Me han reclamado, como en otras ocasiones, de que fui muy injusto en otro texto mío en que calificábamos esa convención como medianamente buena y chimbas ciertas primas no salariales, que además acusaba al gobierno revolucionario de haber tratado esas cuestiones únicamente con un sector de los trabajadores, los agrupados en Fenasinpres; me pidieron que leyera con detenimiento las cláusulas y que considerara también como un gesto de extrema tolerancia que ahora el MPPEU ha firmado un conjunto de nuevos acuerdos donde deja expresamente claro su reconocimiento de los gremios universitarios como representantes legítimos del personal docente y de investigación, reconoce la autonomía universitaria, junto a la legalidad y vigencia de las normas de homologación…Por lo cual ha abierto otras mesas de diálogo y acuerdos con la Fapuv, de donde se tiene que la estrategia es de distensión a pesar de los reclamos de que el gobierno mantenía una cerrazón en aspectos básicos de la nueva filosofía de gestión en el sector universitario; dado que si bien quiere impulsar la transformación universitaria no la impondrá por decretos y cláusulas contrabandeadas de la ya famosa contratación única.
Sin embargo como la claridad es la amabilidad del filósofo, en opinión de un amigo, todo ese tira y en encoje no ha hecho sino diluir la cuestión y ya no se sabe si por lo que se lucha es el aumento salarial, las becas estudiantiles, el transporte para esa comunidad, los comedores adecuados y sus bandejas, el presupuesto para las universidades, la reparación de la planta física de las diversas sedes de las casas de estudios que están deterioradas hasta más no poder, la autonomía académica y administrativa, la autarquía, la democratización del acceso al estudio, las elecciones con la sola participación del claustro o el voto uno a uno en las elecciones universitarias; las cuestiones de la seguridad social, los seguros de HCM, el plan de viviendas o los planes recreativos; la calidad de la enseñanza, la investigación, la extensión o todos esos problemas junto, además de que algunos en Fapuv creen que lo fundamental es mantener el conflicto y así darle oxígeno a Emajada-Capriles, quien de tanto viajar y meter la pata por esos mundos de Dios ha despilfarrado ya su capital político, cual Torombolo y sus amigos o don Gato y su pandilla.
Es decir, que los asuntos señalados se fueron acumulando por déficit u exceso en sus demandas durante los últimos años que la gente común ya no puede distinguir por qué ha seguido el paro en las universidades tradicionales, experimentales y autónomas, o apreciar cuándo y quién es que va a poner, como se dice, el cascabel al gato. Todo parece que es, como alguna vez dijera en un trance peliagudo don Francisco de Miranda, que esto es un gran relajo, un bochinche, que no pasó a mayores, según otro compañero nuestro porque con las nuevas universidades y dispositivos de educación superior un porcentaje importante de la comunidad se siente atendida en los servicos educativos; este paro además ha constituido un espacio donde los interese partidistas de la oposición y los de la revolución entran en juego y chocan en la práctica las dos perspectivas que en lo abstracto de las respectivas filosofías políticas de ambos actores sociales están actuando como guías de la acción, son como nos ha dicho en varias ocasiones el amigo Luigino Rizzotto dos concepciones del mundo y de la universidad que al entrar en juego se disputan el espacio simbólico del quehacer universitario, pero que en lo cotidiano somos los profesores, alumnos, obreros y empleados quienes padecemos semejante disputa, riña o bochinche; como quien dice otros se comen las naranjas y nosotros sufrimos la dentera.
Celebramos, pues, que el MPPEU como brazo ejecutor de la políticas del Estado abran la discusión en nuevas mesas de trabajo, principalmente la relativa a presupuesto universitario es de una importancia indiscutible y no menos tales las de proveedurías estudiantiles y seguridad social o los servicios de salud para los académicos, personal administrativo y obrero de estas instituciones, aunque creemos que son una acción curiosa, como el de reconocimiento tardío a los gremios tradicionales como Fapuv y la Averu, lo cual se sabe si habría que interpretarse como una concesión obligada por la contumacia, espíritu de lucha y justeza que de manera contundente han mantenido tales gremios y una fracción extremadamente politizada de los estudiantes venezolanos, y creo que por ahí es que van los tiros.
Nunca hemos entendido cómo es que la revolución bolivariana mantuvo esa política salarial y presupuestaria destinada a que se paupericen el talento humano, la calidad de la enseñanza y la infraestructura universitaria, nosotros inclusive hemos dicho el estipendio de Misión Sucre y el pago fraccionado y a destiempo del personal contratado en el Instituto Pedagógico o la UNEFA es inadecuado, agregándosele a esa situación de que esos trabajadores no tienen prestaciones sociales; en Misión Sucre han pagado un bono ocasionalmente, porque lo que perciben allí los colegas no es un sueldo, nos parece una cosa de tercerización neoliberal, cuando sabemos que cualquier técnico en recursos humanos sabe que la satisfacción laboral y los incentivos son aspectos de suma importancia para el buen desempeño profesional, aunque también conviene tener presente que las exigencias salariales deben ser razonables resulta muy importante que los sueldos del profesorado universitario no puede quedar rezagado, una cuestión que a decir verdad lo ha tenido claro el historiador Pedro E Calzadilla, y también el presidente Nicolás, un aspecto que muchos sabrán agradecer. Finalmente hay que agregar que las cuestiones relativas a la autonomía universitaria trascienden lo meramente presupuestario, ello es la esencia misma del quehacer universitario y ¡qué bueno que el gobierno revolucionario así lo ha entendido!...O se lo han hecho entender, pero ya es una ganancia que haya reconocido ese aspecto, de donde se puede concluir que la estrategia seguida ha tenido diversas fases de desarrollo, donde las partes en conflicto han comprometido el desempeño de las corporaciones universitarias públicas de manera importante, pero en lo concreto el MPPEU debería explicar con claridad suficiente esa noción de salario social, las famosas primas no salariales y que sindicatos y gremios tienen ahora paridad de condiciones para discutir la convención colectiva de trabajo, entre otros conceptos como eso de que algunos compañeros y hasta ciertas autoridades de las universidades de reciente creación sostiene que las casas de estudios superiores no tienen autonomía porque en lo presupuestario dependen del Estado, en fin son tantas cosas…