contra la corrupción, creando las condiciones y mecanismos para combatir este vicio, enquistado en las estructuras del Estado burgués, que promueve la degradación moral y ética de las instituciones y el ser humano (…) Todo acto de corrupción es una acto contra revolucionario, el partido trabajara en el fortalecimiento de la ética revolucionaria, que es la coherencia entre lo que se dice y se hace, entre el discurso y la acción” (subrayado es mío)
Esto que se dijo y escribió en el libro rojo, difiere bastante de lo que se ha hecho en gobiernos locales, estadales y ministerios. Es una explicación precisa y anticipada para entender lo del 14-A, que había sido contenida por el muro Chávez.
Hubo un momento de lucidez y se dieron cuenta que el libro rojo y las cosas no andaban bien y enero 2011, sacaron las cinco líneas estratégicas y seguidamente montaron una de participación para discutirlas. Se nos dijo, sin haberlo entendido los voceros, “que los próximos años serían cruciales para la revolución bolivariana”. Lo dijeron, tal y como puede leerse en la pagina Web del PSUV, pero no lo entendieron. Pensaron que los votos crecían independientemente de las malas experiencias locales, estadales y ministeriales.
En la parte introductoria de ese documento aún podemos leer:
“Es fundamental, en esta etapa, recuperar, reagrupar, rearticular las fuerzas dispersas, desmovilizadas, desmoralizadas o confundidas por el adversario o nuestros errores”
Como recordaremos, hubo en ese documento cinco líneas estratégicas y una de ella nos sugería, convertir el partido maquinaria en un partido movimiento. Ni lo uno ni lo otro. Ni reagrupamos, ni rearticulamos, ni movilizamos las fuerzas desmovilizadas y desmoralizadas. En cuanto a la línea de convertir el partido maquinaria en un partido movimiento, también le sale ni lo uno ni lo otro. El partido maquinaria ya no es tan buena maquinaria y nunca ha sido un partido de movimiento, porque un partido movimiento no es una organización para hacer marcha.
En el olvido de esas líneas estratégicas está otro dato que explica un poco este 14-A. Entre las líneas estrategias se recomendó una “R” e inmediatamente a este primera “R”, vino la otra “R”. Entre la primera R y la segunda R no hubo un hecho práctico favorables a la rectificación. El olvido del sentido de esas “ERRES”, es otro dato que explica los resultados del 14-A.
Los datos de los procesos electorales no sirven para intentar una explicación. No hay que buscar explicación en ellos, porque los datos son la evidencia de un descuadre entre lo dicho y lo hecho. Nos advierte de los aspectos estructurales y focales del proyecto, que hemos descuidado.
Marcano.evaristo@gmail.com
