La siembra del Comandante

El hombre del campo, laborioso y trabajador de la tierra, aprendió desde niño a través de las enseñanzas de sus padres, como preparar la tierra para una buena cosecha. En primer lugar, escoge bien el pedazo de tiene donde va a sembrar. Se asegura de que es acta para la semilla. La prepara bien, como hacen los andinos en las laderas, inclusive. Utilizando arados, en este caso. Todo se hace en el tiempo propicio. Es decir, se toma en cuenta la estación climática ideal para la siembra. Luego se elige el abono adecuado. Ya está todo listo para insertar las semillas. Y viene la espera.

Hugo Chávez, aplicó, tal vez, sin querer, queriendo, ese proceso con su pueblo. Estudio el terreno. Siguió estudiando. Y Espero el momento en que las condiciones estuvieran dadas. Procedió, junto a otros compañeros, ya acondicionados mentalmente para la tarea, por el propio Comandante. Había hecho una buena selección de semillas. Aunque siempre se cuelan algunas malas. Eso sucede. Y escogió la fecha para sembrar.

Tuvo contratiempos. Quien labora la tierra, a menudo, se le presentan obstáculos. Pero no se rindió. No se dejó vencer por el primer tropiezo. Dejó, sembrado en el pueblo una frase lapidaria, en aquel 4 de febrero de 1992, en una corta aparición en televisión: “Nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder… Lamentablemente, POR AHORA, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados… Y asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano”.

Y no descansó, de allí en adelante, en preparar, en abonar, en acondicionar, el terreno para su victoria. Para ello usó su verbo encendido, claro y preciso. Cautivo, como lo hacen los grndes líderes, a millones de venezolanos, y los hizo seguirlo hacia el objetivo final: la toma del poder. Y lo logró, en tiempo record. Cosechó los frutos que poco a poco había sembrando a lo largo y ancho del territorio nacional.

Hoy día no está dentro de nosotros físicamente. Se fue antes de tiempo. Pero dejo la siembra. Dejó un partido creado por él. Dejó a un chavismo unido y consciente de la tarea que les dejó el Comandante. Seguir sembrando. Ahora con más técnica, con más elementos de convicción, y con más conciencia. Dejó en las manos de un retoño el liderazgo para que siguiera sembrando y cosechando, a la vez, hasta que la tarea se complete. Ese legado, lo está defendiendo, como un león, Nicolás Maduro, el retoño que él eligió para sucederle. Una buena elección. Un buen ejemplo de un campesino sembrador, conocedor de la tierra.

¿Cuál es el semillero que dejó Hugo Chávez? En primer lugar, la juventud que estudia y trabaja. Una juventud que se identifica abrumadoramente con el socialismo, en contra del capitalismo. Una juventud que estudia y hace deporte. El ejemplo, está a vista de todos. La generación de oro, está en efervescencia. Cada día nuestra juventud deportiva deja constancia del nivel alcanzado, en todas las disciplinas. Pero sobre todo, allí quedó un partido combativo y organizado: el PSUV. Nutrido de hombres y mujeres, profesionales, técnicos, jóvenes, campesinos, obreros, y una Fuerza Armada Nacional Bolivariana al servicio de su pueblo. ¡Volveré!

¡Chávez vive, la lucha sigue!



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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