No deja de sorprender que gente de buena formación académica hasta el punto de considerárseles científicos sociales, expertos en Ciencias Políticas y doctorados en Ciencias de la Historia y obviamente con obra publicada, escriban también sueltos periodísticos que adolecen de ciertos vicios lógicos. Sus argumentos naufragan, como dice Francisco Bravo (en: Ética y razón, UVC. Caracas. 1992) en la falacia naturalista y las descripciones emotivas acerca de la historia actual en que reivindican, por un lado, será, los llamados consensos de élite tradicionales; y se supone ya que no están de acuerdo con las rupturas; y, por el otro afirman algo que luego niegan. Esto es, afirman que ese algo sea bueno y luego agregan que quien sabe, que más bien sea ilusión y error del conocimiento humano interceptado por la ideología, como diría Edgar Morín (En: La cabeza bien puesta. Reformar la educación, reformar el pensamiento o e en Los siete saberes necesarios a la educación del siglo xxi) Entonces uno queda como pajarito en grama, dubitativo y confuso.
La crónica Esa gente es nuestra esperanza, de Francisco José Virtuoso. S. J. actual Rector de la Universidad Católica Andrés Bella de Caracas, UCAB, donde todo escuálido tiene su asiento, se podría decir parafraseando al Quijote, vendría a ser probablemente una demostración patente de lo anterior dicho: (Véase El Universal, Caracas, 21 de noviembre de 2013. P. 3-7).
¿Un despliegue de la pirotécnica típicamente jesuítica, esto es, colmada de ambigüedades, con vicios de atinencia lógica pero con propósitos muy concretos y realistas? Cosa grave, y no sólo porque se trata del texto de un sacerdote católico, que se supone, por fuerza, es un agente de pastoral y como tal se debe a la verdad, la caridad, la fe y la esperanza; (voz esta última que Virtuoso utiliza en su sentido lato y connotación político-electoral, ya Ramón Guillermo Aveledo al respecto también recogió el guante y en un foro en el diario barquisimetano El Impulso, inmediatamente afirmó allí que nadie les iba a quitar su esperanza; total que actúan en concordancia ). En este sentido, pareciera que Virtuoso no hace honor a su apellido. Al contrario y aunque suene a argumentación ad homini de nuestra parte, el cura y académico antes que como agente de pastoral cristiana católica, de lo que parece sólo se dedica los fines de semana, a según, escribe en tanto que científico social y ciudadano caraqueño que tributa a las brazas de la sardina de Mesa de Unidad Democrática, ese saco de gatos llamado MUD. ¿O será que considera que esto de hacer crónicas o escribir sueltos periodísticos, también es una forma de orientar la opinión pública bajo una cierta concepción de la antropología cristiana? ¿Es decir, hace parte de su misión sacerdotal?
En todo caso, aplica aunque precariamente, por cierto, su experticia académica. Tiende a trazar desde esa perspectiva una especie de escenario estratégico para la oposición o esa diversidad de tendencias que se enfrenta por todos los medios a la revolución bolivariana, donde expone los propósitos de orden y progreso de la democracia liberal burguesa; y con una abstracción de modelo social y económico, fundamentado en el trabajo humano, el esfuerzo y la gobernanza responsable, (Ver último párrafo del texto aludido) ¿Argumentación típica de la Doctrina Social de la Iglesia? Esas elaboraciones prudentes que, de tan amplias y etéreas, dan cobijo por igual a gobiernos de muy diverso signo y dizque, exagerando algunos de mis compas descreídos, dicen que hatas dictaduras como la franquista en España la pinochetista en Chile, (c0sa que a mi me parece un juicio temerario, pero en fin), o la socialdemocracia en El Salvador o Venezuela; en las décadas últimas del siglo XX. Pero lo que se quiere indicar de la tal Doctrina es que, al final, no delimita un campo de acción específico que haga encarnar semejantes hilachas de antropología filosófica y filosofía política, en un proyecto con viabilidad histórica concreta, en que esa tal doctrina meta los pies en el barro y tome calor. Sude el culo, como dice el amigo Echo, por allá en el caserío La Culebra, del municipio Urdaneta, estado Lara.
En fin, cabría preguntar: ¿a cuáles intereses sirve la prosa periodística de Francisco José Virtuoso y su argumentación cojitranca? Respuesta, a la burguesía ¿Será porque la institución a la que orgullosamente pertenece constituye el hábitat natural de toda esa burguesía de industriales y comerciantes, algunos de los cuales al parecer fueron desenmascarados con estas últimas medidas del presidente Nicolás Maduro? ¿O será porque este ilustre hijo de La Pastora está muy consciente que se debe a ese sector de propietarios, comerciantes y sectores de las finanzas? ¿Qué por cierto son quienes sostienen en pié a esa universidad? Particularmente ha contribuido a la construcción de la infraestructura de la UCAB, sus excelentes espacios físicos para aulas, bibliotecas, laboratorios, centros documentales y de investigación, entre otros. ¿Será la referida institución universitaria una referencia importante de lo que el maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa diera en llamar la colaboración privada en la educación?
Lo cierto es que el Dr. Virtuoso cierra su crónica, (una vez que ha defendido oblicuamente a cuanta especulador haya en Esta Tierra de Gracia, como diría Isaac J. Pardo), con el siguiente párrafo: la ruta emprendida (es decir, ya sabemos las medidas del presidente Nicolás Maduro contra la guerra económica) sólo conduce hacia el desastre, la incertidumbre, el miedo y la zozobra, (ob cit., último párrafo). Un amigo me decía: ¡Cómo les ha dolido a estos voceros falaces de la burguesía esta parasitaria e inmoral, valga la redundancia, las últimas medidas económicas del Hijo de Chávez! El cura Virtuoso las acusa de ser Un brutal juego demagógico () una ventana al espejismo, (), ensoñación, irresponsabilidad y cinismo, (ibídem., párrafos 3 y 4).
Si esa no es una defensa descarada de la burguesía especuladora y usurera, no sé qué podrá ser y que eso venga de un cura resulta más repugnante aún. Al menos a mí, y conste que soy cristiano viejo, eso me parece ¿No ha confundido este académico la misión de la Compañía de Jesús? Yo tenía entendido por ciertas lecturas de juventud que los jesuitas habían hecho la opción preferencial por los pobres, hacía servicio de la fe y la promoción de la justicia. Bueno, pero según el citado rector de la UCAB, no es así. El defiende es a los ricos Y pensar que yo una vez gasté un platero e invertí mucho tiempo comprando la vieja revista SIC u otros textos de ese grupo religioso donde se hablaba de temas de justicia y derechos humanos, como aquel que se llama Sangre en la universidad, referido al martirologio de unos profesores jesuitas de una universidad salvadoreña, la José Simeón Cañas. Servían a los más humildes, no defendían a los rico como este rector falaz.
Pero, en fin, esta no es más que la expresión del asombro ante un texto que nos pareció groseramente avieso y sobre todo viniendo de un tipo que tiene tan amplia formación pero argumenta tan precariamente en ese tono tan ambiguo, como preceptor de la prole de la burguesía.
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