La violencia potencial o cómo jugar con fuego

Ya sabemos contra quien luchamos, se ha dicho hasta la saciedad. Ahora debemos precisar en dónde se está dando el enfrentamiento, es necesario ubicar el espacio del conflicto para poder tomar decisiones y desarrollar acciones que garanticen la permanencia de la Revolución Bolivariana. Vamos por partes.

El laboratorio

En los últimos meses, luego de la extraña muerte del Comandante Chávez, los y las venezolanas, partidarios de los dos proyectos en pugna, hemos estado expuestos a la más enferma campaña psicológica, a una guerra psicológica. Los que apoyamos a la Revolución Bolivariana tenemos el agregado de la convalecencia por la enfermedad y luego duelo por la desaparición física de nuestro líder. Sobre esa base y en un clima político cambiante, se han montado por lo menos dos eventos electorales (14 de abril y 08 de diciembre) y sus consiguientes campañas de ambos lados, donde la violencia ha tenido un rol abierto y encubierto. Añadimos los sucesos del 14 al 16 de abril donde se llevaron cabo acciones de calle que tienen rasgos muy similares a las actuales. El saldo en vidas fue de 11 venezolanos muertos, todos ellos víctimas de la violencia de grupos que atendieron el llamado a drenar su arrechera hecho por el hoy motolito, Henrique Capriles Radonski. Aparte de las pérdidas humanas hay que sumar las cuantiosas pérdidas materiales y daños producidos a instalaciones del Estado.

No hay que olvidar que las últimas tres campañas electorales han estado caracterizadas por constantes cortes, fallas, desperfectos o saboteos del sistema eléctrico nacional y, más recientemente el saboteo a la línea 1 del Sistema Metro. También es reiterada la escasez intermitente en determinados productos de la cesta básica y, la emergencia de crímenes poco frecuentes dentro de los ya peligrosos índices de criminalidad. Las muertes de la actriz Mónica Speers (autopista Puerto cabello) y del profesor Guido Méndez y su madre (Catia) son casos que conmovieron a la opinión pública, de aquí y de allá.

No hay que olvidar los eventos en las refinerías de Amuay y El Palito. Todos ensayos para cuando llegue el momento del colapso. Señalo además los hackeos a páginas y cuentas tuiter de personas e instituciones que van desde el presidente Nicolás Maduro hasta el portal del PSUV como elementos significativos de la guerra en el espacio virtual. Los últimos meses del año 2013 fueron de electoralismo y consumismo, sumado a la conciencia plena por parte del gobierno de los planes y métodos para robar al país las divisas producto de la venta del petróleo. Si me queda algo por fuera pues, perdonen.

La fábrica

No podemos ver de forma simple y fragmentada cada uno de los eventos señalados arriba. Debemos verlos en su totalidad y, sobre todo, en los efectos que buscan producir en nuestra Nación.

Sobre ese complejo grupo de escenarios, cuyas acciones han ido escalando (ayer quemaban basura, hoy colocan escombros, vidrio y miguelitos) se posiciona la situación actual. No hubo diálogo que valiera con los empresarios, a la hora de mitigar el desabastecimiento y la perturbación que acarrea la poca producción y su contrabando hacía Colombia. Tampoco sirvió de mucho el diálogo con los alcaldes y gobernadores de oposición. Hoy podemos afirmar que a Mendoza le valieron madres los acuerdos. Los alcaldes y gobernadores se limpiaron el paltó con el llamado a trabajar coordinadamente con el Ejecutivo para garantizar la paz. Lejos de eso tanto unos como otros se insertaron en el macabro plan en proceso. Todavía falta que el sector encubierto del empresariado (Fedecámaras, Venamchan y otros) se plieguen al golpe con un rol bien definido, y ahora montado sobre una justificación fraguada.

La cuestión es más delicada. Para tratar de hacerla más evidente recurriré a una teoría psicológica, con el perdón y la invitación a mis panas psicólogos para que profundicen. Más concretamente a la Teoría de la Motivación Humana desarrollada en 1943 por el psicólogo Abraham Maslow (1908-1970).

Como sabemos el ser humano es un animal “racional” que ante determinadas circunstancias, adopta conductas que le garanticen que sus necesidades sean cubiertas. Ante una privación de necesidades, dependiendo cuál de ellas sea, reaccionará más animalmente o menos.

Según Maslow el ser humano para conservar su sanidad, en términos mentales, debe tener cubiertas una serie de necesidades que él jerarquizó en una pirámide, la Pirámide de Maslow. Las llamadas necesidades básicas, un lugar común en nuestras conversaciones, son aquellas referidas a la supervivencia y a los procesos fisiológicos, por ejemplo la alimentación y la respiración entre otras, aquí no hace falta que me detenga, ¿no? Vamos sumando: la vida, el alimento, los servicios públicos que sustentan la supervivencia (agua, electricidad, transporte por ejemplo), dado que el humano capitalista es una cazador que si no trabaja no recibe un salario y por ende no come.

Aquí mientras más tarde el tiempo de la transición al socialismo pues mayor será el grado de peligro manifiesto pues, sabemos que la lógica del capital se asimila y acomoda. Si no, fíjense, en mi opinión, más allá de los desatinos que facilitan la estrategia del enemigo, creo que lo económico complejo se expresa cotidianamente en la imposibilidad de consumo, elemento prioritario para la sostenibilidad del capital y de la transición. El clamor no es la falta de dinero, es la imposibilidad de comprar. He allí un síntoma de que no hemos avanzado en el grado de conciencia. Se ha solapado el valor de uso al valor de cambio. Pasaron las elecciones navideñas bajo el efecto narcótico de la compra golillera de artículos superfluos, o por lo menos no tan necesarios como el alimento.

El grupo de necesidades siguientes en la escala o pirámide, son las necesidades de seguridad y protección, por ejemplo la seguridad física y la salud. Este grupo de necesidades condiciona el orden social, a estas necesidades, según Maslow corresponde una organización social que garantice la seguridad y la protección. Aquí es necesario detenerse. La seguridad en estos términos se refiere a la garantía del desenvolvimiento de la vida, la normalidad de las funciones corporales. Es importante señalar que se asume que el Estado debe ser el garante de este grupo de necesidades. Cuando el Estado, bien por ineficiencia o bien por el efecto de un plan destinado a alterar la normalidad de estás necesidades, la población lo hace responsable de su carencia.

El tercer nivel en la escala lo ocupan las necesidades de afecto y filiación. Son necesidades sociales, relacionales. Su conquista es producto de la interacción y los modos en los cuales se da. La organización, la participación en grupos y su correspondiente aceptación. Para cubrirlas es necesario participar en actividades sociales, culturales, deportivas, recreativas o de servicio. Poder salir a caminar libremente, practicar el deporte que habitualmente se práctica, irse de descanso un fin de semana, o una navidad o un carnaval o compartir con amigos por ejemplo.

En todo caso, si no están cubiertas las necesidades básicas no aplican los niveles superiores. Para este psicólogo las necesidades no satisfechas producen comportamientos, conductas. Agreguemos los efectos que produce la privación del sueño, entre los cuales citamos: irritabilidad, falta de concentración, falta de atención, desánimo en el área afectiva. Quedarse despierto fuera de las horas de sueño por estar pendiente de algún medio de comunicación, despertarse por el efecto del humo por la quema de basura, no lograr el sueño profundo por estar en estado de alerta y más.

Sumemos a todo esto la intervención sostenida de la industria cultural y sus factorías del entretenimiento, agentes prioritarios para la subsistencia del modo de producción capitalista. El proceso alienación-enajenación-reificación, se ha dado en términos matemáticos en la mente y en las relaciones humanas, en especial en la mente de nuestros jóvenes. Los referentes simbólicos han sido cosificados al punto que un símbolo es el logotipo de una marca. Un artista hoy tiene un poder de convocatoria y de orientación que jamás había tenido ese gremio. Baste ver los últimos señalamientos injerencistas de artistas de toda calaña, todo bicho de uña, sobre la coyuntura de nuestro país. El caldo de cultivo de la violencia implantada en el comportamiento, en los valores, la ideología y en el universo cultural es producto de la mediación de la Industria del Entretenimiento la cual maneja 726.000 millones de dólares al año más o menos.

Jugar con fuego

Luego de esa condensada referencia que consideramos necesaria, pasamos a estudiar la coyuntura actual de nuestro país, en el marco del desarrollo de un golpe de estado fundamentado en métodos de manipulación mental o guerra psicológica cuyo objetivo en esta fase es: ir construyendo la violencia potencial.

En Venezuela se está gestando un estado de conmoción. El estado de conmoción sería el resultado de desatar la violencia potencial. Por qué digo estado y no situación. Básicamente porque la situación es la que estamos presenciando ahora después de 13 días del inicio de los hechos de calle.

Un buen amigo, el Doctorísimo, me hizo llegar junto a un grupo de documentos de estudio, la siguiente reflexión que comparto:

“La antropología es utilizada como arma para la intervención, y ese fue el objetivo que originó esta disciplina: la dominación. En Libia ocurrió una intervención silenciosa direccionada con la plataforma de las ciencias sociales. Maximilian Forte, refleja la cantidad de patrañas que se tejieron alrededor de este pueblo, y que desencadenó en su intervención sin ningún elemento que pudiera ser comprobado, porque simplemente eran creados en laboratorios. Durante 25 años, el pueblo libio sufrió este tipo de intervención. Esta es una de las razones fundamentales por la cual las generaciones de 30 a 45 años no se manifestaron para propiciar la defensa de la revolución verde. Salvando las distancias, en nuestro caso han sido 15 años no precisamente de intervención, sino que se ha aumentado el ataque de este tipo de maniobras estructurantes, en materia educativa, y de propaganda fundamentalista, sin que se haga evidente su presencia. Es por ello que cuentan con una población militante entre 20 y 35 años que se movilizan convencidos de que hacen lo correcto. Es el mismo ejemplo de los niños norteamericanos que desde los 6 años de edad (en la Elementary School) les enseñan que Amazonas es un territorio que está rodeado de pueblos incultos y salvajes que atentan contra el pulmón natural del mundo, y que ellos tienen el deber de protegerlo.”

Aquí es muy importante que no olvidemos lo señalado arriba.

El gran peligro y el objetivo principal que persiguen los enemigos de la Revolución Bolivariana es el enfrentamiento entre los venezolanos. Ese enfrentamiento está siendo cocinado con suma rigurosidad por los operadores políticos, económicos y de la industria del entretenimiento, bajo la fachada del ciclo protesta-manifestación-conmoción insertado sobre el sustrato de la violencia potencial.

Llegado a este punto del análisis enumero la secuencia de causas que han ido fortaleciendo la violencia potencial:

Violencia potencial en los sectores revolucionarios contenida desde la muerte del Comandante Chávez y las expresiones de los dirigentes y la base de la derecha. Aquí sumamos los sucesos del abril del 2013. Este es un proceso que lleva un año.

Parálisis de las pocas empresas productivas de rubros alimenticios en manos de la burguesía. Ellos argumentarán que por falta de insumos que se compran con dólares: Paro no declarado. Suma a la violencia potencial de todo el pueblo sin distingo de filiación política. La duración de este proceso es sostenida pero con énfasis en los últimos 3 años, aunque comienza con el paro de 2002 y hace una crisis con la escasez de leche en 2007.

Se develan los grandes márgenes de ganancia de los comerciantes y el gran fraude encubierto tras las importaciones. Ellos señalan complicidad interna, que evidentemente la hay, ineficiencia y tiranía al Estado pretender controlar los precios. La violencia potencial llega al extremo que los afectados defienden a los usureros, acaparadores, especuladores y demás carroñeros del sistema. Acumulado de 6 meses, pero devela un proceso de más de 10 años.

Campaña recurrente de sabotaje a servicios públicos. Ellos argumentan ineficiencia. Perturbación de la vida cotidiana. Se agrega a la violencia potencial. Sostenida a lo largo de los 4 últimos años.

Constante campaña internacional para bloquear la imagen del país. Desfachatez de países conjurados que, hace poco (Cumbre de la Celac en la Habana) se manifestaban respetuosos del proceso venezolano, más aún con la contundente victoria electoral de diciembre. Chile, Perú y Colombia países del reciclado TLC-ALCA bajo la máscara de la Alianza del Pacífico. Violencia potencial derivada del conocimiento de la realidad de esos países que se asumen protectores de los DDHH, pero que en realidad tienen un prontuario de crímenes contra sus pueblos. El juego de Colombia, cabeza de playa para operaciones de guerra sucia y de enfrentamiento militar data desde el 2007 cuando comienza el llamado Canje Humanitario, Juan Manuel Santos es nuestro viejo mejor enemigo.

Imposibilidad de transitar libremente que llega a los extremos de causar muertes de personas que requería atención médica. Eso ya se ensayó en las guarimbas del 2003. Violencia potencial derivada de la impotencia. Vida familiar afectada, responsabilidad laboral condicionada. A partir del 14 de abril del 2013: un año de acumulado.

Asesinatos vitrina, ya citados arriba. Aquí se montan las consignas y campañas de la mediática nacional y transnacional. Violencia potencial ante podría destaparse ante cualquier estímulo. Desde los primeros meses de este año, dos meses de acumulado.

Familias completas con un alto grado de estrés por la participación de sus hijos e hijas que, sobre la narrativa de las causas justas construidas por la derecha operadora del imperio, generan el estado de alerta en el seno de la familia ante los acontecimientos de calle que han ido escalando en forma e intensidad.

Criminalización de colectivos y su consecuente paranoia como resultado de la identificación del gremio motorizado como instancia de agregación de los colectivos estigmatizados. Violencia potencial que se viene acumulando desde hace 6 meses.

Hasta aquí una lista que podría ser más larga. Sólo hemos aislado los eventos que tributan a la violencia potencial que consideramos más relevantes. Con este acumulado que no es exclusivo de la derecha, estamos a las puertas del citado estado de conmoción. Ante tal acontecimiento de alta factibilidad, nos toca sobre la marcha y con la inminencia del peligro evidente seguiremos desarrollando desde nuestra modesta opinión, las posibles soluciones.

Ya el presidente Nicolás Maduro nos ha reafirmado el claro proceso en marcha. Nos queda apoyar cada uno desde su trinchera, sin abandonar nuestras tareas y con la conciencia de la necesidad y el apremio. La lucha es en nuestras mentes.

En próximos artículos abordaremos el panorama desde la óptica propositiva. Es necesario el análisis y la crítica pero, ha llegado el momento de la lealtad.

arcar660@gmail.com

@armandocarrieri


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