Alerta camaradas; alerta, en estos momentos le estamos ganando una batalla comunicacional al imperio y a su artillería mediática, no estoy tratando con esto negar el enorme peligro que corre la Revolución Bolivariana, debemos de estar conscientes de las grandes amenazas que enfrentamos y de las fallas que adolecemos, pero las contiendas que nos presente el enemigo histórico las enfrentaremos férreamente unidos y con voluntad de acero.
Y esta batalla la estamos ganando; hemos logrado aislar y precisar a los agentes nacionales del imperio encargados de direccionar su inmoral estrategia, que si indagamos en la historia no es otra que el fascismo, y lo quiero resaltar, la propuesta del imperio estadounidense para Venezuela es el fascismo y a partir del 12 de febrero se lanzaron con los mismos métodos que desde 1930 lo hicieron en Europa, y para ello apelan a los sectores más propensos de caer en sus falsas promesas:
Uno; a sectores asalariados de ingresos medios que han olvidado su condición de asalariados, de trabajadores y se creen representar esa fantasía llamada clase media y en ese loco afán del asenso de clase, de la movilidad social, defiende a la burguesía, defienden a sus explotadores porque no quieren perder el sueño de que algún día podrán ser oligarcas.
Dos; apelan a la emotividad natural de algunos sectores juveniles presas fáciles de una rebeldía antihistórica manufacturada por el cine hollywoodense.
Sin embargo hemos logrado con nuestras acciones de masas enteramente pacificas y con la actitud estoica de nuestras autoridades ante los provocadores, presentar a todo el país y el mundo quienes son los violentos y quienes los pacíficos. No hay ninguna duda que la violencia viene de la derecha fascistoides, por esa verdad tan grande como el cielo es que sectores y líderes de oposición se han desmarcado de Leopoldo López y de María Corina Machado.
Pero de allí a creer que son respetuosos de las reglas constitucionales es mucho soñar, no nos comamos ese cuento, ya sus asesores mediáticos quieren voltear esta primera derrota y para ello en lo inmediato necesitan satanizar a nuestros colectivos revolucionarios.
¿Para qué satanizarlos?
Primero, en lo inmediato para justificar sus acciones desestabilizadoras, decir que oponen la violencia a la violencia del régimen y si eso lo lograran los dirigentes de oposición que hoy se desmarcan de la violencia mañana se unirían al fascismo.
Segundo; ellos necesitan satanizar a los colectivos y a todos los frentes sociales revolucionarios porque en un supuesto negado que llegaran al poder, por la vía que fuese así sea la electoral necesitarían de ese argumento para aplicar la doctrina del shock (fascismo) que es la única forma con que el imperio y sus organismo como el FMI podrían apelar para quitarle a nuestro pueblo los grandes avances adquiridos en 15 años de Revolución Bolivariana.
De allí a no caer en la trampa romulera, que ya Rómulo Betancourt a principio de los sesenta nos las tendió.
No caer en provocación camaradas; las primeras batallas son mediáticas y es necesario ganarlas; para ser pacíficos se necesita gran valentía.
Aprovechamos estos momentos para fortalecer aun mas nuestras organizaciones de base, para ser contralores y veedores a que se cumplan las políticas del gobierno revolucionario, luchemos contra el sabotaje económico.
En cada pueblo, en cada gran ciudad del país, los espacios para la paz son mucho más que los de la violencia, mantengamos esos espacios y reduzcamos a los violentos a su Country Club.
Abrebrecha y después hablamos